C a p í t u l o 39: "La calma antes de la tormenta"

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(Kelsey)

Vistiendo uno de mis mejores conjuntos, camino por unas calles que sinceramente añoraba. Por fin puedo gozar de la viveza de esta gran ciudad, lejos de un estúpido profesor Marshall que hace un poco difícil mi mejora como estudiante ejemplar.

Independientemente de la que haya sido la causa real por la que ese cuadro que conllevó a mi expulsión se ha roto, he decidido no tomar en cuenta esa injusticia y superar al fin todo aquello que me indignaba. Tarde o temprano terminaría fuera de la universidad, simplemente porque el bueno del director me tiene un asco especial desde aquellos días en los que yo arrasaba todo a mi alrededor.

Pero parece ser que mi querido Kyle no piensa lo mismo.

—Te juro que ese yayo guardaba un formulario con tus datos personales —repite tras mi negativa.

—Ya te lo he dicho, Kyle —comienzo a hablar tras soltar un suspiro—, como exalumna del centro que soy es normal que tenga información sobre mí. Además, ¿ya qué más da? ¿Acaso él por casualidades de la vida me permitirá ingresar de nuevo?

Kyle al otro lado de la línea se queda en completo silencio, supongo que reflexionando ante mis palabras. Luego suspira de una forma exagerada, saturando el micrófono y por consecuente al punto de casi reventarme los tímpanos.

—Tienes razón... —responde al fin— Quizás estaba exagerando.

—Claro, porque eres una Drama Queen.

—¿Me estás llamando exagerado? —inquiere fingiendo estar indignado— ¿A mí, que no me preocupo por cosas sin importancia, ni soy pesimista, ni saco desventajas de donde no las hay?

—Acabas de describirte a ti mismo sarcásticamente —comento, lo que hace que él se ría en respuesta.

—Por cierto —comienza a decir poco después—, ¿no crees que deberíamos vernos más a menudo?

Tal vez esa era la pregunta que más temía oír por su parte, debido a que mi mente se queda en blanco al instante. Intentando no sonar muy nerviosa, pienso lo más rápido en una respuesta adecuada para el a veces inconformista de Kyle.

—Eh... sí, ya, pero ya sabes... la universidad me tiene muy ocupada.

Parece como si el ambiente cómico que se notaba hace cuestión de segundos se hubiera convertido en uno cuya tensión es claramente palpable. Yo trago saliva, un poco nerviosa principalmente por la reacción que él tendrá. No es la primera vez que rechazo su propuesta por una excusa como esta, pero en mi defensa diré que realmente no puedo permitirme el quedar con él tanto como me gustaría. Temo que, igual que ya ha hecho las veces anteriores, me reproche el hecho de que no nos vemos desde hace más de dos meses.

Pero tal vez se ha cansado de expresarme su entendible inconformismo, por lo que muestra en esta ocasión.

—Kel... ¿tienes algún problema? No hace falta que te diga que puedes confiar en mí.

El problema que me encierra no tiene solución, Kyle. Sería imposible contarlo y buscarle alguna respuesta. Al menos, no es lo que yo consideraría correcto dadas las circunstancias.

—Estoy bien, de verdad —le aseguro tras un instante pensativa—. Es solo que... estoy algo estresada. No es fácil dejar a un lado mi faceta de rebelde y comenzar a preocuparme de verdad por mi futuro, ¿sabes?

—Te entiendo —alega él, supongo que convencido tras oír mi respuesta—. Siempre cuesta adaptarse a un nuevo ambiente, nuevas condiciones...

—Te aseguro que volveremos a tener una cita dentro de poco, de verdad —le prometo con sinceridad.

Júralo Por Mí [#UAI2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora