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Vuelvo a la mesa y dejó a Harry que se despida de ellos. Mi hermano está más que feliz y se le nota en la cara. Cuando Harry vuelve se asienta a mi lado y me pasa el brazo Mitras que con la otra mano la deja en mi muslo. Esta marcando su territorio. Oliver me mira sonriente y se lo que quiere decir con la mirada. Asiento queriendo decir que es el mi novio. Ainoha me mira perpleja pero al fin sonríe también. Agarra una silla y la coloca al otro lado que tengo libre. Sin que Harry escuche nada apega la boca a mi oído y dice:

-Reconciliación con el churri ¿No?- asiento y ella se alegra. Se que no le gustaba nada de nada que estuviera tristona. -Le has dicho ya- prosigue un poco más alto. La miro abriendo demasiado los ojos y me giro hacia Harry para ver si a escuchado algo. Si, lo a escuchado. Frunce el ceño y me mira confuso
-¿El que me tienes que decir?.
-Oh, oh, Lo siento.
Dice tapándose la boca. Me llevo la mano a la frente y niego. No puede estarse callada mi querido cuñada.
-Harry, te cuento lo luego. Ahora no es el momento- digo quitándole impotencia. Aún que hace un rato he estado apunto de contárselo, pero él no a querido. Ahora que aguante un poco más.  Parece no agradarle mi idea y poniéndose de pie me hace una señal para que me levanté. No pienso irme hasta que no saquen la tarta y el cumpleaños de mi hermano se allá acabado. Para cabezóna yo.

-Levanta- dice pero me niego. Frustrado se pasa los dedos por el pelo y me vuelve a mirar. Se acuclilla y me dice lo más cerca:
-Si no quieres que te lleve en mi hombro a rastras levanta tu precioso culo de la silla- me advierte serio. Esta haciendo de un grano una montaña de arena.

-No pienso irme, Harry. Es el cumpleaños de Alan y simplemente no es una cosa para contar a si como a si- se frustra más todavía. Se que es muy dramático y piensa en lo peor. Pero intentando quitarle importancia le pasó la mano por el cuello para darle un beso. No se mueve, no se queja pero tampoco me sigue el beso.
-¿Que pasa ______?
-Es algo importante pero te diré en cuento estemos solos.
-¿Que tan importante?- mira que es cabezón. Los demás intentan disimular pero se que tienen la atención en nosotros. Me acerco a él y le muerdo el óvulo de la oreja -Espera, impaciente- suspira frustrado y asiente asentándose de nuevo en la silla sin muchas ganas de hacerlo.

Una hora más tarde sacan la tarta y le damos sus regalos. La cara que pone es lo más emocionante de todo, no sé lo esperaba. Sus amigos le regalan cantidades de cosas hasta incluso pañales para hacer la gracia. Ainoha le a regalado un precioso reloj y yo unas costosas gafas que a él le vuelven loco. Es hora del pastel y todos nos ponemos las botas, las que más yo y mi cuñada.

-Como sigáis a si no va a ver tarta para nadie más- dice mi hermano echándome otro trocito de tarta. Parto un cacho y le llevó a Harry la cuchara a la boca pero él la rechaza arrugando la nariz. Insisto y al final abre la boca.

-Que quieres cariño. Tu embarazada casi mujer necesita comida para tu hijo- dice comiendo. Miranda pone cara de ternura y pregunta que de cuento esta.

—Pulgarcito tiene 3 meses y medio—

Todo nuestro grupo se ponen a hablar de pulgarcito y incluso Harry acaricia su mini barriga. ¡Dios! Me extreso  y dejó en plato de tarta para empezar a abanicarme con una de las cartas que dicen las copas del día.

—¿Ocurre algo, pequeña?— me mira preocupado. Niego con la cabeza pero no me cree.

—______, tienes muy mala cara. Creo que será mejor que te vallas a descansar ya. Todavía no estás curada del todo— dice mi inocente hermano. Harry frunce el ceño y todos se callan para ponernos atención.
—¿Que te pasaba?— espera mi respuesta pero al ver que no me sale nada de la boca mi hermano responde por mí.
—Solo salía para trabajar y se las pasaba en la cama o vomitando.— mi cuñada suelta un "padre nuestro que estas en los cielos" lo miro pero no digo nada y su cara es inmune de sentimientos. Uno de los amigo de Alan, Jorge suelta "Bebé a bordo"  y me remuevo incómoda en el asiento tosiendo para que no escuché nada de nadie. Que patética soy.

—Vamonos— dice y está vez no le pongo resistencia. Estas paredes me están consumiendo. Me despido de todos y Harry me saca del local alrededor de su brazo protector. Bajamos los peldaños de la entrada y echamos andar hasta su coche que no está tan lejos de la entrada. Nuestras pisadas es lo único que se escucha por la calle aparte del bullicio lejano al que hemos abandonado. Su cabeza da vueltas y la mía igual. ¿Imaginará lo que está pasando? Todo apunta a que si pero no estoy segura. Me abre la puerta del coche y me hace que tome a siento. Abrocha mi cinturón mientras musculla incoherencias intentando cubrirme la piernas con el bajo del vestido y cierra la puerta de un portazo.  Da la vuelta al coche y sube parándose en el asiento para mirarme.

—¿Me dirás qué está pasando?... Por que parezco un gilipollas sin saber nada mientras todo el mundo parece saberlo — Dice irritante. Sus nervios por querer controlarle y saberlo todo lo están poniendo más de los nervios.

—Llévame a casa de Ainoha— me mira como si estuviera loca y casi lo oigo gritar, pero reteniéndose exhala y dice:
—No te voy a volver a dejar en ningún sitio.
—Necesito una cosa para explicarte lo que pasa— esta vez asiente y sin decir nada se dispone a poner el vehículo en marcha. Miro a través de la ventanilla ensañando el discurso que estoy apunto de dar.

15 minutos después estamos en casa de mi cuñada. Bajo del coche y le digo que no tardo y que espere en el coche. Dicho y echó. Cuando tengo lo que quiero en mis manos lo guardó y bajo para montarme en el coche de nuevo. Conduce hasta su casa esquivando coches y haciendo maniobras con el volante y en nada de tiempo estamos frente el portón negro tan familiar. Las luces de la casa están todas apagada a lo que supongo que Rosa y el servicio se han marchado ya. Miró el reloj en mi móvil y me sorprende al ver la hora. 2:30 de la mañana. Apaga el motor del coche y sale rápido para abrirme la puerta. Cuando lo hace me agarra de la mano en silencio y abre la puerta principal de la casa para llevarme al salón. Mierda espera todo lo que tenga que decir y lo quiere ya. Lo cojo de los hombros y lo asiento en el sofá.

—A que esperas, dispara— dice imitando una voz serena pero le sale como el culo.

—Harry— suspiro. —Te amo y siempre lo haré. Eso quiero que lo tengas en esa cabeza cuadrada y si no quieres seguir con lo nuestro tendrás que hacerte a ello. Yo sola no tengo fuerzas para salir a delate a si que me da igual tu decisión. Pizquita es nuestro y es una parte de nosotros a si que tendrás que amarlo como yo lo amo. Te prometo que lo castigaré cuando haga una trastada o cuando no haga los deberes pero...— se levanta y pone un dedo en mi boca con la mirada perdida.

—¿Que...que... Estás queriendo decir?— sus ojos buscan de los míos una explicación con todas sus palabras. De mi bolso sacó lo que he cogido de casa de Ainoha y cogiendole la mano le dejó la fotografía de pizquita. Al verla se lleva la mano a la cabeza y de nuevo se deja caer contra el sofá. Mira de nuevo la pequeña foto que apenas se ve un bultito y se la lleva al pecho. Un sollozo se escapa de sus labios y sus ojos se ponen cristalinos.

—¿______, tendremos un bebé? — asiento yo también con las lágrimas en los ojos. Tira de mi muñeca y me echa encima de él. Nos abrazamos y lloramos como dos tontos. Me coge de la cara y me come la cara a besos.
—No pienses nunca que os voy a dejar, antes muerto. ¿Me escuchas pequeña?— asiento con la cabeza entre sus Palmas de las manos. Me vuelve a besar y sigue hablando:
—¿Como has llamado a mi hijo?— le quito las lágrimas de las mejillas y él me las quita a mí.
—Pizquita— sonrió y él dichoso lo hace igual. Mi peso de encima a desvanecido como la mantequilla caliente y por fin puedo volver a respirar tranquila. Voy a ser madre a los 18, tengo un hombre maravilloso a mi lado cuál es el más guapo del universo y voy a ser la mujer más dichosa del mundo.


TUYA  {Harry styles} [Hot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora