Me cuesta un poco encontrar la cafetería pero con ayuda de alguna gente consigo encontrarla. Compro dos botellas de agua, una Coca-cola, un sándwich para Harry, un par de cañas de chocolate y una bolsa de chuches. No he comido nada y al ver todos esos dulces no he podido resistirme. Cuando vuelvo a la entrada me encuentro a Kevin fumándose un cigarrillo. Al verme lo apaga y se acerca a mí.
-¿Como está el señor Styles?-Mucho mejor, iba a llevarle algo ahora. -Él asiente y se mete las manos en los bolsillos del pantalón. -Kevin, puedes irte si quieres. No tienes que estar aquí solo. Si te necesito te llamaré.
Él se niega pero al final desiste y se marcha. Me sentiría incomoda saber que alguien me espera y posiblemente me quedé la noche entera aquí. Él doctor no a dicho nada del alta a lo que supongo que nos quedaremos aquí. Camino de vuelta comiéndome una fresa de mi bolsa de chuches y cuando entro a la habitación me encuentro con tres pares de miradas sobre mi. Su madre al verme sonríe y se acerca a mí a darme un abrazo y su hermana espera a su madre para hacer lo mismo dejando al pequeño en el suelo, quien en seguida se pone a correr por la habitación. Harry ahora está asentado en la cama feliz con lo que ve.
-Hola, cariño... Harry ya estaba pidiéndome el móvil para llamarte- dice Anne enseñándome el móvil que tiene en la mano. Miro a Harry y él se encoje de hombros.
-¿Que has traído? Tengo un hambre terrible- me alegra que tenga hambre, igual le iba a obligar a que comiera algo. Me acerco a él y le saco un par de cosas y la botella de agua fría. Lo que traigo no es que sea comida, comida pero es lo que hay en una cafetería de hospital. Ojalá le den el alta rápido para poderlo llevármelo, se que no le gustan estas clases de pirifollos pero aún a si se come el sándwich.
-Que pena que tengamos que reunirnos todos por primera vez en un sitio a si... Cuando esté la cosa más calmada me gustaría que vinierais a casa. Además seguro que mi niño hecha de menos la comida de su mami-
Dice mi suegra sonriendo. A Harry se le suben los colores.-Si... Bueno... Aún que Rosa tampoco se queda atrás mamá.- asiente ella- En eso tienes razón, hijo. Esa mujer cocina de vicio.
¿Desde cuando conocen a Rosa? Tengo entendido que desde hace mucho tiempo pero no se cuanto. Me asiento en el sofá y enseguida tengo al pequeño de ojos verdes como su madre con sus manitas en mis rodillas mirándome con esa carita picarona. Tiene cara de sabérselas todas.
-Hola, guapo- se ríe con unos cuantos dientes y me enseña su mano. ¡Me lo como!. Lo cojo y me lo asiento en las piernas, agarro la bolsa que he traído y saco un ChupaChups de fresa que he traído, le quito el envoltorio y se lo pongo en la manita diminuta. Lo mira unos segundos y después de lo lleva a la boca.
-¿Te gusta?- le digo y de nuevo se ríe. Que risueño es. Apoya su cabecita en mi hombro mitras chupa el ChupaChups. Me retiro el pelo hacia atrás y miro a Harry sorprendida. Él me mira también y los dos nos comprendemos en silencio. Mis hormonas saltan y tengo las lágrimas en los ojos. Me dice un "te quiero" sordo y yo le respondo con un "yo también". Su madre y sus hermana están entretenidas hablando. Me recompongo y empiezo a cariciarle al niño las espalda.
-¿Cómo se llama?- le digo a Gemma y ella sonríe al ver las acciones de su niño.
-Erick... Para tener un año y medio es demasiado listo y sobre todo zalamero- me río y asiento. Si que es verdad.
-Ya puede tirar la casa por la borda por lo travieso, pero me da igual. Es el consentido de casa.- dice y añade Anne -Cuando viene de visita tengo que esconder todo lo que haya a su paso... el otro día casi le arranca las orejas al gato- nos echamos a reír y lo miro. Se a quedado durmiendo con con el ChupaChups en mi camiseta. Se lo quito de la mano y Gemma lo coje para tirarlo a la papelera del baño.