Nunca había pensado en que Alex pudiese lucir más apuesto que en las presentaciones que yo ya había presenciado. No solamente su físico, sino también la confianza y serenidad que proyectaba. La visión de el sobre el escenario, haciendo una reverencia y sonreír ampliamente, robo mi aliento.
Creo que me derretí un poco.
Sip.
Estoy segura que me encuentro tirada en el suelo.
La melodía que comienza a llenar el auditorio me hace sonreír. Ya lo había escuchado practicar pero la manera en la que lo hace esa noche, es simplemente estupendo.
Siento una lagrima correr por mi mejilla, y no lo entiendo. No estoy triste. Me siento orgullosa, fascinada y conmovida por el chico que se encuentra parada en el escenario. Por el idiota que resuelto no ser tan idiota que roba mi corazón. Me sentí volando sobre una nube de ilusión y Ale era quien la conducía.
Maldije mentalmente.
Yo no solía ser sensible ante la música. Pero yo había cambiado mucho en estos últimos meses. Y sinceramente esperaba seguir cambiando, creciendo y evolucionando a su lado. Sabía que él me quería, me lo había declarado en más de una ocasión. El problema es que jamás le he demostrado, ni con palabras ni mucho menos con gestos, lo que siento por él. Y ahora que reflexionaba sobre ello, mi temor a abrirme había estado congelando nuestra relación a tal grado de frenarle; de volverle inseguro con respecto a mí. Como si yo fuera una bomba de tiempo que acabaría detonando y echando a perder todo su esfuerzo.
Pero ya no más.
Había decidido asistir a su presentación para demostrarle que él podía contar conmigo, que sería su apoyo siempre que el me necesitara. Que yo estaría a su lado sin importar los obstáculos.
Una ola de aplausos rompió mi ensoñación e imite a la audiencia. Alex ya había terminado.
No considere oportuno lanzarme entre el público en su búsqueda. ¡Esta no era una maldita película romántica! Y lo más probable es que terminaría partiéndole la frente a un extraño.
Decidí salir al pabellón principal, totalmente dispuesta a esperar por él. Un grupo de mujeres chalaban alegremente. Cuando estas mencionaron el nombre de Alex no pude apartar mi atención de su conversación. Y me oculte detrás de un biombo cercano a ellas para escucharles mejor.
Una mujer que llevaba un turbante dorado sobre su cabeza, asentía enérgicamente a sus acompañantes.
—Ha sido un éxito. Alex, Dora y Mare han sido elegidos como los mejores intérpretes que se presentaron.
—Definitivamente— agrego otra mujer, un poco mayor que las demás. — Son la viva imagen de la juventud exitosa. Todos tendrán un futuro brillante.
—Escuche que ciertos colegas están muy complacidos con esta generación. No me sorprendería si le plantearan propuestas al muchacho.
—Venga Eva, tú sabes qué es lo que tienen bajo la manga.
La mujer rio, pero cuando se disponía a revelar la información más personas se acercaron.
— ¿a quién espiamos?
Mi corazón se detuvo de golpe. — Imbécil. — susurre. El ebrio se había acercado a mí de nuevo. — ¿Qué quieres?
El tipo se encogió de hombros. — Es muy entretenido estar cerca de ti. ¿Qué no ibas a buscar a tu novio? Puedes ir por el sabes, está justo ahí — dijo mientras señalaba a Alex. El chico en cuestión estaba siendo felicitado por un sin nuevo de personas, pero el parecí no estar prestándoles atención. Es más, diría que estaba buscando a alguien entre la audiencia.
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Orgullo, Sam, Orgullo
Novela JuvenilOrgullosa hasta la medula, más un carácter explosivo, es igual a : Sam. Una adolescente cuyas únicas pasiones son las bromas, el skateboard y los dulces. Para una adolescente promedio, Sam vive una vida medianamente normal. Con padres incomprens...