C a p í t u l o 31: "Júralo por mí"

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Antes de empezar el cap recomendaría escuchar esta canción como banda sonora mientas leéis, ya que esta pieza musical de casi cuatro minutos la considero la canción de Kyle y Kelsey. Además, con tan sólo ver el título, os aseguro que este capítulo es un tanto especial. Así que sin más preámbulo, demos comienzo a un episodio más en las vidas de nuestros protagonistas.

(Kyle)

La noche cayó poco después de pasar las siete de la tarde. A pesar de la dificultad que conlleva salir por estos días hay una gran variedad de transeúntes paseando por las aceras de la ciudad, la cual simplemente está iluminada por la enorme cantidad de luces artificiales que la adornan. Los edificios se imponen alrededor, altos y luminosos, los coches vienen y van como si condujeran a la velocidad de la luz. Un segundo los ves, y a otro ya han desaparecido de tu campo de visión.

Igual que esos momentos de felicidad junto a las personas que más aprecias. Porque cuando verdaderamente queremos valorar algo o alguien por permanecer a nuestro lado, ya es demasiado tarde. Porque es en ese entonces cuando nos arrepentimos de no haber disfrutado al máximo de esos días que nunca regresarán.

Mis piernas no me permiten correr a más velocidad aún, como si tuvieran por obligado establecer cierto límite. Saco a la luz los mejores de mis reflejos para esquivar a todo ese cúmulo de desconocidos que me regala una mirada hostil cuando sin querer les doy un empujón al pasar por su lado.

Pero eso no importa ahora mismo.

Sigo corriendo con todas mis fuerzas, intentando hacer de mi cansancio algo más llevadero, intentando no chocarme con alguien y fallar en mi misión de llegar en cuanto antes. Respiro de una forma entrecortada, viendo cómo el vaho sale de mi boca en cuanto exhalo. Debajo de toda la cantidad de ropa que llevo encima mi cuerpo está temblando del frío, sin embargo eso me es irrelevante.

«Espérame».

El camino se me hace eterno, siento que mis energías se consumen rápidamente, que tal vez esto no sirva para nada, pero todavía reside un ápice de esperanza en mi interior. Eso que impedirá que me rinda por la persona que más amo en este mundo.

«No llegarás a tiempo».

Protejo mi garganta de las bajas temperaturas con una bufanda a la que le he llegado a tener mucho aprecio, debido a que fue esa que ella me regaló el día de navidad, mientras que hacía un intento fallido por esconder sus pequeños dedos heridos cubiertos por tiritas.

«Llegaré».

De alguna forma que no logro discernir, pierdo el equilibrio y caigo de bruces al suelo. Esta vez mis instintos no han hecho su aparición, por lo que cuando he reaccionado me he dado cuenta de que estoy tirado en la acera, sintiendo las miradas afiladas de la gente sobre mi nuca. Como si no me hubiera ocurrido absolutamente nada, me levanto rápidamente y emprendo mi camino para perder la menor cantidad de tiempo posible.

«No tienes por qué hacerlo».

Miro de reojo el reloj de mi muñeca derecha, el cual indica que son las ocho menos diez de la tarde, o quizá de la noche. No obstante, no me dejo vencer por la desesperación, esa que a pesar de todo cada vez crece más dentro de mí. Debo conseguirlo, debo llegar y hacer hasta lo imposible por que nos veamos una última vez antes de que esta tortura comience.

«Lo haré».

Mis pasos me llevan por fin a la Estación Pensilvania, después de un recorrido que creí no llegar a realizar nunca. Llevo las manos a las rodillas y hago un esfuerzo por recuperar el aire perdido, sintiendo el frío colarse por mi boca. Al alzar la cabeza levemente, mis ojos dan con una silueta femenina que podría reconocer de lejos.

Júralo Por Mí [#UAI2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora