Menor que yo++Terminada++

Capítulo XXXII

-Ayudame hyung- Tae sujetaba la manga de la camisa de Nam.
-No. Taehyung es muy peligroso
-Por favor hyung, por favoooor- Taehyung hacia una cara de aegyo para convencer a su líder de dejarlo salir un momento del dormitorio.
-Aaaish esta bien, pero no tardes demasiado.
-No, no lo haré hyung- Tae tomó su gorra y gafas de sol saliendo apuradamente de la casa.
-¿A donde va?- se acercó Jin a Nam.
-a buscar un investigador privado- respondió sin dar mayores explicaciones.

Era sábado por la mañana y no necesitaba levantarse temprano para llevar a Sebastían al colegio, así que se quedo dormida con junto a él, abrazándolo. Pero al sentir el roce de unos dedos en su mejilla y en su cabello, abrió los ojos de inmediato.

Nadia era muy hermosa, aun dormida y con el cabello enmarañado, era hermosa y así abrazada a su hijo pareciera vulnerable, deseaba tanto protegerla, paso los dedos por su cara e hizo aun lado el cabello que caía en su frente cuando ella abrió los ojos y la expresión que vio no fue la que esperaba.
–Siwon- dijo ella en voz baja para no despertar al niño que tenia la cabeza bajo su brazo- ¿Que haces aquí?- dijo poniéndose a la defensiva.
-Vine a despertarlos para ir al parque- respondió sonriéndole.

Siwon se recostó en el espacio libre que quedaba en la cama, lo único que lo separaba de Nadia era Sebastían. Siwon se puso de lado y paso su brazo por detrás de la cabeza de Nadia, acercándola, ella se petrificó al ver que Siwon se acercaba a un más. Sebastían se movió un poco, acercándose mas a su madre.
Nadia quería alejarse cuando percibió la intensión de Siwon pero él, aumento la presión de sus dedos en su cabello obligándola a acercarse.
Siwon la beso, suave, dulce poniendo todo su cariño, arrepentimiento y deseo en el beso pero ella, no le correspondía, era como si besara a un maniquí.
Al apartarse, la mirada de Siwon era amenazante. Nadia estaba apunto de disculparse cuando Sebastían abrió los ojos.
-Papi- dijo el niño aun somnoliento.
-Hola corazón, despiertas justo a tiempo.

-Pero... Taehyung, aaaish- su viejo amigo de la secundaria consideraba peligrosa la situación.
-Por favor, dile a tu tío que le pagaré lo que me pida- le suplicaba una vez más.
-Esta bien Tae, se lo diré.
-Pero recuerda que mi nombre no debe mencionarse.
-Bien, entiendo.
-Fotos, vídeos, direcciones, conversaciones, todo lo que pueda conseguirme de ese hombre.
-Entiendo, entiendo Taehyung-ah, espero que estés seguro de lo que estas haciendo- su amigo lo miro directo a los ojos- por lo que se, ese hombre es muy poderoso, Taehyung- le advirtió.
-Lo se, lo se- asintió con algo de desesperación.
-Solo prometeme que te mantendrás a distancia de ese sujeto.
-Lo prometo- respondió feliz, su amigo había aceptado ayudarle con su plan.

-¡Mamá! ¡Es aquí donde venimos con Taetae!- exclamo su hijo al mirar la entrada al parque, mientras Siwon y el chofer sacaban de la camioneta un jeep eléctrico montable de juguete para Sebastían, quien estaba mas que emocionado por el regalo. Casi se le detiene el corazón y rogó al cielo por que Siwon no hubiese escuchado nombrar a Taehyung- ¡Papi! ¡mi auto está súper cool!-dijo Sebastían a su padre acercándose feliz y desesperado por montar su auto nuevo- ¿Ya puedo subir papá? -pidió sujetándolo de la mano.
-Un segundo amor, casi esta listo- respondió Siwon con paciencia y dulzura.

Un par de minutos después Sebastían entraba al parque felizmente montado en su jeep eléctrico y Siwon muy cerca de él para enseñarle a conducirlo, Nadia y el chofer se quedaron algo rezagados.

Nadia decidió usar esa mañana una falda larga de vuelo amplio con flores estampadas de color dorado y naranja con una blusa vaporosa color melocotón, sandalias de plataforma y su cabello ondulado oculto por un sombrero con el que se cubría de los rayos del sol.

Después de un rato Sebastían fue capaz de manejar el solo su auto eléctrico y fue que Siwon se acercó para caminar junto a ella mientras el chofer vigilaba al niño.
-Él esta feliz- le dijo cambiando muy pegado a ella- Y, es taaaan inteligente.
Siwon le paso uno de los brazos por los hombros y ella se tenso de repente. No soportaba tenerlo tan cerca.
-¡No tan rápido amor!- grito al niño que cada vez manejaba mas rápido el auto y se hecho a correr tras él.

Siwon se estaba hartando del comportamiento de Nadia, él estaba haciendo todo lo posible pero ella definitivamente no ponía nada de su parte. Se estaba haciendo la difícil y se estaba causando.

-Despacio corazón, ¿quieres ir al río y jugar con los demás niños?- le sugirió a Sebastían en cuanto estuvo cerca.
-¡Si mamá! Sube yo te llevo- respondió con su habitual alegría e inocencia.

Siwon se sintió excluido. Los vio cruzar el puente de madera, ambos reían y sonreían. Cuando se acercaron a los demás niños, Sebastían los invito a subir a su jeep. Ni su hijo ni Nadia reparaban en él, podría no estar allí y no lo notarían.
Nadia se sentó a la orilla del río y metió los pies en el agua, recogiendo su falda entre sus piernas. Su piel dorada igual que su cabello brillan aun mas con los rayos del sol.
El se había puesto pantalones cortos y zapatos tenis, se sentó en cunclillas tras Nadia, tomando su ondulada melena castaña entre sus manos y haciéndole un coleta que sostuvo en un puño le hizo el cabello a un lado y comenzó a soplar aire con su boca para que ella se refrescará.
-Estoy bien- le dijo con voz avergonzada sintiéndose incomoda moviendose un poco para alejarse de él, pero no pudo.
Siwon le dio un beso en el hombro, se levanto y soltó un resoplido poniendo las manos en jarra le dijo por lo bajo.
-Me estoy hartando Nadia.
Nadia lo miro hacia arriba, Siwon dio media vuelta y fue a donde estaba su hijo que discutía con su chofer por querer meter el jeep en el río.

Nadia se quedó en ese lugar que le traía recuerdos alegres de su anterior paseo con Tae, de su sonrisa, de su voz profunda, grave y sexy en su oído, de sus besos dulces y salvajes al hacerle el amor.
¿Pero que podía hacer un niño como él ante Choi Siwon?
Lo mejor que ella podía hacer era no volver a verlo, para no darle mas dificultades.

Abrazo sus rodillas y lágrimas silenciosas aparecieron.