40._ Pillada

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Emma...

Aquí estamos otra vez, compartiendo la misma cama con Eric moviéndose dentro de mí una y otra vez gruñendo y besando cada parte de mi piel con desesperación.

Es como ver las estrellas pero sin estar mirando el cielo, sólo rodeada por estas cuatro paredes sintiendo como mis partes íntimas se afiebran con cada movimiento suyo.

Con el mínimo de esfuerzo se sienta apoyando su espalda en el respaldo de la cama provocando que sea yo quien haga todo el trabajo mientras apoyo mis manos en sus hombros perdiendo completamente mis sentidos, hasta el nivel de soltar sonidos que ni yo misma me conocía.

Era tan increíblemente guapo y preocupado, sin dejar de lado su lado salvaje que no podía decir en que momento de mi vida había comenzado a quererlo, olvidándome de un pasado oscuro triste que nos perseguía y que ya no dolía al pensar que él había sido el culpable y me sentía culpable yo por olvidar quien había matado a mis padres.

Cuando acabamos nuestros movimientos uniformes dejo caer mi cabeza sobre su pecho aún en la misma posición esperando que nuestra respiración vuelva a estar calmada mientras nuestros pechos suben y bajan con la misma rapidez.

Nos acomodamos uno al lado del otro abrazados hasta perder el conocimiento debido al cansancio que provoca toda nuestra relación.

Me encantaba estar bajo el refugio de sus brazos, me gustaría estar aquí para siempre pero hay que ser realista y saber que nada dura para siempre.

Despierto aún en sus brazos pero está vez estoy cubierta con las delgadas sábanas y me detengo a observar cada detalle de su rostro que está completamente relajado.

Ya no tiene cara de niño, sus rasgos bien definidos y sus labios carnosos son apetecibles en todos los aspectos.

Frunce el ceño y sus ojos se mueven provocando pequeños saltos en sus pestañas, su barba de días le da un increíble atractivo, lo que me hace pensar en como será de cuando tenga unos treinta años.

Me levanto haciendo el menor ruido posible llevando conmigo la sábana para cubrirme y al darme la vuelta para cerciorarme de que aún siga durmiendo, me quedo contemplando su cuerpo desnudo en todo su esplendor, me detengo es su órgano reproductor ¿podía ser más afortunado el muy maldito? Con razón su ego llegaba hasta la luna, tenía con que el muy desgraciado.

- ¿Qué estas mirando?

Doy un salto al escuchar la voz de Eric y desvío la mirada para posarla en sus hermosos ojos azules.

- Nada - Le respondo con las mejillas calientes por la vergüenza - quería ir a la ducha... - se endereza en la cama para seguirme - sola - Le digo antes que se le ocurra entrar conmigo al baño.

- Era una estupenda idea para que me ahorraras la cuenta del agua a fin de mes - se encoge de hombros riendo.

- Pues junta un poco más de dinero porque no entradas conmigo - tomo una toalla en el camino y cierro la puerta tras de mí.

Cuando salgo envuelta en una toalla, Eric está sentado en la cama con bóxer y una camiseta.
Me hace seña para que vea la ropa que ha dejado sobre la cama que consiste en una camiseta bastante larga y unas bragas nuevas que incluso llevan etiqueta.

Por un momento pienso en que han sido de una chica que estuvo aquí antes que yo, y simplemente le echo la culpa a mis celos descontrolados o eso espero.

- ¿Por qué tienes de estas en tu departamento?

- Las compre ayer... me imaginé tu trasero dentro de ellas y dije "Hay que cerciorarse si se ven igual de magníficas a como me las imagino" así que sólo las traje - Me sonríe de medio lado.

El Regreso De Eric #1  #PremiosOrange17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora