TAISSA.
—¿Es en serio? —un tono decepcionado salió desde lo más profundo de mi corazón y me miré las manos, avergonzada.
—Tai —tomó mi mentón y me hizo observarlo, eso me estremeció—, no soy humano. No entiendo las cosas como tú siempre las has vivido. Lamentablemente, necesito que me expliquen porque de ser diferente, me cuesta comprender su lenguaje no coloquial —solicitó de la manera más atenta y a mí se me enternecieron los ojos, ¡pues claro que no entendía!
—Claro... —suspiré y me quedé perdida en el océano que sus ojos significaban.
La conexión entre nosotros, la preocupación el uno por el otro, esa necesidad que no había percibido hasta hacía pocos días de querer estar con él. Todo eso me había llegado de súbito, todo eso lo había descubierto en las circunstancias menos aptas y con alguien que...
Miré hacia abajo y me entraron ganas de llevarme las manos hacia el pecho. Mi corazón vibraba de manera tan fuerte que sentía que podía mover a mi cuerpo completo, inflándose y desinflándose. Mi anatomía me dio una punzada y me acaricié la yema de los dedos.
Él no era humano. Él no podía sentir de manera genuina. Él y yo nos íbamos a separar cuando todo esto terminara. Yo volvería a ser una humana y él... él volvería al estado de la materia que deseara y me observaría desde lejos, asegurándose de que cumpliera mi único fin. Y nada de esto habría pasado, absolutamente nada de lo que pudiera pasar hoy significaría algo en diez años; porque él y yo nunca podríamos ser.
—¿Entonces? —me tomó las manos y di un respingo, me había sacado del gran enigma que acababa de resolver.
No estaba enamorada, no sentía amor, no sentía ninguna sensación fuerte. Solo quería estar a su lado, era ese sentimiento de no querer separarte nunca de alguien, de que había arrasado tanto en tu vida y significado algo tan grande –pues claro, él me había salvado del fatídico final–, que había terminado perforando tu caparazón y penetrando en tu alma. Como una pequeña espinita que se mantiene; pero que no se desea sacar.
Era una sensación futurista, halagüeña y sin sentido común. Él era lo que era, y yo no había cambiado mi esencia.
—No, nada...
—Puedes decirme lo que quieras, en verdad —entrelazó nuestras manos y yo me quedé estática, observando esa unión.
—No serviría de nada —me encogí de hombros y acaricié sus nudillos. Le tenía mucho cariño.
—¿Por qué no?
—No lo entenderías —dejé caer los hombros y le sonreí con ternura. Había sido todo tan espontáneo que no me lo acababa de creer.
No lo veía venir. Y debido a mi sublime forma de ser directa en todo sentido, no pude evitar decírselo sin antes meditarlo un poco. ¡Pero es que en las circunstancias meditar estaba de más!
—Ayúdame a entenderlo —por alguna extraña razón su voz se volvió ronca y yo me encogí sobre mi regazo. ¡Pero qué sensual!
—De verdad, así estamos bien. Créeme. No sientes como los humanos, pero tienes las fibras que componen a uno porque decidiste serlo. Ayudarte a sentir de manera natural no nos va a beneficiar a ninguno.
—¿Sentir? —oh, la había cagado. Necesitaba de manera urgente que algo me sacara de esto, debía salir corriendo ya.
—Oh, vam...
—¿Tai? —la voz de Evan se escuchó, traspasando el duro vidrio; y enseguida sentí un alivio increíble. ¡Bendito fuera Ev!
Mark abrió la puerta y Ev nos observó desde el umbral. Le echó una miradita a Derek y debido a que Evan era más humano que Der, solo yo entendí el sentido de esa mirada pícara. Mi perspicaz sentido de la vista me hizo dirigirle una fúnebre mirada y él dejó de sonreír.
Todo a mi alrededor era una majestuosidad y me sentía más cómoda y segura que nunca; pero solo me bastó observar su rostro para entender que algo comenzaba a marchar mal de forma rápida.
—¿Qué sucede? —me adelanté a preguntar y abandoné la comodidad de mi cama, caminando descalza sobre la alfombra más suave, calentita y acolchonada del mundo. Disfruté cada paso hasta acercarme a Ev.
—Necesitamos que vengan, por favor —habló un tanto apresurado y Der saltó de mi cama para aproximarse a nosotros.
Éramos los tres, siempre habíamos sido los tres. Me sentía cómoda con ellos... ellos me habían hecho sentir bien cuando la tormenta comenzó, y no quería que nada de eso cambiara –aunque de antemano sabía que lo haría–.
—¿Qué pasa? —comenzamos a caminar por los amplios pasillos blancos, en forma de tubería gigantesca y con un brillo espectacular en cada metro cuadrado del suelo.
—Hemos descubierto algo que no habíamos pensado anteriormente —habló naturalmente pero percibí un poco de aceleración en su habla.
—¿El qué? —preguntó Der a mi costado izquierdo.
—Railey, no habíamos pensado en las posibilidades que todo él representaba —anunció mientras yo fruncía el ceño. Creo que podía entender hacia dónde iba.
Alarma activada. Amenaza dentro; enemigo detectado.
Una sirena leve, ligera y podía jurar que había sido estructurada para ser únicamente apta ante nuestro oído... comenzó a sonar. De manera lenta y sigilosa, casi como una serpiente escabulléndose entre la maleza para atacar a su víctima.
Evan comenzó a correr y nosotros lo seguimos. La nave era tan grande que apenas conocía mi habitación, y si mis sensaciones humanas siguieran intactas... estaría en el suelo respirando con dificultad intentando averiguar cómo seguir viva después de semejante maratón.
—¿Qué ha pasado? —detrás de nosotros venían otros tres seres, igual de alarmados que nosotros.
—Lo que temíamos —Owen estaba observando la digitalización proyectada de la computadora y viendo unas cámaras de vigilancia, supuse. Qué nave tan sofisticada.
—¿Qué temían? —cuestioné con el corazón desembocado.
—Railey pertenece a todos los grupos de la naturaleza en sí. Todo lo posee, y hemos intentado averiguar cuál es su punto débil... —se quedó callado por un instante y luego negó con la cabeza, se le había quedado ese gesto tan humano, ese gesto de que estaba diciendo algo sin importancia—. El punto es que Railey ha podido acceder a la nave.
Cuando dije que esperaba a que algo me salvara de mi metida de pata con Derek, definitivamente no me refería a esto...
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Hola, primero quisiera pedirles una disculpa por tanta demora en este capítulo.
La escuela fue un factor muy influyente; pero tampoco tenía concentración. No tenía ganas de escribir, en realidad no tenía ganas de mucho. Siento que sí me estoy agotando mucho con la escuela y es muy raro para mí, porque yo aguanto el ritmo y las pocas horas de sueño de manera muy buena. Pero últimamente me siento cansada y llego a hacer tarea para posteriormente dormir.
Esto no significa que se vaya a volver habitual la demora, solo que espero un poquito de su comprensión y entiendan mis motivos.
¿Les gustó el capítulo? Espero que así haya sido. Un tanto corto porque si lo alargaba iba a retirarle la esencia; pero con las mismas ganas que los anteriores.
¡Gracias por casi 70K visitas! Ya toqué el puesto #2 y me siento sumamente feliz. Gracias por tanto, los ama:
-Alexandra V.R.
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El tiempo se agota
Science FictionAño 2072. En el mundo solo existen cuatro clases de personas: los que controlan los cuatro elementos, los que controlan el clima, los que controlan la flora y fauna y... y tristemente, los humanos; la raza más caótica jamás antes vista. Ninguno d...