Capítulo 6 - La caja negra

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Shao estaba alterado. Maravillado por el extraño objeto que habían subido a la nave, apenas había tardado unos minutos en volver a su lado tras hacer unas fugaces reparaciones de última hora:

· Es increíble, una obra maestra de ingeniería. - se acercó al artefacto y se arrodilló.

· Tenemos órdenes de no interactuar con el cargamento - dijo William

· Vamos capitán, no me dirá que no le intriga ¿no?

William se quedó callado y una pequeña sonrisa apareció en sus arrugados labios. Sabía que no había nadie cerca que pudiera comprometer el contrato de silencio que le habían obligado a firmar... así que siguió escuchando a Shao. Layna tampoco dijo nada:

· Lo que suponía. - seguía sonriendo - Bien, mirad aquí. - dijo a la vez que señalaba uno de los miles de garabatos dorados que envolvían el artefacto

· ¿Qué tenemos que mirar? - preguntó Layna

· Fijaos bien. Al principio yo tampoco me di cuenta.

William y Layna se acercaron un poco más y miraron fijamente una especie de círculo dorado, rodeado por otros ocho círculos de diferentes tamaños y otros cinco círculos muy pequeños desperdigados por la zona que Shao señalaba:

· ¿Nada? ¿Acaso soy más listo que vosotros? - emitió una carcajada

· Yo no veo nada. - dijo Layna

· Ni yo. - dijo William

· Fijaos... Mercurio, Venus, Tierra - enfatizó esa palabra mientras lo señalaba - Marte, Júpiter, Saturno, Urano... ¡Y Neptuno!

· ¡Por favor! - dijo Layna mientras hacia un gesto que insinuaba que Shao estaba mal de la cabeza

· Le has dado el significado que más te convenía - afirmó William - Además, ¿Qué son los otros puntos?

· ¡Aja! Sabía que lo preguntarías... son planetas enanos.

· ¿Planetas enanos? - William hizo una mueca de desaprobación

· Exacto, mirad... Ceres, Plutón, Haumea, Makemake y Eris... ¡Es nuestro sistema solar!

· ¡¿Sistema solar?! - exclamó Layna - ¡Deberías dejar de esnifar ese aceite que empleas en las maquinas!

· ¿No me creéis eh? Vale, explicadme esto entonces - señaló a otra parte diferente de la caja negra - mirad estos puntos... un planeta solitario rodeado por nueve lunas, ¿Os es familiar?

Layna miró a William y este le devolvió la mirada, ambos pensaban que Shao desvariaba más de lo normal. Normalmente cuando se le metía una idea en la cabeza, por rara o descabellada que fuera, era muy difícil que la olvidase.

· Tantas horas de trabajo te han nublado el juicio. - dijo Layna

· Tonterías, estoy perfectamente. Mirad.

Shao se levantó y corrió hacia detrás del artefacto, cogiendo del suelo un aparato metálico de pequeñas dimensiones con una pantalla y algunas teclas. Apuntó el aparato hacia aquella caja negra, este emitió un pitido. Tras eso, Shao corrió hasta William y Layna y les mostró la pantalla:

· ¿Veis? El medidor se ha vuelto loco. Material desconocido, material desconocido... acaso algo de carbono y azufre... ¡Pero el resto de componentes no los reconoce! Explicadme eso.

· Estos cacharros suelen ser precisos... pero no descartemos que podría estar estropeado. - William se mostró algo más interesado

· Bueno, a todo esto, - Layna estaba demasiado cansada para aguantar los desvaríos de aquel entusiasmado joven - ¿Qué es lo que nos quieres decir? ¿Qué alguien dibujó una especie de mapa estelar en esta caja?

· ¡Exacto! Creo que lo que tenemos aquí es una especie mapa... aunque su objetivo lo desconozco, no encuentro un patrón para poder leerlo.

Se quedaron callados. La sonrisa de Shao no había desaparecido, esperaba ansioso alguna respuesta a favor de su teoría. Layna miraba el artefacto, intentando dar validez a alguno de los comentarios de Shao. William revisaba los datos recogidos por el medidor, intentando comprender si se debían a un fallo u otra cosa.

· Lo digo enserio. Mirad su superficie, es totalmente lisa. Los grabados no dejan ningún surco, son parte de la propia estructura y están hechos de un material que reacciona al tacto, cambiando su tono dorado por un color rojizo... eso sin contar el sistema de seguridad.

· ¿Sistema de seguridad? - William salió de su ensoñación

· ¡Nunca mejor dicho!

Shao le arrebató de las manos el medidor a William y lo dejó caer sobre el artefacto, que no tardó en reaccionar cambiando el dorado por rojo intenso y emitiendo un potente chispazo que lanzó por los aires el aparato de medición, dejando a Layna y William anonadados.

· Y os aconsejo que no lo toquéis, yo lo descubrí por las malas... aun tengo la mano entumecida... - pensó que por fin había captado su atención.

Layna, Shao y William observaron detenidamente el artefacto... hasta que un grito proveniente de algún lugar de la nave cambió radicalmente la situación.

Cora: Destino inciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora