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Rachel
Volví a abrir los ojos, mi cuerpo se sentía muy pesado. Ya no estaba recostada, la cama estaba acomodad de tal forma que yo estaba sentada.
Mire mis brazos, tenia varias marcas de piquetes. ¿Cuanto llevaba aqui?
-Al fin despiertas- dijo una voz frente a mi -llevo una hora esperando que abras tus ojos- sonrió y yo sentí escalofríos. Entonces se puso de pie y se acercó a mi, note que tenia algo grande en la mano y aunque aun veía borroso logre distinguir que era un bat de béisbol, en un moviento muy rápido puso el bat frente a mi rostro -Sabes, algún tiempo atrás yo realmente disfrutaba jugar al béisbol, y era bastante bueno, era el cuarto bateador- yo lo miraba fijamente.
-Dejame ir- Murmuré -Scott...- rápidamente puso el bat contra mi garganta a punto de cortarme la respiración.
-Ni se te ocurra mencionar su nombre de nuevo, o no respondo de mis actos- dijo bajando el bat, entonces comenzó a recorrer la habitación rozando el bat contra la pared -la verdad es que tenia planeado esperar a que te recuperaras de la herida de tu brazo, pero no soporto que me llames con otro nombre- entonces golpeó la silla en la que había estado sentado con el bat, la golpeo tan fuerte que al estrellarse contra la pared se le desprendieron algunas partes -así que si vuelves a equivocarte al llamarme te pasara lo mismo que a esa silla-
Al escuchar esto comencé a temblar, aunque mi visión estaba borrosa lograba ver su rostro, pero no podía arriesgarme de nuevo a decir algo que le molestase. Aunque no entiendo como es que él esta frente a mi, eso es imposible y de no serlo yo lo sabría.
-O y nada de decir que no existo- dijo y me señaló con el bat -por que tu muy bien sabes quien soy-
Salio de la habitación unos minutos y volvió con varias bolsas blancas muy grandes.
-Primero lo primero- dijo -desvanescamos los efectos de la droga-
-¿Droga?- logre decir mientras temblaba al verlo acercarse con las bolsas.
-Claro, no creerás que te prepare un simple te para dormir ¿o si?-
Se acerco y ato mis manos y pies a la cama, no pude moverme mi cuerpo no me respondía, ni siquiera lograba sentir algún movimiento.
Entonces acerco las bolsas y una a una las vacío sobre mi, al inició no sentí nada, pero minutos después cuando mi cuerpo estaba cubierto de kilos de hielo comencé a sentir el frío. Mientras que él me observaba recargado en la pared.
-¿Que tal? ¿Ya recuperaste la sensibilidad?- yo asentí -eso es bueno, espero que el hielo se derrita pronto- sonrió.
Al inició no lo entendí, pero a medida que lograba sentir el frío, un ardor se hacia presente en mi piel, el hielo comenzaba a quemarme. Al inicio trate de resistir, de no mostrar debilidad, pero unos minutos después me fue imposible.
-¡¡¡Quitamelo!!! ¡¡¡Porfavor!!!- comencé a gritarle y a suplicarle. De un momento a otro había comenzado a llorar, el dolor se hacia insoportable.
-Tu querías recuperar la sensibilidad ¿no es asi?- dijo y comenzó a reír.
Yo grite y llore hasta quedarme afónica, me dolía la garganta, me dolía todo el cuerpo. Cerré mis ojos estaba exhausta, sólo deseaba hundirme en la oscuridad para ya no sentir más.
De pronto sentí una leve calidez y humedad en mis piernas, me había arrojado agua hirviendo, aun podía ver el vapor sobre mis piernas, las cuales estaban completamente rojas. Me sentí completamente débil, a punto de caer en la inconsciencia. Pero el lanzó agua helada a mi cara haciéndome reaccionar.
-No, aun no es hora de dormir- dijo mientras me desataba y me obligaba a ponerme de pie. Mis piernas no reaccionaban, entonces el me jalo sujetándome de la herida de mi hombro, esto me hizo gritar de dolor, segundos después caí directo al piso golpeándome el rostro, mis piernas no reaccionaban y aunque intentaba ponerme de pie me era imposible, solo lo escuchaba reírse.
Entre risas salio de la habitación y volvió con una silla y una enorme bolsa. Después me sentó en la silla, usando cualquier oportunidad que tenia para presionar mi hombro lastimado y hacerme gritar de dolor.
-Jugemos un juego- dijo acercándose con un balde lleno de agua -yo sumergiré tu cabeza aquí y veamos cuanto tardas en quedar inconsiente- sonrio.
No tuve tiempo de reaccionar cuando mi rostro ya estaba bajo el agua, sentía que estaba a punto de morir. Entonces el saco mi rostro del agua.
-Te dije que la pasaríamos muy bien- dijo y volvió sumergirme en el agua, sin darme oportunidad de respirar. Sentía que mis pulmones estaban a punto de explotar.
Lo hizo varias veces más, no se en que momento quede inconsiente, pero cuando volví a abrir los ojos estaba en el suelo y con él sobre mi.
De pronto el me beso, de una manera brutal y asquerosa mientras bajaba sus manos por mi cintura. Entonces le mordí el labio haciendo que se alejara de mi, y le escupí su misma sangre.
-Vaya, vaya, aún tienes fuerzas- dijo -yo que pensaba mostrarte el país de las maravillas- dijo burlonamente. Entonces acercó una bolsa y me volvió a cubrir de hielo -No hay voluntad que no se pueda someter- dijo -vendré a verte mañana, no dejes que las ratas te coman- se dirigió hacia la puerta.
El hielo volvía a causarme dolor en todo el cuerpo, no tenia fuerzas para moverme. Y aun no lograba distinguir su rostro, mi mirada parecía empeorar, y ahora escuchaba su voz distorsionada. Entonces comprendí algo que dijo.
-Tu eres el conejo blanco- dije.
-Oh, claro que lo soy- dijo y salió de la habitación.
Gracias por leer.
XD
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Ni la muerte podra tocarte (Editando)
Romance¿Nunca has sentído que alguien te observa? No solo casualmente, sino cada segundo, minuto, hora, día, semana y mes. ¿Has sentído que no volveras a caminar sola? ¿Ha estar sola? Esa presencia siempre esta ahi. Pero no es algo que te de miedo, tal vez...