C a p í t u l o 36: "Reencontrados"

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(Kelsey)

Aún no logro asimilar lo que en realidad sucedió hace cuestión de escasos días. Mis ojos continúan mirando hacia el largo pasillo por el que Max se largó después de mi declaración de guerra, obviamente tan rebosante de confianza como siempre. El hecho de volver a verlo me transmite una diversa serie de emociones, entre ellas miedo e impotencia. El saber que para ese entonces dependía de él en casi todo me frustra, y eso es por culpa de su increíble nivel de manipulación, ese del que jamás habría salido si Kyle no se hubiera dispuesto a ayudarme.

Es sorprendente lo mucho que ha cambiado mi vida con la llegada de una persona. Una persona que me ha hecho evolucionar, que consiguió hacerme abrir los ojos antes de que fuera demasiado tarde.

Todo se lo debo a él.

Ahora ya es por la tarde, y se supone que no debería estar aquí. Sin embargo, por más extraño que parezca, he decidido tomar clases extra para una lección que no entendía. La verdad es que considero la acción de esta profesora como una generosa que nadie haría, pero parece que, según me ha confiado, parece ver cierto potencial en mí.

Enciendo la pantalla de mi teléfono móvil, que indica en grandes números blancos que ya han pasado cinco minutos desde que la profesora se marchó. Sé que como me descubra algún profesor estaré metida en un buen lío, pero no quiero dejar a Jaz sola. Ella está estudiando en la biblioteca, la cual básicamente siempre está abierta, por lo que definitivamente se puede decir que la seguridad aquí no es un factor muy imprescindible que digamos.

El sonido de la puerta central abriéndose hace que me ponga en alerta, y para mi desgracia no consigo encontrar un escondite considerablemente cerca antes de que ésta se abra por completo. Aun así, descubro rápidamente que no he de esconderme.

Unos refulgentes ojos verdes hacen contacto visual con los míos en un instante que deseo que sea una eternidad. Conozco esas facciones, esa bufanda, esas manos que con ansias desean acunar mi rostro, abrazar mi cintura.

No puede ser. No puede ser posible.

Ahí está él. Tras esa tela que abriga su rostro, puedo distinguir una sonrisa cargada de sentimientos. Me fijo en su nariz, levemente roja debido al frío del exterior. Un sonrojo adorna sus mejillas, supongo que de la misma emoción que por una vez en su vida logra mostrar con una innata claridad.

-¿Kyle?

-¿Kelsey? -pregunta él tras unos segundos en silencio. A pesar de alegrarse de verme, no parecía esperar encontrarme.

-¿Qué haces aquí? -interrogamos al mismo tiempo, y no podemos evitar reír, todavía un poco sorprendidos.

Siguiendo mis impulsos, corro con todas mis fuerzas y básicamente me abalanzo sobre su cuerpo. Él se desequilibra un poco debido a lo inesperada que le ha parecido mi reacción, pero no tarda en abrazarme con tanta intensidad como me imaginé que lo haría. Yo rodeo su cintura con mis brazos, y en un instante logro sentir ese perfume tan embriagador que lo caracteriza, ese que reconocería en cualquier momento.

Nuestros labios se unen después de tanto tiempo separados por la distancia, y juraría que me sentía en el paraíso tras saborear una vez más la dulzura de sus besos. Y los que comenzaron siendo besos tiernos aumentaron el nivel a unos más apasionados, cargados de una lujuria y un sentimiento de deseo que me hace sentir viva.

Lo que en realidad ha sido unos días, me ha parecido una horrible eternidad.

-Oh, llegué en el momento clave.

Kyle se separa bruscamente de mí. Cubre más de la mitad de su rostro con la bufanda, pero está más que claro que se ha sonrojado. Yo en cambio suelto una pequeña risita, más que nada por la reacción del castaño, y doy un paso para acercarme un poco más a mi nueva amiga.

Júralo Por Mí [#UAI2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora