Advertencias: Omegaverse - Pareja secundaria: Wolvesilver -
Era una fría tarde de invierno, Charles hundió sus manos dentro de las mangas de su amplio pullover, mientras esperaba que el agua de su magullada pava hirviese.
Para haber crecido en la comodidad de una lujosa mansión debía admitirse a si mismo que se había adaptado bastante bien a la sencillez de su pequeño departamento.
Podía haberle costado al principio, pero la libertad valía mil veces más que cualquier lujo.
Sólo existían dos cosas más de las que Charles desearía poder liberarse, su agobiante legado familiar, y su odiosa condición de omega.
La primera era posible, la segunda no. Jamás entendió porque tuvo que nacer de esa clase, ni siquiera hubiera aspirado a ser un alfa, normalmente eran engreídos, con un exagerado ego, y un sentido de la pertenencia que a Charles simplemente le daba escalofríos.
Sólo un alfa era de su agrado, el hosco pero bondadoso Logan. Él era un buen amigo y no solía presumir de su clase como lo hacían otros de los de su misma especie.
Sin pensarlo un rostro apareció en su cabeza, el que reunía todas esas características que Charles jamás desearía en una pareja: Erik Lehnsherr. Era la segunda vez en el día que se le venía a la mente, junto con un espeluznante escalofrío, de esos que aparecían cuando uno presentía un mal augurio.
El vapor proveniente de la pava lo sacó de su ensimismamiento y tras colocar el saquito de té en su taza se dispuso a preparar su infusión.
Decidió cambiar el rumbo de sus pensamientos, no tenía caso pensar en Erik. Gracias al cielo lo tenía a miles de kilómetros de distancia y con algo de suerte ya no volvería a verle la cara jamás. Ni a él, ni a la asfixiante empresa familiar que sus padres habían puesto juntos.
Charles sonrió con nostalgia al pensar en su padre. Brian Xavier había sido un buen hombre, un poco obsesionado con su trabajo, pero bueno al fin. Tal vez su relación no se caracterizaba por tener un constante diálogo, siempre habían sido muy diferentes, pero aún así ellos se entendían mejor con los gestos, con una simple mirada.
Todo lo contrario que su madre. Sharon poseía una habilidad casi natural para hablar por demás, aunque casi nunca tenía nada bueno que decir. Era una mujer fría, calculadora, siempre al pendiente del que dirán, y en su adolescencia Charles había peleado mucho con ella.
Se dejó caer en el sillón con la taza humeante entre sus manos. Ya no tenía caso pensar en todo ello, sus padres habían fallecido en aquel accidente de tránsito, y lo único que guardaría de ellos sería sus mejores recuerdos. Ni casa, ni empresa, ni nada. Simplemente recuerdos. Ahora sólo restaba que el abogado de la empresa confirmase el traspaso de sus acciones, y Erik sería finalmente el dueño de todo eso. Charles tenía sus propio sueño, así que con el dinero que obtendría de la venta, se daría el gusto de cumplirlo y podría dejar finalmente su pasado atrás.
Sonrió animádamente y dio un largo sorbo a su té. Estaba tan cerca de concretar sus metas que casi podía saborear el momento. Su fantasía se vio estropeada por el sonido chirriante del timbre.
- ¿Quién es? - Charles preguntó a través de la puerta. La mirilla había quedado trabada hacía días y no había logrado arreglarla.
- Soy yo, Logan. - Su amigo gruñó desde el otro lado.
Charles abrió con rapidez y Logan entró saludando a su amigo con un gesto de cabeza, y derrumbándose sobre el sofá del pequeño living. A menudo solía aparecerse luego de terminar su jornada, y conversaban un rato. Era su mejor amigo, y Charles lo adoraba.
- Veo que estás de un exultante humor! - Charles acercó una silla y se sentó frente a su amigo. - ¿Qué sudece? ¿Mal día en el trabajo? - Lo observó detenidamente, tenía el ceño fruncido y un ligero aroma dulzón que claramente no pertenecía a él... ¿sería de un omega? hasta donde él sabía Logan no salía con nadie pero esa escencia definitivamente no era suya. La perspectiva de que estuviese viéndose con alguien lo alegraba, ya que solía ser muy solitario.
- Estoy con el humor de siempre, Charles. Sólo he tenido un día largo, mis alumnos se comportan como la mismísima mierda y les importa un carajo la historia.- Logan resopló furioso y sacó un cigarro que encendió sin demasiados preámbulos.
- Logan, sabes que no me gusta que fumes aquí dentro. ¿Sabes lo que me cuesta quitar luego ese nauseabundo olor de mi minúsculo departamento? -
- No seas llorón, Charles. Es sólo humo, no te afecta en nada. Además necesito quitarme un empalagoso aroma de encima.- Charles notó que su amigo estaba más gruñón de lo normal, y decidió curiosear por si acaso el motivo iba más allá que un grupo revoltoso de alumnos. Tal vez ese aroma tan fastidioso para Logan, tenía nombre y apellido.
- No. - Logan soltó la negativa y aspiró su cigarro con fuerza.
- ¿No qué? - Charles lo miró confundido.
- Que no sé que estés pensando, pero a cualquiera de tus interrogantes la respuesta es no.-
- Pero si no he dicho nada! - Charles se cruzó de brazos, ofuscado. Logan era tan hosco a veces que le daban ganas de matarlo.
- No has dicho, pero lo has pensado. Te conozco Charles, tienes una cabeza con mucha imaginación.- Charles lo fulminó y Logan se encogió de hombros.
- Bueno, ¿y entonces a quién pertenece ese aroma? - Charles decidió que no se andaría con sutilezas.
- A nadie.- Logan respondió con exasperación al tiempo que exhalaba el humo.
- Pues "nadie" te tiene bastante alterado. Acaso el alfa gruñón ha encontrado a su omega destinado? Espera a que le cuente esto a Hank y Raven. - Charles se burló de su amigo. - Espera... ¿no será un alumno/a, cierto...? -
- Cállate, Charles. Debo irme.- Presionó lo que quedaba de su cigarro en el cenicero y se levantó con pereza.
- Está bien, ya te he fastidiado mucho por un día.- Charles rió al ver el rostro malhumorado de su amigo.
- Anda, diviértete. Ya lo haré yo también cuando te vea caer bajo las garras de algún alfa de esos que tanto te esmeras en odiar.- Logan sonrió maliciosamente y se puso su chaqueta ignorando las protestas de su amigo.
- Jamás lo haré. - Charles puntualizó, determinante.
- Nunca digas nunca.- Logan ocultó una sonrisa triunfal al ver la expresión de furia en su amigo y se marchó revolviéndole el cabello a modo de despedida.
Charles soltó un profundo suspiro. La conversación con Logan lo había dejado algo molesto. No es que él no quisiera enamorarse, lo que no quería era doblegarse, y en un mundo donde un omega debía someterse, no era muy seguro nadar en las aguas del amor.
- Ya basta, Charles. Piensa en otras cosas! - Se reprendió a si mismo y estaba de camino a calentar su olvidado té cuando el timbre volvió a sonar. ¿Qué se habría olvidado Logan?
- ¿Qué te olvidas...- La pregunta murió en sus labios cuando al abrir la puerta, se encontró de frente con un par de fríos ojos verde-azulados que no veía hacía años.
- E-Erik...- Charles volvió a sentir el espeluznante escalofrío bajar por su espalda, al parecer el mal presentimiento se había corporizado, y ahora vestía de traje y estaba de pie frente a él con un atrayente aroma dulce y ahumado, justo como olía el café. Una fragancia que había eliminado por completo de sus sentidos.
- Charles... tanto tiempo sin verte. Tenemos que hablar.- El tono de Erik era imperturbable y Charles sintió que estaba siendo el protagonista de una de las peores pesadillas de su vida.
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Propiedad Privada (CHERIK - AU)
FanfictionCharles es un omega que está decidido a alejarse definitivamente de su legado familiar, pero su plan de invertir su herencia en algo propio se ve interrumpido por un contrato firmado por su padre que le impide disponer de su dinero hasta que se haya...