XV. Aterrador.

4.7K 470 91
                                        

TAISSA.

—¿Estás totalmente de nuestro lado? —había estado en un interrogatorio con Owen desde hacía veinte minutos, se le notaba tranquilo; pero sabía que estaba comiendo ansias.

—Lo estoy. Derek y Evan estuvieron ahí para mí cuando no sabía qué hacer, Derek siempre ha buscado información de mis padres y ese fue el motivo por lo que le pasó eso. Hay algo que los humanos llamamos lealtad y agradecimiento, y yo tengo ambas definiciones con los Limantis —sentencié con toda la honestidad brotando de entre mis labios.

—En caso de que estemos en peligro...

—Tengo los tres poderes —le interrumpí—. Ellos son los que están en peligro.

—Eso es lo que quería escuchar —sonrió con autosuficiencia.

—¿Gracias?

Cada día me sentía más poderosa, cada día sentía que iba perdiendo más facetas humanas, día con día podía darme cuenta de que el miedo ya no corría por mis venas... y eso me sentaba de maravilla.

   Owen abrió la boca para decir algo, pero a lo lejos se escuchó la alerta de sismo. Eso no afectaba a la zona donde estábamos ni a nosotros mismos, pero tenía entendido que hoy no habría ninguna catástrofe.

   —¿Qué mierda? —Owen miró por la ventana y juntos observamos el cielo, estaba teñido de un azul oscuro, casi llegándole a negro.

   Si Derek no me hubiera elegido, ahora mismo estaría saltando de mi apartamento... o probablemente ya estaría muerta con tanto cataclismo. Pero ahora solo me limité a tragar saliva en seco, no tenía miedo; pero sentía cierto repelús de ver lo que durante tanto tiempo se proyectó en escenas cinematográficas volverse algo verdadero. Eso a lo que alguna vez llamamos ciencia ficción se estaba volviendo realidad, y es que de eso se trataba la ciencia ficción...

   Pude notar cómo los árboles a nuestro alrededor comenzaban a temblar, al igual que los edificios construidos a lo lejos de nuestra ubicación geográfica. Miré hacia mis pies y noté que nada debajo de mí se movía. Esta era la guarida de los Limantis, ¿qué esperaba? ¿Una demolición total por parte de otros inmortales? ¿Un final caótico para quienes estamos protegidos de aquello?

—¿Qué están haciendo? —pregunté mientras a lo lejos observaba la creación de un tornado.

   —No tengo ni la más mínima idea. En dos días tenemos que hacer nuestro trabajo, se había establecido que hoy no pasaría nada —explicó.

   —Pues ya ves que no —volcó los ojos y los plantó en los míos.

   —¿Me lo juras?

   —Bueno, yo solo decía —levanté las manos en rendición y escondí una sonrisa.

   —Que hagan lo que quieran, esto no nos hace daño y mientras más rápido se destruya a esta raza, mejor para el planeta —sentenció.

   —¿Por qué hacen esto? —tenía mis dudas.

   —Por poder —argumentó.

   —¿Qué tienen contra nosotros?

   —Somos el único grupo que su única finalidad es extinguir a la raza humana. No buscamos guerra, buscamos unificación... o buscábamos, ya veo que eso no será posible —suspiró y bajó la mirada—. No sé qué va a suceder, pero necesitamos estar listos para lo que sea que venga.

El pelirrojo salió de mi habitación y enseguida entró Evan con la cara pálida. Fruncí el ceño y se sentó a un lado de mí, me tomó de la muñeca y me observó directamente a los ojos.

El tiempo se agota Donde viven las historias. Descúbrelo ahora