El ambiente de la zona de carga de la nave estaba repleto de negatividad. El artefacto, rodeado por cientos de pequeños rayos, emitía un sonido similar al zumbido de un enjambre de avispas. Los símbolos dorados que lo adornaban cambiaban a un color rojo intenso y, con la misma rapidez, volvían a su color dorado para luego volver a cambiar.
Lobo, atraído por el ruido, había llegado allí segundos antes de que aquella caja negra comenzase a producir un espeluznante chirrido...como si millones de pequeños trozos de cristal chocasen los unos con los otros en el interior del artefacto. Poco después, un nuevo sonido se acopló a aquella peculiar sinfonía. Parecía como si alguien o algo golpease el artefacto, intentado escapar de una angosta cárcel herméticamente cerrada. Lobo se sobresaltó, pero permaneció inmóvil... acechando.
Finalmente, el artefacto se había abombado tanto que uno de sus lados cedió a la presión provocando una explosión que lanzó trozos de metal como si fueran proyectiles por toda la zona. Uno de esos trozos alcanzó a Lobo, incrustándose en su cavidad torácica y cauterizando la herida al mismo tiempo que penetraba y desprendía un intenso humo negro.
Asustado, Lobo huyó de allí a toda velocidad... mientras comenzaba a sentirse más y más débil con cada pequeño paso que daba. Detrás de él, una sombra negra salía del interior del artefacto a través del gran boquete creado por el estallido, expandiéndose por toda la zona de carga y desapareciendo lentamente por los conductos de ventilación.
El pobre animal deambulaba en busca de su dueño, guiándose por su olfato, hasta que por fin lo vio asomarse por la puerta que conducía a la sala de maquinas:
· Protocolo 55... Protocolo 55... – la alarma sonaba al compas de la suave voz de Caroline
Lobo se desplomó contra el suelo, Shao corrió hacia su amigo:
· ¿¡Que te ocurre pequeño!? – dijo mientras lo cogía en brazos
Buscó alguna herida entre el grisáceo pelaje, pero lo único que encontró fue una especie de quemadura bastante grande cerca de su pata derecha delantera:
· Protocolo 55... Protocolo 55...
William y Layna, que todavía se encontraban en medio del pasillo donde el coronel había demostrado quien estaba por encima de quien, se dirigieron lo más rápido que pudieron hasta la zona de carga, tal y como les indicaba la voz de Caroline. Cuando llegaron vieron el artefacto completamente destrozado y trozos de metal ennegrecido clavados en las paredes. Aquel lugar olía fatal:
· Pero qué demonios... – dijo Layna mientras se acercaba al artefacto
· Ten cuidado... – le dijo su tío
La joven analizó la caja. El interior parecía estar recubierto por un polvo negro que tenía un fuerte olor a azufre. El duro y liso metal había sido sometido a tanta fuerza que las partes circundantes al gran orificio estaban plegadas hacia afuera:
· Está claro que este cacharro ha explotado. – Layna se arrodilló y tocó el artefacto, los símbolos ya no reaccionaban al tacto – Aunque está helado...
Shao hizo su aparición en la zona de carga, con Lobo entre sus brazos como si fuera un bebe. Aquella situación volvió a emocionar al curioso veinteañero, pero esta vez no sonrió, simplemente se acercó en silencio:
· Shao, creo que tu... mapa estelar... ha explotado. – dijo William
· Explotado... o algo ha salido de su interior... – Lobo emitió un pequeño gemido
· ¡Claro, como no lo había imaginado! – dijo Layna con sarcasmo – Dime Elliot, ¿Ahora es cuando aparece E.T y nos señala su casa? – se burló de Shao señalándole con el dedo, haciendo alusión a una película bastante antigua
Tom S. Serus entró por la puerta como un tornado, apartando de su camino todo lo que se encontraba hasta llegar al destartalado artefacto. Los gemelos entraron después:
· ¡Joder, joder, joder! – se giró hacía William – ¡Qué coño ha pasado! – se dispuso a atacar a William, pero Layna se interpuso en su camino – ¡Aparta zorra! – dijo a la vez que la empujaba
Layna recobró el equilibrio y embistió a Tom, que cayó encima del artefacto clavándose un trozo de metal en el costado... pero ni se inmutó, solo se miró la herida y después miró a Layna. Cuando se iba a levantar para contraatacar, William sacó un arma:
· Le aconsejo que no lo haga coronel. – dijo mientras apuntaba a Tom con aquella pequeña pistola que había mantenido oculta en su pierna
· ¿Va a dispararme? – parecía desafiarle
· Podría hacerlo. – Tom levantó las manos y sonrió, la sangre de la herida comenzó a descender por sus piernas, colándose dentro de sus botas
· Está bien, está bien... ¿Podrías decirme que ha pasado aquí?
· Díganoslo usted, esta cosa es suya. – Tom dejó de sonreír, la furia le invadía de nuevo
· Es posible... – dijo Shao, todos se le quedaron mirando – Seguramente al atravesar la puerta la energía que tenía esta cosa sufrió algún tipo de alteración, colapsándose y produciendo posteriormente su... explosión. – Shao se dio cuenta de que todos le miraban – Aunque solo es una teoría. – dijo mientras daba un paso atrás
Ahora las miradas se centraron nuevamente en el artefacto. La misión de trasladarlo intacto a la tierra había fracasado... ya no era más que chatarra con poca utilidad.
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Cora: Destino incierto
Science FictionLa nave Cora y su tripulación son los encargados de trasladar un artefacto de origen desconocido hallado en la moribunda luna Oculus, que orbita alrededor del lejano planeta Horus, hasta la tierra. La aparentemente sencilla misión dirigida por el ca...