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Después de una semana en el hospital Paul al fin puede salir y casi está perfectamente, aún sigue adolorido y algunas cosas que le cicatricen pero de ahí en más está bien.

—es hora de irnos, Paul—entra John a la habitación.
—solo me cambio—Paul se levanta con cuidado de la cama.

El pelinegro toma una bolsa con ropa de John para ponérsela, es algo cómodo porque por las heridas no puede usar mezclilla ni nada áspero.

—no me veas—dice Paul.
—ya te he visto, Paul.
—uy, como un millón de veces—contesta Paul malhumorado.
—con una me bastó para saber qué eres hermoso, McCartney.

Paul termina de cambiarse y pasa un brazo encima del cuello de John para poder caminar bien.

—cállate y dame un beso—se queja Paul.

John duda porque puede que alguien lo vea pero luego cede a los encantadores labios de Paul dándole un beso algo largo y dulce.

—iremos en auto, Paul—dice John cuando empiezan a caminar.
—conduce con mucho cuidado, John por favor.
—por supuesto.

Cuando están en el auto Paul cierra los ojos porque no soporta la idea de estar en un auto, luego de lo de sus padres trato de conducir pero siempre los imaginaba tumbados en la acera y le aterraba.

—estoy muy cansado—murmura Paul.
—cuando lleguemos vas a descansar y conocerás a Mimi.

John se estaciona fuera de la casa de Mimi y ayuda a Paul para bajar con mucho cuidado. Mimi los recibe con tazas de té y los tres se sientan en el sofá.

—tú eres más lindo que la loca de su ex—dice Mimi de la nada.
—gracias—se ríe Paul.
—¿y ya se acostaron?

Al escuchar esto John se atraganta con el té y se limpia para luego fulminar a Mimi con la mirada.

—¿que? No me digas que te da pena el sexo, John porque lo hacías como conejo y en mi casa—dice Mimi muy natural.
—Mimi...
—ten cuidado, chico—dice Mimi a Paul—John es muy desordenado y está loco.

—lo tendré en cuenta—se ríe Paul.
—bueno, los dejo porque debo de ir a hacer unas cosas—se levanta Mimi.
—ve—dice John.

Antes de salir Mimi se asoma por la puerta.

—¡y no forniquen en mi casa!—grita enojada y sale.

—perdón, ella puede ser muy loca y estricta—se disculpa John.

Paul no dice nada y se limita a ver su taza de té, John lo carga con cuidado y lo sienta arriba de sus piernas.

—¿que sucede? ¿Te duele algo?
—no, es solo que—suspira—debo de regresar a Blackpool y tú te debes de quedarte aquí en Liverpool.
—no, tú jamás regresaras a Blackpool, iremos por tus cosas y vivirás aquí. No me importa si no quieres, me toca tenerte de huésped, mi vida.
—John...

Paul no alcanza a decir nada porque está rompiendo en llanto, escondiendo su rostro en el cuello de John.

—lo entendí, Paul y no somos homosexuales.
—te amo—dice Paul.
—te amo aún más.

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Estoy haciendo los capítulos más cortos para que tengan más verano en Blackpool:D
¿Usan tacones? Yo use tres veces y se me enterró una uña súper horrible. JAMÁS VOLVERÉ A USAR TACONES, ¡viva los converse y botas!🤙🏼
1/3 ☹️
Gracias por leer❤️🙏🏼

McLennon-Verano En BlackpoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora