El verdadero valor de las cosas.

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Charles volvió con prisa a su departamento. Raven lo llamó a la salida de la Universidad diciendo que pasaría a merendar con él.

De pasada compró unas galletas, su alacena estaba vacía, especialmente desde que Erik lo había regañado por tener sólo alimentos chatarra. De vez en cuando comía algún que otro dulce a escondidas, pero esta vez no tenía nada guardado para convidar a su amiga.

Raven llegó diez minutos después que él y tras preparar té se sentaron a conversar animadamente. Ella le contó como iba su relación con Hank, salían hacía relativamente poco pero congeniaban bastante bien. Y él le relató sobre su extraña convivencia con Erik.

- Entonces se llevan bien, su ahijado te adora, te besa, te cela, está más bueno que comer pollo con las manos... por qué demonios no estás saltando encima suyo en éste preciso momento?? - Raven lo miró indignada y Charles escupió el sorbo de té que acababa de llevarse a la boca.

- Raven! - Se limpió con la servilleta completamente ruborizado mientras su amiga reía ante la escena.

- ¿Qué? es cierto lo que digo. Y es obvio que te encanta, no puedes ocultármelo. - La joven tomó una galleta y la mordisqueó mirando con atención a su amigo.

- No es tan sencillo, Rav. Lamentablemente no puedo evitarlo, sí. Me siento atraído por él pero no quiero que las cosas vayan más allá, no quiero encariñarme ... - Charles jugueteó con su taza con pesadumbre.

- Vamos, cariño. Sabes perfectamente que donde manda el corazón, no manda la cabeza. No podrías evitarlo ni aunque quisieras... además, no has pensado que tal vez el cariño que sentías por él jamás desapareció? tal vez sólo está dormido...- Esa reflexión revolvió el estómago de Charles, obligándolo a dejar la galleta que estaba comiendo.

- No, yo lo olvidé. Sé que me costó en un principio y admito que las cosas ahora puedan ser un poco confusas, pero no siento nada por él. No puedo sentir nada por él. - Charles volvió a sentir esa horrible sensación de tener un nudo en el estómago y se puso de pie a rellenar las tazas para calmar sus nervios.

- No sientes nada, o no puedes hacerlo? Sé que no es fácil Charles, pero pasaron años o me equivoco? Tal vez Erik cambió y te vea con otros ojos. Es más, creo que lo hace o no te desearía, o te celaría como lo hace! -

- No. Erik lo único que puede sentir es deseo, me atrevería a decir que ni siquiera tiene corazón. Olvídalo, Rav... no sucederá. - Dio un sorbo sin ganas a su infusión mientras sus amiga lo miraba decepcionada.

- Haz lo que creas mejor, Charles. Pero al menos disfruta de ese cuerpo, es decir... vamos! Tienes en tu poder el mejor trasero de éste maldito pueblo! Apretujalo en honor a todos los que tenemos novios sin uno tan decente. Y eso que amo a mi bestia! - Raven rió divertida y él no pudo evitar sonreír ante el comentario descarado de su amiga.

- Eres terrible, Rav! Ahora hazme el favor de cambiar de tema. Erik debe estar por llegar y no quiero que nos encuentre hablando de él y mucho menos de su trasero. - 

La joven soltó una carcajada que su amigo continuó por contagio, justo cuando el ruido en la puerta anunciaba la llegada del susodicho.

- Oh, veo que tenemos una agradable visita! - El alfa sonrió a ambos, mientras dejaba sus cosas y Raven le devolvió la sonrisa encantada. 

- Raven, un gusto verte! - Erik depositó un fugaz beso en el dorso de su mano y ella se sonrojó levemente.

Charles se tensó involuntariamente al ver la escena, y se maldijo por dentro. Lo único que le faltaba era ponerse celoso de Erik y su amiga. No tenía sentido, pero aún así se sintió molesto de la actitud de su esposo y cuando éste intentó besarlo, corrió su cara haciendo que besara su mejilla. 

Propiedad Privada (CHERIK - AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora