Lila: Notas enarmónicas.

3K 224 16
                                    


Habría sido fácil, nuestra historia podría haber resultando no tan difícil si esto hubiese sido el final. Si el beso fuera el comienzo de un ''vivieron felices y comieron perdices''. Sin embargo las cosas no ocurrieron como debían de sucederse, e incluso después, sé que nada ocurrirá como debe. Porque después de ese beso, Arabella bajó a hablar con su padre, y yo vi cómo este la cogía con fuerza del hombro y la metía a fuerza en un coche. Bueno, no a fuerza, pero era evidente que ella no quería entrar. Y respecto a mí... bueno, las palabras que había dicho eran bonitas, pero no todo el mundo es tan respetuoso o abierto como el público o Eva, la cual lloró cuando me fui. Porque sí, fui despedida, nada más bajar del escenario, mi jefe me miraba como una leprosa. Así es cómo me quedé sin trabajo estable de nuevo, y la peor parte fue que al contárselo a mis amigas estas no me dieron la razón. Me culparon de haber puesto sus trabajos en riesgo y me expulsaron de la banda. Así que ahora estoy sentada en mi salón, imaginando cómo pagaré el alquiler los próximos meses, preguntándome si me las apañaré para superar la puñalada de mis amigas, y sobre todo si la relación que tengo con Arabella prosperará de una vez por todas.

Intento hacer una nota mental de mis problemas mientras salgo al balcón a respirar un poco de aire fresco, no tengo fuerzas para fumar, o para beber... Si esto me hubiese ocurrido tiempo atrás estoy segura de que me habría marchado. No me habría importado irme de aquí, no tengo raíces, no tengo trabajo u otras responsabilidades que me aten a este lugar que al principio parecía el paraíso y ahora me parece un infierno. Pero es que estoy tan cansada, me parece todo tan injusto... Y es que ya ni siquiera sé si no estoy haciendo las cosas bien o si me estoy equivocando.

No tengo tentación alguna de correr hasta mi cuarto y hacer las maletas, contar mis ahorros y marcharme lejos. Después de todo lo que he vivido no me importaría, o al menos no lo haría en una ocasión normal. ¿Qué es empezar de nuevo después de todo lo que ha ocurrido para mí?

Justo cuando creo que voy a colapsar, suena el timbre. Me levanto del sofá y arrastro mi cuerpo hasta la puerta, abro sin ni siquiera mirar quién es, porque mira, si es un ladrón y me lo quita todo tendré excusa para mudarme. Pero cuando abro la puerta no hay ladrón alguno, solo es Arabella, más sonriente que nunca y al parecer dispuesta a todo. Se abalanza sobre mí y me besa, me besa como si me viese después de años y llevase queriendo hacer esto durante todos esos días. Cuando nos separamos, aunque no del todo porque mis manos siguen puestas en sus hombros y las suyas en mis caderas, nos quedamos mirando, yo llena de confusión aunque feliz.

-¿Qué ha ocurrido?

-Un milagro Lila... No creí que esto pudiese pasar pero sí, es cierto, tú tenías razón desde el principio, si eres fiel a ti misma, si cumples con tus impulsos al final el universo te lo recompensa.

-¿Me vas a contar qué ocurre? -pregunto impaciente.

La invito a pasar, sin saber si preparar algo o ir directamente al grano, decido hacer esto último porque la curiosidad me está matando. Me quedo mirándola esperando una explicación.

-Cuando me fui pensé que mi familia no querría ni siquiera mirarme a la cara, o que mi padre querría internarme en algún centro, no sé, todo menos lo que sucedió... Cuando me monté en el coche todo quedó en un silencio sepulcral. Al llegar a casa no dijeron nada hasta la cena, nos sentamos mi padre, mi hermano y yo. Él se mostró bastante reacio con la idea al principio, me dijo que cómo era posible que ahora de repente me gustasen las chicas, que probablemente era una fase, que por qué no se lo había dicho antes... Yo le expliqué todo, le recriminé que me hacía daño, que no había movido un músculo en todos los años que mi madre me había estado maltratando... Que nunca se había portado como un padre conmigo, así que no imaginaba que nunca pudiese apoyarme con algo que estaba en contra de sus principios. Entonces ocurrió algo totalmente extraño, se echó a llorar. Me pidió perdón, a mi hermano y a mí. Dijo que él nunca había sabido como ser un buen padre y que simplemente había dejado que nuestra madre lo hiciese todo porque tenía demasiado miedo de intervenir y que acabase pasando lo que acabó pasando. Me dijo que sí, que no comprendía cómo podía amar a una chica, pero que mientras no me hicieses daño no importaba, y que era crucial que te conociese.

Conforme la historia ha ido avanzando una gran sonrisa ha ido aflorando. Si había algo que me dolía era que el entorno de Arabella la hubiese hecho creer que era inválida o enferma, que nunca encajaría. Pero ahora parece que la vida le sonríe, y que por fin le da una tregua.

-Arabella, me alegro tanto por ti... De verdad, esto significa que por fin podrás ser todo lo que quieres ser.

-Significa que podré estar contigo, que es lo que importa.

La abrazo y me quedo así unos instantes, oliendo su perfume, notando la suavidad de su piel o el tacto de su ropa. Por un momento siento ganas de llorar, son demasiadas emociones fuertes. Cuando nos separamos la miro unos segundos y le doy un beso rápido.

-¿No crees que somos demasiado diferentes? -pregunto para asegurarme.

-A ti te gusta la música, incluso más que a mí... Entonces sabes lo que son las notas enarmónicas.

-Sí, lo sé...

-Pues así somos tú y yo, somos notas enarmónicas, dos notas de nombre diferente pero de misma frecuencia sonora.

La frase se queda suspendida en el aire, o es la sensación que me provoca, justo antes de meterse de lleno en el alma. Es tan cierto que no puedo creerlo, por un momento no puedo evitar pensar en todo lo que nos envuelve, todo lo que rodea nuestra historia. Ahí está Arabella, aparentemente una chica sencilla, una niña buena que usa faldas plisadas, y aquí estoy yo con mi pelo rojo, mis lentillas de colores y mis conjuntos tan extraños. Parecemos la luna y el sol, o al menos para el resto de las personas, así es como nos vería el mundo. Pero de puertas para adentro, sabiendo nuestra historia, y conociéndola, ambas somos curiosamente parecidas y tenemos historias duras. Y lo más sorprendente, a pesar de todo lo que nos separa, a pesar de que al principio del todo, cuando la vi por primera vez en el escenario parecía haber un mar entre nosotras, aquí estamos, juntas y aún con todo lo ocurrido; queriéndonos.

En armonía |COMPLETO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora