Capitulo 35

687 66 3
                                    



— ¡Buenos días, fenómeno!

Y así, señoras y señores, es como inicia mí día a día. Gruñí frustrada cuando Will paso a mi lado revolviendo mi cabello.

—Lo seria si no tuviera que ver tu estúpida cara cada mañana.

—Vaya, alguien amaneció de buen humor. ¿Qué haces para mantenerte tan alegre?

—No morir a causa de tu idiotez.

Will sonrió, mientras servía cereal en un tazón. — Eres muy grosera. Sigue así y terminaras cuidando gatos como una vieja amargada.

—Prefiero los gatos a estar rodeada de imbéciles descerebrados.

—Nena, tus palabras me hieren. — Coloco una mano sobre su pecho. — Justo aquí.

— ¿No tienes un lugar a donde ir? Podrías dejar de ser un vago y buscar una vida.

—Gracias, lo tomare en cuenta. — dijo en un tono de voz que daba a entender que no le importaba nada de lo que dijera. Will enarco una ceja. — ¿Qué haces aquí?

Así o mas idiota.

—Es mi casa, imbécil.

—No me refería a eso. Se supone que deberías estar en el instituto. — Bufe a manera de respuesta. — ¡Ah! Pero si no asistes no podrás ser alguien en la vida. — reprocho con burla.

Pero miren quien habla.

—Voy y vengo a mi antojo. ¿Algún problema?

—Si. Interrumpes mis mañanas.

Mi boca cayó al suelo indignada. ¿Cómo se atrevía a decir tremenda estupidez? — ¿Disculpa?

—Estas perdonada. Ahora fuera. Llegaras tarde.

—Eres un imbécil.

—Deberías ampliar tu vocabulario. Las personas se aburren de tus constantes insultos. ¡Oh! Ahora que lo recuerdo, dejaron esto para ti la semana pasada. — Depositó un sobre blanco sobre la mesa. Fruncí el ceño, desconcertada. No recibía correo a menudo. Le eche un rápido vistazo al sobre y distinguí el logo impreso. Le lance una mirada a Will. Él se encogió de hombros. — He estado ocupado.

Lo fulmine con la mirada. — Gracias por demostrar que eres un inútil.

—Un placer.

Metí el sobre en mi mochila y salí de casa en dirección al instituto.

Camino al infierno pase frente a la casa de los Black, justo cuando un deportivo color azul se estacionaba frente a la propiedad. Un hombre vestido completamente de negro salió del auto. Me pregunto si no se cocinara ahí adentro con el calor del verano. Aparentaba unos cuarenta años aunque no lo sobria decir con exactitud. Llevaba unas gafas de sol. El hombre miro en mi dirección y sonrió. Me detuve de inmediato. Había visto esa misma sonrisa en otro lado.

Lance mi skateboard al suelo y salí disparada. No soy una gran fan de conocer a nuevas personas ni a estar en presencia de personas que no me interesan. Aunque ahora que lo recuerdo, Alex siempre evita hablar de su familia. Esta hubiera sido mi oportunidad. Pero con mi suerte las cosas saldrían al contrario de como las planeo.

Minutos después llegue al instituto. ¡Sorpresa! Perdí la primera hora de clase. Tuve que ingeniármela para lograr entrar sin llevarme una detención en el proceso. Solo diré que tener cierta reputación y conocer a las personas adecuadas es una gran ventaja.

Orgullo, Sam, OrgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora