Arabella: Inevitable.

3.2K 248 37
                                    

Enamorase es inevitable, eso es la verdad. Te hacen creer que todo es controlable, que debes controlarte para ser más estable, más maduro, o más exitoso. Pero hay tantas cosas que no puedes evitar en esta vida, como entre otras enamorarse. El sentimiento más sincero, el rasgo más humano que tenemos. Necesitamos a los demás, a pesar de que haya construido mi vida en torno al futuro, este no me hace sentir mejor, pues por mucho que quiera es inexistente. Todo lo que tenemos es el ahora, es lo único certero e inevitable, y aunque me hayan hecho creer lo contrario, es de lo que más debo preocuparme.

La canción que Lila canta me hace pensar en todo lo que hay entre nosotras, su voz se desliza a través del gentío, llegando hasta a mí, dejándome las cosas claras.

-¿Estás bien? -me pregunta la novia de mi hermano, que parece ser la única que se ha dado cuenta de que algo me está pasando.

No me he dado cuenta de que tengo los ojos llorosos.

-Sí, me emociona la canción, es todo -miento mirando hacia el escenario de nuevo.

Noto cómo se me crea un nudo en el estómago. Cuando me miro desde fuera siento una patada en el pecho. Rodeada de una familia homófoba, que jamás me aceptará por querer a una chica, como si fuera algo extraño, como si el amor fuera algo que ellos tuviesen derecho a etiquetar o enfrascar en ideas incorrectas y poco respetuosas.

No puedo evitarlo más, siento que no puedo respirar. Me levanto de golpe, algunas miradas se dirigen hacia mí, la de Lila incluida.

-¿A dónde vas? -pregunta mi padre con tono autoritario.

-No me encuentro bien -admito.

Echo a andar lo más rápido que puedo entre las mesas hasta encontrar el baño. Por suerte está vacío. Tiro mi bolso hacia una esquina y me miro en el espejo. Intento tranquilizarme, pero el vestido me aprieta y eso no ayuda demasiado. Me enjuago la cara con agua pero sigo teniendo los ojos rojos. Me voy haciendo cada vez más pequeña hasta que termino en el suelo, de rodillas, completamente exhausta. Intento quitarme los lazos de la espalda para poder sacarme el vestido como sea, pero no puedo, es imposible. Suelto un pequeño grito de resignación y me hago un ovillo, coloco la cabeza entre las rodillas y me quedo así, sintiendo como cada vez el aire llega con más dificultad a mis pulmones.

-¿Necesitas ayuda?

Levanto la cabeza tan rápido como puedo, Lila se encuentra frente a mí. Con el ruido de fuera no he escuchado nada y tampoco me había dado cuenta de que había dejado de cantar. Es tan preciosa... el vestido hace que parezca algún ser mágico, como la primera vez que la vi en el escenario. Se agacha para estar a mi altura y me dedica una sonrisa. Después de todo lo que le he hecho aquí está, dedicándome una vez más una sonrisa comprensiva.

-Sí -admito mientras me giro ligeramente.

Noto como sus manos, las cuales está frías, se deslizan por mi cuello hasta llegar a la mitad de mi espalda. Comienza a deshacer los nudos poco a poco, y poco a poco puedo comenzar a respirar. Me vuelve a atar el vestido, esta vez mucho más flojo. Me giro y me quedo así, sentada en el suelo, sin ser capaz de levantarme o decir algo. ¿Qué se dice cuando la has fastidiado hasta decir basta? ¿Cuáles son las palabras correctas cuando no sabes ni siquiera qué tipo de persona eres? Intento expresar eso en alto.

-¿Qué debo decir después de haberte hecho tanto daño?

-La verdad, cielo. Lo único que tienes que decir es la verdad, lo demás vendrá solo.

No puedo evitarlo, no sé bien el motivo, quizás es todo, pero comienzo a llorar con una fuerza inesperada. Al parecer Lila sí lo esperaba porque me mira seria pero sin sorprenderse, se acerca a mí de rodillas y me sujeta mientras voy expulsando todo lo que he acumulado el último mes en casa.

En armonía |COMPLETO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora