Concesiones.

9.4K 1K 525
                                    

Charles abrió los ojos con lentitud cuando el brillo del sol tocó sus párpados. Sentía el cuerpo tibio de Erik a su espalda, rodeándolo en un fuerte agarre. La sensación era placentera y hubiese dado cualquier cosa por estar frente a él y observarlo dormir, pero si se movía posiblemente lo despertaría y el encanto se rompería al instante.

Los recuerdos de la noche anterior vinieron a su mente y lo hicieron estremecer, se había sentido tan bien dejarse llevar por la pasión abrasadora de Erik. Pero el problema en cuestión era cuáles eran sus propios sentimientos hacia el alfa. Ese pensamiento venía molestándolo desde hacía un tiempo.

Sin embargo una ronca voz lo sacó de su ensimismamiento.

- Buen día, Charles...- Erik susurró en su oído provocándole un leve escalofrío de placer. Aún lo tenía sujeto y esta vez Charles agradeció estar de espaldas a él o no habría podido disimular sus mejillas sonrojadas.

- Buen día, espero que hayas dormido bien! - La risa de Erik llenó la habitación y aunque Charles adoraba ese sonido, se maldijo por dentro. ¿Acaso no podría haber dicho algo menos estúpido? Su rostro se encendió aún más por la verguenza.

- Bueno, la verdad no puedo quejarme. Y tú? - El alfa plantó un suave beso en su descubierto hombro.

- También, pero no te acostumbres. Volverás a dormir en tu cama! - Charles sonrió ante el chasquido de lengua que emitió su esposo en señal de protesta, pero Erik era Erik y simplemente no aceptaba los términos cuando no le agradaban. En un movimiento cambió de posición, aprisionando a Charles debajo suyo.

- Erik, qué haces...? - Intentó disimular su nerviosismo, podía sentir la piel desnuda de su esposo contra la suya y le inquietaba que pudiese realizar otra movida. La noche anterior había aprendido que en cuestión de sexo, no tenía defensas contra Erik.

- No es obvio? Intento convencerte. - Bajó sus labios hasta rozar los de Charles en una suave caricia. Quería probarlos, sólo un poco. Pero necesitaba más, quería llenarse hasta el hartazgo. Lo besó con ansías, deleitándose con la suavidad de esa boca que tanto lo enloquecía. Con su mano libre acarició cada recoveco de su cuerpo, mientras Charles se estremecía debajo suyo. No estaba seguro de qué había cambiado en él para permitirle ese derecho, pero no lo desperdiciaría. Lo deseaba, y disfrutaría de ese regalo.

° ° °

Charles llegó más temprano ese día. Se quitó su abrigo, puso el agua a hervir para hacerse un té y se dirigió a la habitación para cambiarse la ropa. Sonrió como tonto al ver las sábanas y mantas revueltas. Él y Erik habían dormido juntos las últimas tres noches, aunque dormir fuera lo que menos hacían, y durante el día se habían dedicado a mirar películas en el sofá con el alfa recostado sobre su regazo. Definitivamente había sido un buen fin de semana. Las cosas habían cambiando entre ellos, era más que evidente pero Charles decidió no indagar dentro suyo. Sólo quería disfrutar de las cosas tal como estaban.

Se puso su pullover de entre casa, y salió directo a la cocina cuando oyó el timbre sonar. Se sorprendió porque no esperaba a nadie pero pudo ver por la mirilla que su visitante era Logan. Era extraño porque desde que se había casado, su amigo no había vuelto a pisar su casa, pero allí estaba así que lo invitó a entrar, intentando disimular su sorpresa.

- Hola, Charles. Hace un condenado frío afuera. - Revoleó su chaqueta en una silla y se dejó caer en el sofá con pesadez.

- Sí, hace frío! Y qué te trae por aquí? Hace mucho no venías! - Charles colocó una silla frente a él, como usualmente hacía cuando lo visitaba y lo miró con atención. Unas oscuras ojeras asomaban por debajo de sus ojos y se lo notaba inquieto.

Propiedad Privada (CHERIK - AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora