Lazo inquebrantable.

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Los días pasaron en completa calma. Charles seguía con su rutina diaria como siempre. Iba a trabajar, volvía a su casa, ignoraba la dolorosa ausencia de Erik a su alrededor, e intentaba continuar como antes de que él apareciera en su vida. Sólo que lo que antes lo había llenado, ya no lo hacía. Y era difícil volver a ser el que era antes de Erik.

Los golpes en la puerta lo sacaron de su ensimismamiento y se acercó a abrir. Eran Logan y Pietro. Les sonrió al verlos.

- Charles! - Pietro se abalanzó encima de él y lo rodeó en un fuerte abrazo. Sabía por Logan que el joven se sentía culpable por la ruptura entre su padrino y él y a Charles le daba pena. Sabía que de una u otra forma las cosas hubiesen terminado de la misma manera.

- Hola cariño! Hola Logan! - Charles se hizo a un lado para dejarlos pasar y la pareja lo hizo, tomando asiento en el sofá. Se los veía bien y se sintió feliz por ellos. Sabía que Erik había hecho las paces con su ahijado y aunque aún no había aceptado del todo a Logan, al menos los apoyaba en su relación.

- ¿Quieren un té, café, algo? - Preguntó mientras ordenaba algunas cosas que estaban desparramadas sobre la mesa. Últimamente no sentía grandes deseos de acomodar su casa, sus tardes eran más bien libro, sofá, té y cama.

- Café para mi. - Logan respondió mientras tamborileaba los dedos sobre el apoya brazos del sofá. Observó a su amigo como buscando algo, pero enseguida se rindió.

- Yo también quiero café, pero te ayudaré a prepararlo! - Pietro se levantó entusiasmado y acompañó a la cocina a Charles, dejando a Logan a solas con el control del tv.

Charles encendió la cafetera con cierta nostalgia. Desde que Erik se había ido no había vuelto a encenderla y el aroma a café que llenó el ambiente le recordó al que emanaba su ex-esposo. Tan característico y tan agradable.

- ¿Charles estás bien? ¿Estás llorando? - Pietro lo tomó de los brazos preocupado.

- E-estoy bien! Sólo me distraje! - Sonrió intentando tranquilizarlo y se limpió las solitarias lágrimas que se le habían escapado sin darse cuenta. 

- No estás bien... Ay, Charles. ¿Por qué no hablas con mi padrino? Es obvio que se aman! - Pietro lo miró con tristeza.

- No, cariño. Tu padrino y yo quedamos como amigos, y es lo mejor. Ya lo olvidaré, sólo necesito tiempo. Ahora que nada nos une, sólo eso es lo que necesito para sentirme mejor, si? - Le sonrió. - Bien, hora de preparar esto! - Se dio media vuelta y se dispuso a llenar las tazas mientras el joven asentía no muy seguro. Jamás había sido de las personas que se victimízan por una causa, y no lo haría ahora. Él había asumido el riesgo, aún sabiendo las consecuencias. Y era tan responsable como Erik de que las cosas no hubiesen salido bien.

Dejaron las tazas en la mesa y llamaron a Logan que fumaba un puro en el balcón. Mientras el alfa entraba y Pietro tomaba asiento, volvió a la cocina en busca de galletas. Bien, no tener a Erik tenía un lado positivo. Su alacena volvía a estar llena de cosas dulces. Sonrió con amargura.

Dejó el plato en el centro de la mesa y justo cuando iba a sentarse un fuerte aroma a tabaco proveniente de su amigo inundó su nariz, revolviéndole el estómago. Se sujetó del desayunador intentando calmar las violentas náuseas.

- Charles... estás bien? - Logan se acercó preocupado y eso fue suficiente para que tuviera que salir corriendo al baño. Ese aroma se le estaba volviendo insostenible.

- Iré por él! - Pietro se puso de pie de golpe, y lo esperó junto a la puerta del baño. - Charles...necesitas ayuda? - Preguntó dubitativo. 

- Estoy bien... - Charles salió con el rostro pálido, y una débil sonrisa.

Propiedad Privada (CHERIK - AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora