Hoy hace un día espectacular para salir y eso mismo hemos hecho yo y mi cuñada. Estos últimos días a hecho un frió que pela y no hemos podido salir ni a la vuelta de la esquina.
Nos encontramos caminando por los alrededores de mi vecindad. Harry niega que me vaya tan lejos y menos con lo avanzado que tengo ya el embarazo. Han pasado seis meses desde la boda de mi hermano y incluso Ainoha a dado a luz a la preciosa Diana. Como prometimos, salimos unas cuantas veces a caminar las dos juntas por las tardes. Hablamos y hablamos mientras cae pequeños copos de nieve y nuestras botas dejan las huellas en la nieve. La verdad estos paseos me gustan mucho, por que ahora poco puedo hacer según Harry, según yo estoy con demasiadas energías. Hoy no tanto, desde por la mañana muy temprano he sentido algún que otro dolor ligero, pero no le he dicho nada al paranoico por que se como reacciona.
Un rato después pasamos por una pequeña tienda y compramos un par de botellas de agua, estoy un poco fatigada y no me siento muy bien, me a venido un dolor. Cierro los ojos y suspiro ando intentando calmarme a mi y al dolor.
-Te veo la cara pálida, ¿estas bien?- dice mirándome con preocupación. El dolor desaparece y vuelvo a poner buena cara.
-Si, si... Estoy bien- digo siguiendo a caminar y ella me mira muy poco convencida.
-______, seguro qu...
-Que si pesadita, vamos.
Asiente y caminamos hasta el parque que solemos ir siempre. La gente también corren por aquí o simplemente pasean como nosotras ahora mismo. Aun que ahora este de ocho meses y con la barriga como una sandia, pienso ponerme en forma para esta como antes. Ainoha va al gimnasio aparte de hacer esto conmigo y se le esta quedando un tipin para este verano que ni te cuento. Ha veces me da vergüenza que me vea Harry desnuda pero luego me viene el con sus discursos de amor y se me pasa. Mi futuro marido es el mejor de los mejores.
-Pues no veas con tu hermano ayer, casi me mata a la niña dándole un biberón- me dice y yo me hecho a reír. Dilan es muy bruto para todo y no tiene mucha paciencia, él lo intenta pero no tiene caso.
-Ya sabes como es. Menos mal que esta Rosa para echarle un vistazo ahora con la niña.
Ella asiente. La botella de agua se me resbala de las manos y cuando voy a recogerla siento grandisimo pinchazo haciendo que me quede en el sitio gimiendo de dolor.
Ainoha preocupada se mueve como loca a mi alrededor preguntándome que me pasa. Haciendo un esfuerzo me pongo de nuevo recta y es entonce cuando siento un liquido correr por mis mallas de sport. Asustada ahora yo, miro a mi cuñada quien también se a dado cuenta de ello y empiezo a negar repetidas veces con la cabeza.
-No, no, no, ahora no- empiezo a decir al borde de los nervios. Ella no sabe que hacer, nos a pillado imprevistas. Saca su móvil y comienza a llamar a Harry pero le salta el altavoz. ¿Pero por que cojones no coge el teléfono en el momento mas necesitado?. Entonces cualga y llama a mi hermano pero el esta igual que Harry. ¿Para que coño tienen móviles entonces?.
-¡Dios! Ainoha, no puede ser, yo no puedo estar de parto ahora. Se supone que falta un mes y 8 días. Esto tiene que ser un error- digo al histérica y seguido me viene otra vez el jodido dolor.
-Pues cariño, al parecer pizquita quiere conocer a sus papis ya- Me intenta calmar pero es que es imposible. Estamos tiradas en medio de un parque que andando es imposible regresar con los dolores que tengo ahora mismo y encima con el frió que hace con las mallas empapadas. Cuando estoy al borde del llanto una mujer se acerca a nosotras preocupada al verme en estas condiciones.
-¿Te encuentras bien? ¿Puedo ayudaros en algo? - la mujer dice amablemente. Voy a contestar pero de nuevo otro dolor vuelve a darme. Comienzo a agarrarme la barriga y a respirar como tantas veces me han dicho en las clases de embarazo. Mi cuñada comienza hablarle a la amable mujer y de un momento a otro las dos me ayudan a caminar hacia un coche que a lo que supongo que es el de la mujer.