EL
Sábado por la mañana. Antes me encantaban los fines de semana. Ahora son un sufrimiento para mi.Sufro al no saber que planea mi amada, al no saber donde estará este día. No se si podre verla hoy, el no saber me mata, me hace sufrir. Desearía que solo mis ojos pudieran poseerla. Que fuera solo mía.
Hoy abriré la cafetería temprano, supongo que sera un día aburrido. La mañana transcurre sin problemas, todo esta muy tranquilo. Solo he tenido un par de clientes. Entonces mi paz se acabo.
—Hola— dijo Rosemary —no esperaba encontrarte a esta hora— se que miente, ella sabe perfectamente que a esta hora yo me encargo la cafetería.
—¿Y bien? ¿Puedo tomar tu orden?— le dije fríamente.
—No te comportes así, solo vine a ver como estabas— dijo Rosemary con la voz dolida.
—Si no te importa, tengo trabajo que hacer, así que si no vas a pedir nada puedes irte— le dije e inmediatamente me aleje y procedí a tomarle la orden a alguien mas.
—¡Quiero un café negro!— exigió Rosemary molesta. Otra vez un café así, a ver cuando se digna a pedir algo distinto. Le serví lo que pidió y me aleje de ella sin decir nada. Cosa que creo a ella le molesto, pero debe entender que no me interesa que lo que una vez tuvimos no fue real.
Ya son las 12:20, pronto tomaré un descanso. Entonces la puerta se abrió dejando entrar a un par de clientes, no les preste mucha atención, pero cuando tomaron asiento inmediatamente me di cuenta de quienes eran.
—¿Puedo tomar su orden?— dije forzando una sonrisa.
—Aun no vemos el menú— dijo él y yo solo quería retorcerle el cuello —¿que nos recomiendas?—
—Si buscan algo helado tenemos una gran variedad de frappes, pero si lo que desean es algo caliente les recomiendo un capuchino— dije, lo odiare pero trabajo es trabajo y café es café.
—Entonces yo quiero un frappe de moka— dijo la chica que lo acompañaba, por algún motivo me pareció conocida.
—Entonces yo pediré un capuchino de vainilla— mencionó él.
—¿Alguna otra cosa?— pregunté, ellos solo negaron y agradecieron —en un momento estará lista su orden— me retire a preparar sus pedidos.
No puedo creer que ese desgraciado este aquí, como se atrevió a besar a mi amada ayer eso nunca se lo perdonaré aunque solo fuera un beso en la mejilla no le perdonaré el que se le haya acercado. Cuantos deseos tengo de arruinarle su capuchino de alguna manera, pero no, el café no tiene la culpa. Solo rezare por que este café le quite las malas intenciones y decida alejarse de mi amada. Termine de preparar lo que me pidieron y me dirigí a llevárselos. Justo cuando comencé a caminar en dirección del mostrador, la puerta se abrió.
—Bienveni...—¡NO LO PODÍA CREER, ERA ELLA! ¡MI AMADA ESTABA ENTRANDO POR LA PUERTA! —Bienvenida— dije lo mas tranquilamente que pude aunque me estaba muriendo de los nervios.
¡Ella me sonrió! Fue tan bella esa sonrisa suya, es tan sublime, enserio no puedo creer que ella este en mi cafetería ¡de todas en la mía! ¡Este debe ser el destino! Estamos destinados a estar juntos, ella sera mía solo mía.
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Ni la muerte podra tocarte (Editando)
Romance¿Nunca has sentído que alguien te observa? No solo casualmente, sino cada segundo, minuto, hora, día, semana y mes. ¿Has sentído que no volveras a caminar sola? ¿Ha estar sola? Esa presencia siempre esta ahi. Pero no es algo que te de miedo, tal vez...