El primer recuerdo.

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- Mira, Erik. Te presento al pequeño Charles... - Edie, su madre, se sentó a su lado con un pequeño bulto envuelto en mantas azules. A sus siete años de edad casi no había visto bebés ya que sus padres no le habían dado un hermano, pero en cuanto vio el rostro regordete y pálido del diminuto hijo de Sharon y Brian Xavier, quedó totalmente prendado. Se acercó aún más para observarlo en detalle, unas finísimas hebras castañas cubrían su cabeza, y en cuanto abrió sus ojos, quedó maravillado. Tenia los ojos más azules que jamás hubiese visto, ni siquiera el mar a donde iba con sus padres a vacacionar tenía ese color.

- Mami, sus ojos son reales? - Erik preguntó aún sin despegar su vista de Charles.

Edie sonrió enternecida.
- Si, cariño. Son reales, viste que bello es? -

Erik acercó su mano con cierta timidez hacia el bebé y se sorprendió cuando el más pequeño atrapó su índice. Una pequeña corriente se esparció por su mano entonces y Erik se soltó con brusquedad, asustado.

- Qué sucede, cariño? - Su madre preguntó preocupada. Su hijo miraba a Charles con horror y sorpresa.

- Cuando... cuando lo toqué sentí algo raro en mi mano. No quiero volver a hacerlo, me asusta. - Erik explicó con seriedad mientras miraba aún de reojo a Charles. Sea lo que sea que los bebés hiciesen no le gustaba.

Edie lo observó largamente y finalmente sonrió.
- Puedes intentarlo de nuevo? Tal vez sólo fue la sorpresa. - Al ver que su hijo no respondía, volvió a insistir. - Anda, inténtalo. Si vuelves a sentirlo no lo haces más y ya. Está bien? - Su madre le sonrió y Erik no pudo resistirse.

Acercó su mano temblorosa otra vez a la pequeña manito de Charles, que lo veía fijamente. Dejó que el bebé volviera a tomar su índice, y una vez más volvió a sentir la corriente extraña en su mano. La apartó inmediatamente y esta vez el pequeño Charles rompió en llanto.

- Shh, tranquilo, tranquilo. - Edie se puso de pie y comenzó a mecer a Charles en sus brazos para calmarlo. Erik la miraba, preocupado.

- Llora por mi culpa, mami? - Inquirió algo angustiado. No sentía haber hecho nada malo, pero se había puesto a llorar luego de que él lo soltara.

- No, mi amor. No es tu culpa, es sólo que al pequeño Charles al parecer le gusta que le tomes su mano. - Edie repuso con afecto mientras el llanto del bebé menguaba, para pasar a quedarse dormido.

- Entonces, entonces puedo tomarlo de nuevo para que no llore. Pero volví a sentir eso en mi mano, mami. Qué es? - Preguntó mientras jugaba con el cordón de su zapato, algo nervioso.

Edie dejó escapar un suspiro, y volvió a tomar asiento a un lado de su hijo.
- No estoy del todo segura, cariño, pero podría ser que este pequeño y tú estén conectados de alguna manera. -

- Conectados? De qué manera? No entiendo. - Erik preguntó confundido.

- Bueno... Por ejemplo nosotros dos tenemos un vínculo, algo que nos une. Yo soy tu mamá y tu eres mi hijo. Verdad? - La mujer explicó con dulzura.

- Si. Pero Charles no es un familiar mío! - Explicó como si fuera una obviedad. Su madre rió.

- Claro que no, cariño. Pero a eso iba. Existen diferentes tipos de vínculos... Tu padre te explicó que eres un alfa, verdad? - El pequeño asintió enérgico. - Bien, se dice que para cada alfa, hay un omega destinado. Es decir, otra persona que está destinada a tener un vínculo contigo aunque no sea a través de un lazo sanguíneo. Entiendes? - Edie explicó con calma.

Propiedad Privada (CHERIK - AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora