Bajando la guardia.

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Charles jugueteó con el vaso entre sus manos mientras su amiga atendía a unos clientes en la barra. Erik había salido por un viaje de trabajo y había aprovechado a visitarla para conversar. Hacía bastante que no se veían y además el departamento se le antojaba un poco solitario cuando su esposo no estaba ahí.

- Bueno, creo que ésto estará tranquilo por un rato. Así que cuéntame dulzura, cómo van las cosas con Adonis? - Raven inquirió guiñándole un ojo y tomó asiento frente a él, en la barra.

- ¿Adonis? - Charles rió con diversión. - Nunca se me hubiera ocurrido llamarlo así pero mentiría si te negara a estas alturas que me parece ridículamente apuesto. - 

- Creo que jamás estuvo en discusión que has ganado la lotería con ese cuerpo, pero me alegra saber que ahora lo asumes! - La joven soltó una carcajada al ver el rubor en las mejillas de su amigo.

- Últimamente intento asumir muchas cosas... - Charles soltó pensativo mientras daba un trago a su whisky.

- Oh... ¿alguien se está enamorando? - Lo miró con ternura al ver como el omega se hundía más en su asiento.

- Yo... sí. No tiene caso que lo niegue, Rav. Es difícil convivir con alguien como él y no enamorarte, sabes? - Charles miró un punto fijo dentro de su bebida, y la joven esperó en silencio a que su amigo continuase. Sabía que no era fácil para alguien como él admitirse que había caído completamente enamorado.

- Él es... muy distinto de lo que yo creía. En un principio parecía que todo en él eran trajes, negocios y dinero. Pero cuando lo conoces hay mucho más en él, inclusive de lo que él realmente cree. Es dulce, es amable, se preocupa por mi aunque a veces intente disimularlo, y en días como éstos donde está lejos, no sabes cuánto echo de menos sus abrazos o sus besos. - Charles suspiró con cierta melancolía y volvió a tomar un trago, esta vez más largo.

- Oh, Charles! Jamás te oí hablar así de nadie! - Raven sonrió encantada. - Así como lo describes, suena casi como el hombre perfecto! -

- Supongo que lo es para mi, excepto cuando se pone celoso por cualquier cosa. Aunque en el fondo es divertido! O cuando no pone su maldita ropa a lavar. Pero son pequeñas cosas con las que podemos discutir. - Charles sonrió jugando con una servilleta que tenía a su alcance.

- Y gracias a las cuales pueden tener sexo reconciliatorio después! - Raven agregó con excesivo entusiasmo. 

- Raven! - Las mejillas del omega volvieron a teñirse de un fuerte carmesí y su amiga no pudo más que sonreír.

- Bien, y qué harás respecto a lo que sientes? Se lo dirás? Lo seducirás hasta que él te lo diga? - La mujer lo miró con curiosidad.

- Yo... no lo sé. Pensé en decirle lo que siento... pero ya lo hice en una ocasión cuando tenía 17 años y no funcionó. Él era inalcanzable para mi y lo sabía pero aún así lo intenté. Era noche buena, y nuestras familias habían organizado una enorme fiesta en casa, normalmente hacían fiestas por cualquier cosa, personalmente las odiaba. Pero en esa ocasión pensé que sería una buena idea confesarle mis sentimientos. Yo tenía un enamoramiento con él desde que tuve uso de razón. Ya sabes, esas cosas que suceden en la infancia... - Charles se encogió de hombros y continuó el relato perdido en sus recuerdos bajo la mirada atenta de su amiga.

- Ya sabes, a esa edad las ilusiones son más fuertes que nunca y yo estaba completamente seguro de que él iba a corresponder mis sentimientos. Nos conocíamos desde pequeños, nuestros padres eran mejores amigos... qué podía salir mal? Bueno... fue como ir a la horca. Lo esperé en el jardín, Erik siempre tenía la costumbre de salir un rato a respirar aire fresco, jamás lo dijo pero yo estaba seguro que esos eventos lo agobiaban. Recuerdo que estaba apoyado en mi árbol favorito, uno en el que siempre trepaba de pequeño, y de no tan pequeño también. Tomé aire, dudé pero finalmente me acerqué a él. Estaba completamente aterrorizado, sentía que el corazón se me iba a salir por la boca, creo que jamás volví a sentir tanta adrenalina como ese día. Él me miró sorprendido, dijo alguna cosa que ya no recuerdo, yo sólo estaba enfocado en vomitar mis sentimientos. Me acerqué a él lo suficiente, y sin preámbulos le dije que lo amaba. Que siempre había estado enamorado de él. Y antes de que pudiera responderme, lo besé. - Charles cortó con amargura el relato, y dio un largo trago a su whisky.

Propiedad Privada (CHERIK - AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora