Hoy era un hermoso sábado por la mañana. EL sol brillaba con intensidad, filtrándose por mi ventana. Las aves cantaban y las ardillas correteaban en los árboles. Y yo estaba jodidamente enfadada.
¿Por qué?
Buena Pregunta.
¡Era sábado, por el amor a todas la comida! Después de haber estado casi un mes condenada a despertar temprano por un estúpido castigo, (gracias a un estúpido alguien, cuyo nombre no debe ser mencionado) lo que más añoraba en este instante era dormir una semana sin ser interrumpida.
Pero no.
La luz del sol alumbro directo a mi cara, despertándome. Luego un irrespetuoso azulejo no paraba de llamar a sus ligues justo en mi ventana. ¡Juro que el ave tenía una mirada determinada! Quería acabar con mi sueño. Cuando logre espantarlo, una monstruosa ardilla se metió en mi habitación, vete tu ha saber por qué. Y por si fuera poco los monstruos no paraban de golpear la pared del otro lado.
Pero eso no fue la cereza de mi pastel. Básicamente porque no tenía pastel a cual ponerle la cereza.
— ¡¿Qué bastardo mal nacido se comió mi pastel?! — Esto era el colmo. La noche anterior, después de presenciar el sermón del año, había decido hornear un pastel. No deje mi esfuerzo en esa obra de arte solo para que un mundano se lo tragara. Y se preguntaran: ¿Y por qué no le pusiste nombre? Pues si lo hice. Tome un sharpie y escribí alrededor de todo el recipiente:
"¡Si lo comes, mueres! PROPIEDAD DE SAM."
Debía haber sido convincente. Pero no. Algún idiota se lo trago. Y para colmo dejaron el recipiente vacío dentro del refrigerador.
Estaba furiosa. Nadie se mete con mi comida. NADIE. Especialmente en un día tan inútil como hoy.
Azote la puerta del refrigerador. Camine a grandes zancadas (al menos tan grandes como mis cortas piernas me lo permitieron) en dirección a la estancia. Iba decida a partirle la cara a cualquiera de los engendros.
Me detuve en el centro de la habitación. Dylan estaba leyendo sobre el sillón, mientras Will tecleaba como adicto sobre su teléfono; Frente al televisor, Ricky y Ryan juegan en su consola de PS como sus u vida dependiera de ello.
Me aclare la garganta. Ninguno se inmuto.
—Imbéciles.
Nada.
Presione mis nudillos con fuerza. Estos inútiles podían con mi paciencia.
—IDIOTAS MAL NACIDOS QUE NO PIENSAN RESPONDER. — Le lance un cojín en la cabeza a cada uno y estos se quejaron del dolor.
—Alguien necesita un ajuste en el sistema— canturreo Will. — ¿Quieres que llame a Black, Nena?
Mis hermanos rieron. Alce mi barbilla desafiante. — Tengo una lista de torturas solo para ti inútil. Recuerda que aún tengo el teléfono de Sasha. — Will intento sonreí despreocupado, pero note la vacilación en sus ojos. Sasha es una chica del instituto, quien había desarrollado una enfermiza obsesión con Will. A veces se aparecía de la nada en sus clases o en medio de sus citas. Parte de ello era mi culpa. Cuando Will me fastidiaba le daba la ubicación a Sasha para que lo atormentara. Aun guardaba su número en caso de emergencias, y Will lo sabía.
Will se aclaró la garganta. — Como sea, que haces despierta a esta hora. — Miro el reloj. — Son las once, ¿No deberías estar hibernando?
—Ha sido una mañana de mierda, y un inútil de ustedes se atraganto con mi pastel. Así que quiero saber quién fue para arrancarle los ojos con un tenedor y obligarle a que me compre un pastel.
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Orgullo, Sam, Orgullo
Novela JuvenilOrgullosa hasta la medula, más un carácter explosivo, es igual a : Sam. Una adolescente cuyas únicas pasiones son las bromas, el skateboard y los dulces. Para una adolescente promedio, Sam vive una vida medianamente normal. Con padres incomprens...