Terminamos de cenar, aún que no he comido apenas nada por muy buena pinta que tenga. Retiro la silla despacio para levantarme a pedir la cuenta. Al fin y al cabo la que lo a invitado a cenar he sido yo, y yo pagaré la cuanta. Él me mira con el ceño fruncido al darse cuanta de lo que voy hacer, pero con un gesto de mi mano y una mirada de advertencia se para en el acto y prosigo.
-. Por tu bien, Quédate donde estas y deja que me encargué de la cuenta.-
Él a regañadientes asiente y permanece en el sitio. Le hago una señal a Lorenzo pidiéndole la cuenta y él va a por ella enseguida.
Harry no dice ni una palabra, se que tiene algo rondando en la cabeza y sin duda quiero que lo comparta conmigo. pero claro lo tengo, no pienso insistirle en que me lo diga, quiero que sea él que me lo cuente por su propia voluntad.
De simulando por el silencio que se a formado en la mesa Me pasó las manos para alisar mi vestido nuevo Rosa pastel.
Lorenzo viene por fin con la cuanta y al verla me espanto. (CASI 200 dólares).
Menos mal que he traído todo mi dinero. Por que si no él abría tenido que pagar y mi plan de chula se fuera ido a tomar viento.Saco de mi cartera el dinero y lo dejó en la pequeña bandeja de plata. lo siento mucho por Lorenzo pero no le voy a dejar propina, bastante pelada me he quedado ya.
De reojo veo como Harry curva su boca formando una pequeña sonrisa. «Capullo.»
Se levanta de la silla y colocándola de nuevo en su sitio murmura acercándose a mí:-Si fuera el dueño del restaurante, ya hubiera sacado tu precioso culo a la calle.-
Posa sus manos en mi cintura y me aprieta contra su pecho. Con las sandalias planas me siento muy pequeña para su altura, pero aún a si me encanta.
-.¿Se puede saber que he echó mal?-
Su boca va directa a mi cuello y da un beso en el para luego responder:
-¿Como puedes ser tan descarada de entrar al baño de hombres, no comerse la comida y luego no dejarle ni propina al hombre?.-
Hombre, si lo dice de esa manera pues suena mal. Ni corta ni perezosa le planto las manos en sus maravillosas nalgas apretándolo todavía más a mí sin importar que la gente nos mire.
-¿y tu como sabes que he estado en el baño de hombres?-
Deslizo las manos hacía arriba quedando en sus riñones para luego abrazarlo. Su sonrisa es tan agradable que me la pega a mi también y seguro que de lejos parecemos dos idos de la mente.
-Puede que viera a la señorita correr hacia la mesa para que no la pillasen.-
-Y yo que pensaba que no me había pillado, mira por donde.
-Anda vámonos, que el dueño nos pueden echar por exhibición. -
Suelto una carcajada y empezamos a caminar hacía la salida, de camino ve a un camarero pasar y le entrega unos cuantos billetes. Ahora ya satisfecho por pagar aún que sea la propina sonríe al salir del local.
-Muchas gracias por la cena, señorita Lacer. Pero a la próxima invito yo.-
Le doy un golpe en el hombro y él se ríe más. Cruzamos la carretera hasta llegar al coche. Me abre la puerta y tomó asiento para después ponerme el cinturón de seguridad. Ya a oscurecido y por la pinta que tiene el cielo pronto va a caer un buen chaparrón.
Veo como rodea el coche para subir, mientras pongo la radio y dejó la primera canción que sale. Tenía pensado llevarlo de fiesta por hay y divertirnos como una pareja más de la ciudad, pero estoy tan cansado que decido no decir nada.