Epílogo

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- ¿Estás listo? - Erik inquirió con travesura mientras besaba el cuello de su esposo. Pasó sus manos por la cintura de Charles, jugueteando con su piel por debajo de la camisa.

- Erik, si no me dejas terminar de envolver éste budín, no podremos irnos! - Charles continuó con la tarea aunque se le estaba dificultando. Las caricias de su esposo eran persuasivas, y su piel ardía de excitación bajo sus hábiles dedos.

- Tal vez quiero que nos quedemos aquí, y hacerte mío. Completamente mío. - Erik subrayó mientras mordisqueaba la suave piel entre su cuello y hombro. - Tu aroma me está matando Charles, prometo que será rápido pero déjame hacerlo... - Abrió la camisa de su esposo, de espaldas a él, y tras correr la tela, dejó su hombro al descubierto, besándolo con ansías.

- Oh, Erik...- Charles se apoyó de la mesada de la cocina para sostenerse, mientras su esposo lo desnudaba y acariciaba lentamente. Su cuerpo se estremecía bajo las caricias de Erik, y cuando el alfa comenzó a estimular su entrada, se sintió desfallecer.

- Mmm, estás listo... me encanta que seas tan predispuesto, mi amor. - Erik murmuró suavamente contra su oído, mientras embestía dos dedos en su interior.

Charles dejó escapar un gemido, sosteniéndose con fuerza de la mesada hasta que sus manos se pusieron blancas. La excitación lo golpeaba como olas y necesitaba tener a Erik dentro suyo.

- Hazlo, Erik... - Murmuró débilmente mientras un nuevo gemido estallaba desde su garganta. Sus largos dedos estaban haciéndole perder el control.

- Te llevaré a la habitación... - Sus palabras se vieron interrumpidas cuando Charles lo tomó del cuello de la camisa y lo atrajo hasta pegarlo cerca de su rostro.

- No quiero ir al maldito cuarto, quiero que lo hagas aquí y ahora! - Murmuró enfurecido y Erik sin poder contenerse hundió más profundamente sus dedos y Charles sollozó de placer.

- Lo que tu ordenes, mi amor. - Erik retiró sus dedos, y tras desabrocharse el pantalón, dejó salir su enhiesto miembro. Obligó a Charles a recargarse contra la mesada, de espaldas a él y tras posicionarse, enterró su adolorido miembro en el interior de su esposo.

Ambos dejaron escapar un gemido, y tras sujetarlo por las caderas, Erik comenzó a embestir con fuerza. Salía y entraba con estocadas firmes y profundas, buscando con desesperación el punto de placer de su esposo. Cuando lo alcanzó, comenzó a arremeter sin piedad contra él, mientras Charles se deshacía en gemidos y sollozos de placer.

- Erik... - Charles gimió su nombre y el alfa sintió un delicioso escalofrio recorrer su espalda. De un tirón obligó a su omega a recargarse contra su torso, y cuando las embestidas se volvieron más rápidas y ambos estuvieron al borde del orgasmo, Erik comenzó a lamer y besar la sensible piel entre la unión del cuello y hombro de Charles, allí donde su embriagadora fragancia se concentraba con ansías.

- Erik... qué haces...? - Charles murmuró con expectación y excitación. Durante demasiado tiempo había esperado por lo que su esposo estaba a punto de hacer.

- Lo que debería haber hecho desde un principio, hacerte mío. - Bajó sus colmillos hasta la suave piel, y los hundió profundamente en su carne con deseo. Charles dejó escapar un gemido mitad de dolor, mitad de placer y segundos después ambos estallaron en un intenso y candente orgasmo que los consumió por completo.

Minutos después Erik lo tomó entre sus brazos, y lo acostó con suavidad sobre la cama. Lo cubrió con las mantas y Charles suspiró con una sonrisa de placer en el rostro.

- Me haces tan feliz, Erik... - Charles murmuró, mientras acariciaba la mandíbula de su esposo con cariño.

- Y tú a mi, mi amor. Te amo. - Erik depositó un dulce beso en sus labios y Charles volvió a sonreír.

- Yo también te amo... -

- Espera, no te pongas celoso. También te amo a ti. - Erik depositó un afectuoso beso en el redondeado vientre de su esposo y Charles sonrió enternecido.

- Por el bien de ambos espero que tu hijo/a no sea un omega o enloquecerás. - Charles repuso con diversión y una mueca de disgusto se instaló en el rostro de su esposo.

- Seré un buen padre y verificaré personalmente a cada alfa con el que quiera relacionarse... No entiendo porque me tienes en tan mal estima. - Erik explicó ligeramente ofendido.

- Porque tu reacción con Pietro y Logan será sólo un paseo por el campo, comparado lo que seras con tu propio hijo. - Charles explicó intentando contener una risa. Amaba hacer enojar a Erik.

- Ya veremos. Por lo pronto me ocuparé que ningún imbécil se acerque a mi omega. - Erik sonrió con autosuficiencia. Rodeó a Charles con un brazo y lo pegó contra él, disfrutando de su intoxicante aroma.

- Nadie querrá acercarse a mi apestando a ti, cariño. - Charles repuso con suavidad, depositando un beso en el fuerte torso de Erik.

- Mejor así. Ahora descansa un rato y luego iremos a la reunión. Si tus amigos preguntan les diremos que se nos pinchó la rueda del auto, pero sabes que no creerán ni una sola palabra. - Erik comentó con diversión.

- No, no nos creerán. Les diré la verdad, que mi insaciable esposo me atacó mientras preparaba la comida para llevar y se nos hizo tarde. - Charles rió al ver el gesto ofendido de su esposo.

- Yo te ataqué? Disculpa, pero tú me ordenaste que te lo hiciera ahí mismo en la cocina. - Erik rebatió, sonriendo al ver el sonrojo en las mejillas de su adorable omega.

- Ok, ok. Diremos que se pinchó la goma aunque no nos crean. Ahora cállate y bésame. - Se besaron largamente, hasta que el sueño los venció por completo.

Dos horas después llegaron a lo de Raven, casi para el final de la reunión. Nadie creyó lo del neumático, y por el resto de la velada se burlaron de la marca en el cuello de Charles y de las manos "traviesas" de Erik Lehnsherr.

Propiedad Privada (CHERIK - AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora