Reto.

9.7K 1.1K 483
                                    

- Tengo hambre.- Charles se quejó por enésima vez en lo que iba del día. 

Erik resopló molesto. La reunión que tenía programada se había cancelado, estaban encerrados en la suite y llovía a cántaros. Si en los próximos cinco minutos volvía a escuchar una queja más por parte de su insoportable esposo, se tiraría por la ventana.

- ¿Cuántas veces por día necesitas alimentarte? Tienes más apetito que un elefante. - Erik soltó mordazmente.

- Oh, lo lamento señor "Barra de Cereal es mi único alimento". Las personas normales tenemos hambre de comida! - Charles hizo especial énfasis en la última palabra, y se cruzó de brazos.

- Son más sanas que esas comidas chatarras que tanto gustas comer. - 

- Ya basta, Erik. Quiero volver. Llueve hace días y estoy mortalmente aburrido. No soporto más éste encierro y creo que tu tampoco. - Charles lo miró en busca de su aprobación.

El alfa chasqueó la lengua en señal de fastidio. - Bien, Charles. Tú ganas. Empaca tus cosas y nos volvemos.- Se levantó de golpe y caminó hacia la puerta. - Haré unos llamados para conseguir un vuelo. - Siseó con ira y salió de la habitación dando un portazo.

No es que esperase que su luna de miel mágicamente mejorara, no luego de que Charles hubiese decidido atrincherarse en el maldito sofá. Pero por qué demonios tenía que ser así? Era claro que tenían química, y cuando no estaban intercambiando duelos verbales hasta podría decirse que se llevaban bien. Bueno, moderadamente bien. Pero desde que habían pisado el maldito lugar las cosas habían ido de mal en peor. Y aún les faltaba la convivencia por dieciocho largos meses... 

Erik suspiró, pasándose la mano por el cabello. - Tú puedes, siempre logras todo lo que te propones. - Se repitió esas palabras una y otra vez de camino a la recepción, dejando atrás cualquier atisbo de inseguridad.

Charles se quedó observando la puerta. ¿Qué demonios pasaba con Erik? Era obvio que ambos estaban incómodos, y aburridos. No tenía ninguna necesidad de enojarse por su sugerencia. Además él no era el que había estado solo los últimos días en un lugar donde no conocía a nadie, y teniendo que soportar como las empleadas del hotel se esforzaban por llamar la atención del alfa. Y no es que le importase realmente, después de todo lo suyo era algo transitorio. Pero aún así se sentía incómodo y extrañaba su casa y a sus amigos.

Terminó de empacar sus cosas, y se sentó a esperar a que Erik volviese. Sólo sería cuestión de horas para volver a su confortable hogar.

                     ¤ ¤ ¤ ¤

- Si vuelves a dejar otra corbata tirada por la casa, juro que te la haré comer! - Charles siseó con furia mientras levantaba la cuarta en lo que iba de la mañana. ¿Cuántas corbatas necesita probarse un hombre promedio? Evidentemente Erik no pertenecía a la media normal.

- Crees que me convertí en uno de los empresarios más destacados del medio echándome encima lo primero que encontraba en el closet? - Erik dio un sorbo a su café.

- No me interesa como te convertiste en un playboy engreído pero no soy tu sirviente, Erik.- El omega le arrojó la corbata por la cabeza.

- Si fueras mi sirviente ya tendría algunas órdenes muy interesantes para ti.- Una seductora sonrisa asomó en los labios del alfa, mientras atrapaba la prenda en el aire. Se deleitó por dentro al ver como las mejillas de su esposo se ruborizaban.

- Eres un idiota. - Charles guardó sus cosas en el morral intentando evitar cualquier tipo de contacto visual con el depravado neanderthal.

Erik caminó unos pocos pasos hasta donde se encontraba su esposo y antes de que pudiera reaccionar, lo tomó de la barbilla y estampó un fugaz beso en sus labios.

Propiedad Privada (CHERIK - AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora