Me despierto y lo primero en ver es a un maravilloso Harry a mi lado sujetandome por la cintura. Mi vegiga me esta pidiendo a gritos ir al baño, me meo. Intento retirar el brazo de Harry con cuidado. cuando estoy libre corro al baño y dejó la puerta sin seguro, bajo la taza del inodoro y vacío me vejiga, me limpio y desnuda me paro enfrente del cristal enorme que tengo frente a mi. El pelo suelto y revuelto cubren mi cara, con una mano lo apartó y me paso los dedos por de bajo de mis ojos. desde hace semanas no veo lustre en mi cara y por fin he vuelto a ser la misma de siempre, es como la canción esa "tu amor me hace bien". El amor de Harry me hace bien.
La puerta del baño se abre dejando ver a mi Harry radiante y desnudo, se hacerca a mi quedandose detrás mío. pone su barbilla en mí hombro y suspira.-Me he asustado cuando no te he visto a mi lado.-
-¿Pensaste que me iba ido?-
Digo poniendo las manos en el marmor.
-No, se que nunca me dejarías.-
Dice el muy arrogante. Me pasa sus manos por mis pechos desnudos acariciándolos de arriba abajo.
-Te amo.-
Dice ahora besando mi cuello, me doy la vuelta quedando frente a frente con él y me subo al mármol para estar a su altura. el sonríe y apega su pecho al mío.
-Yo también te amo.-
Con las palmas de mis manos le agarro las mejillas y le beso la frente, la nariz, los labios y la barvilla. Él se deja hacer y cuando acabó mi maratón de besos me mira, su mirada va bajando hasta pararse en mi cuello, en el ve el colgante de "tuya" y cogiéndolo con los dedos dice:
-Dime eso que tanto me gusta, pequeña-
Yo sin dudar un segundo le respondo con orgullo
-Soy tuya.-
Asiente feliz y me da un pico.
-Arriba, tienes que desayunar-
Me carga en su hombro y me da una palmada en el trasero.
En la cocina retira un asiento de la isla y me deposita allí, me da un beso en la mejilla y se larga a la nevera que está enfrente.-¿Que te apetece tomar?-
Dice mirando el contenido de la nevera.
-Me da lo mismo, lo que te apetezca a ti.-
Me da completamente igual, como si me quiere poner en la dieta del cucurucho. Asiente y empieza a sacar ingredientes y adejarlos en la encimera, la que va a liar. Me levantó para echarle una mano, me da apuro que lo haga él solo.
-Shh, vuelve a tu asiento, hoy me encargo yo, voy a alimentar a mi fierecilla-
Dice dándome la espalda. Me río para mis adentros y regresó a mi sitio.
-Tengo muy buenas vistas.-
Le digo. Tengo un plano precioso de su trasero.
-Con que provocándo-
Responde sin darme la cara. Veinte minutos después pone ante mi tostadas, tortitas con miel y chocolate y por último un zumo recién exprimido. Este tío es una máquina y no solo en la cama.
-A desayunar.-
Dice sentándose a mi lado. coje un tenedor y parte un trazo y me lo mete a la boca.
-¿Esta bueno?.-
-No esta bueno... Esta buenisimo, gracias, cariño-
Sonríe y yo hago lo mismo que él, cojo el tenedor y se lo llevó a la boca.