Never surrender

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Reproduzcan la multimedia.

Rachel

Escuche como se alejaban sus pasos. Me quede en completa oscuridad. En silencio. Sintiendo el dolor en todo mi cuerpo debido al hielo que me cubría. Estuve tentada a cerrar los ojos y dejarme llevar por la oscuridad.

Entonces la imagen de mi pequeño Alex vino a mi mente. No podía dejarlo solo, no podía dejarlo crecer sin su madre.

De algún lado, logre sacar fuerzas y me arrastre por el piso, alejándome lo mas que pude del hielo. Sentí como el calor volvía poco a poco a mi cuerpo, respire un poco mas tranquila. Pero no podía quedarme en el suelo. Hice un esfuerzo sobre humano para ponerme de pie, caí varias veces al intentarlo hasta que lo logre. Me acerque a la cama con lentitud y deje caer mi cuerpo sobre ella. Me volví a sentir tentada a cerrar los ojos y sumirme en esa bella oscuridad.

Sentía la calidez de las sabanas a mi alrededor, una calidez que envolvía a mi agotado cuerpo. Mis ojos deseaban cerrarse. Ya no quería luchar. Ya no quería sufrir. Solo debía cerrar los ojos, solo eso.

¡No! ¡Alex me necesita!

Entonces escuche unos extraños ruidos procedentes del piso. Me gire para ver y vi un par de ratas que corrían desesperadas hacia el hielo y comenzaban a comerlo. Tome un pedazo de hielo que aun estaba en mi ropa y lo probé, tenia azúcar. ¡Ese maldito no estaba jugando! ¡Realmente esperaba que me mordieran las ratas!

Mire mis piernas, estaban completamente rojas, intente tocarlas pero el dolor fue insoportable, tanto que me hizo llorar. Mire mi hombro y sangraba de nuevo.

Volví a mirar al techo. ¿Por que me pasaba esto a mi? ¿Que mal hice para sufrir esto? ¿A caso no volvería a ver a Alex? ¡No pensare cosas negativas! ¡No debo rendirme! ¡Alex y Scott deben saber la verdad!

Un mal pensamiento inundo mi mente, no se nada sobre Scott. Pero ahora que mi mente estaba mas tranquila y lograba pensar con tranquilidad, me di cuenta de mi error, mi mente me hizo una mala jugada. Scott debe estar bien. Solo espero y deseo verlo una vez mas, solo eso pido, una oportunidad para decirle la verdad, la verdad de Alex, la verdad de él.

Me recoste mirando al piso, entonces logre ver algo. Era el resto de la pata de la silla que se había roto antes. Y me di cuenta, ¡ya podía ver!

Intente mover todo mi cuerpo, y a pesar del dolor, me respondía. Recuperaba la movilidad. Sea para mal o para bien el hielo había servido de algo.

Una idea surgió en mi mente, una loca y descabellada idea. Pero era la única oportunidad que tenia.

Si, era más fácil recostarme y cerrar mis ojos. Pero tarde o temprano el dolor volvería. Si tengo una oportunidad, solo una, no me rendiré, ¡¡nunca me rendiré!!

¡¡Saldre de aquí y veré a mi hijo!!

Me puse de pie, me dolía todo el cuerpo, no era fácil al contrario era muy doloroso. Pero no desaprovecharía esa oportunidad.

Estando de pie, observe de nuevo el lugar, no había ni una sola ventana y peor aun lo que yo antes había pensado que era de color gris, es solo blanco lleno de suciedad. Me aterre de pensar en la clase de lugar en el que estaba.

Tome lo que quedaba de la silla, era un trozo grande de madera, el cual después de un par de golpes quedo lo suficientemente puntiagudo como para herir a alguien. Luego recogí un trozo mas pequeño y lo oculte en mi zapato.

Me coloque a un lado de la puerta. Pensaba esperar de pie pero debido a mi situación opte por tomar la silla en la que antes me habían torturado y me senté en ella.

¡No me rendiré! ¡Nunca me rendiré! ¡Abrazare a mi hijo de nuevo!

El tiempo parecía transcurrir mas lentamente de lo normal, a quien engaño ni siquiera tengo idea de que hora es, es más, no se si es de día o de noche.

Varias veces estuve a punto de ceder ante el cansancio, pero logre resistir. Solo tenia una oportunidad.

Finalmente, después de una infinidad de tiempo escuche unos pasos en la lejanía. Al inicio mi cuerpo se tenso y comenzó a  temblar, el miedo se apodero de mi. Mi cuerpo recordaba el dolor y le temía a la persona que se acercaba.

Respire profundo tratando de tranquilizarme, pensé en Alex, quería tenerlo de nuevo entre mis brazos. Ese pensamiento me ayudó. Mi cuerpo dejó de temblar, estaba lista para aprovechar esta oportunidad.

Escuche como introducía la llave y giraba la manija. Mi corazón latía con desesperación. La puerta se abrió de par en par, poco a poco se hizo visible una cabellera oscura.

¡Mi oportunidad! ¡Volvere a ver a mi hijo!

Rápidamente me abalance sobre él y lo golpee en la nuca con la madera.

Pero el no cayo, ni siquiera se tambaleo.

-Eso estuvo mal- dijo y se giro.

Mis ojos se abrieron como platos, ahora que el efecto de la droga había pasado lo veía con claridad.

-Te daré un punto por estar de pie, pero lo que acabas de hacer fue un error- dijo mientras me miraba fijamente.

Me quede paralizada del miedo, no era posible que el estuviera ahí.

-Tu mirada- dijo -sabes quien soy-  se acerco y me acorralo contra la pared, mi cuerpo no dejaba de temblar, tenia miedo.

-Jake...- Murmuré.

¿Sorprendid@s? Quisiera ver sus caras en este momento.
Espero que les guste.
Gracias por leer.
XD

Ni la muerte podra tocarte (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora