Capítulo 40 | Endless Night

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Narra _______

Me era increíble el milagro de haber conseguido escondite de manera tan sutilmente sencilla, sin peligrar en un hotel cualquiera ni la necesidad de informar sobre nuestros nombres a un extraño que nos delataría por unas cuantas monedas, vendiéndonos al peligro y obviando la verdadera realidad sobre nuestro permanente estado de alerta referente a Henderson y los suyos.

Ingeniosamente nos las arreglamos para continuar adelante. Aun así, no fue tarea fácil convencer al castaño de continuar unidos, juntos. Él seguía reacio a mantenerse a mi lado, continuaba estancado con la idea de que yo era tan solo una especie de estafadora o algo parecido. En su mente rondaba el pensamiento de que yo era una chica sin corazón, lo cual era una cruel mentira.

Rogaba para que se apiadara de mi, notase aunque sea por algunos instantes mi verdadera intención. No estaba planeado que él me descubriera, mas bien, ¡desde hacía semanas quería confesarle la verdad! Tan solo agradezco que ya no existan más secretos entre nosotros. O eso espero...

Me senté a un lado suyo sin lograr apartar la mirada de su rostro. No pude evitar sonreír rendida ante los encantos de ese chico. Mi mirada cariñosa no se apartó en ningún momento del castaño, quien se mantenía sumergido en las profundidades de sueños completamente desconocidos para mí. Realmente fue una tarea ardua convencerlo de acompañarme hasta el final de el Caso Henderson. Me fue casi imposible quitarle la idea en la cabeza de abandonarlo en el hospital más cercano. Juraba haber visto una cana verde al observarme en el espejo algunos minutos antes de acercarme a su lado. 

Podía ver en sus avellanados ojos el sufrimiento al recordar a Logan Henderson. Claro esta que no es algo de todos los días que tu 'mejor amigo' intente asesinarte. No obstante, él era el único que conocía el paradero de Henderson. James era esa persona que necesitaba desde que inicié el caso, era el amuleto de buena suerte que me guiaría al final de esta interminable persecución. 

James aún conservaba rastros de dolor en sus expresiones faciales, pese a que algunas horas atrás me haya encargado de limpiar y curar todas sus heridas. Sonreí levemente, recordando su mala actuación al aparentar estar molesto al momento en que vendaba y comenzaba a desinfectar aquellos dolorosos moretones de su brazo. Se quejaba de dolor mientras la culpabilidad me atacaba en la profundidad del pecho. Pero tan solo con elevar la mirada y fijarme en sus ojos pude notar la diversión brillando en estos.

Nadie sabe con exactitud cuanto tiempo me quede embobada mirándolo mientras él dormía. Tengo que aceptarlo, tal vez Josh tuvo razón en todo momento, y mi plan desde un principio trataba sobre acabar al lado del 'niño bonito' . Era un hecho, James era irresistible para cualquier mujer que posara sus ojos en él. Su cuerpo bien definido, trabajado, casi podría jurar que esculpido por los mismos dioses... Aquella cara de ángel con esos avellanados orbes qué, cuando te observaban, sentías que nada más existía a tu alrededor, que él podía ver a través de tu alma.

Parpadeé, notando lo absorta que estaba del mundo y maldije por lo bajo el día que choqué con ese chico en aquel bar. Absolutamente nada habría pasado si tan solo me hubiera percatado que James iba por delante de Henderson, mi verdadera presa. Tal vez fijarme en la realidad de que ese rostro angelical era el de realmente un rompe corazones que desde el inicio de todo pensaba tan solo en utilizarme para tener relaciones sexuales. Si tan solo hubiera escuchado a Carlos...

Desde el primer momento en que lo vi logré conocer sus intenciones. La lujuria brillando en sus ojos era palpable a simple vista. No obstante, ignoré aquello y me aproveché de esa deseosa mirada fija en mi desde la noche en que nos conocimos.

Es absurdo que luego de tanto tiempo transcurrido notará que Redmond siempre tuvo razón. Siempre me negué a creerle por qué sabía lo que ocurriría si le hacía caso, pero sucedió lo más obvio.
Me enamoré de James, aun cuando él me odie.

Acaricié con ternura y suavidad su rostro, hipnotizada a causa de la tranquila expresión de él mientras descansaba. Deposite un cálido y sonoro beso en su frente, antes de retirarme con el creciente temor de que despertara y me mirará con aquella dura y gélida expresión mientras me pedía con paciencia que me apartara de su lado.  

La seguridad que siempre existió en mi interior desaparecía fugazmente de dentro de mí por culpa de estos sentimientos floreciendo. James era mi debilidad, aunque también era mi fuerza.

Me sobresalté cuando sus ojos se abrieron al fin. Mi corazón saltaba en mi pecho, queriéndose escapar por mi garganta al momento en que esos intensos y oscuros ojos se posaron en mí. 

—¿E-estas bien? —balbuceé con notable nerviosismo en mi voz, aunque también era perceptible la preocupación alojada en mí.

Me maldije internamente. Parezco una adolescente hormonal atrapada ante los encantos de un chico... No es la primera vez que me siento atraída hacia un hombre, no debería de comportarme de esta manera.

Él asintió en respuesta, apartando la mirada de mí careciendo de expresión en su rostro. 

Tomé una bocanada de aire antes de hablar, controlando tanto como podía el inusual nerviosismo hormonal arruinando mi relajada y normal acitud. —¿Seguro? Luces algo pálido —señalé mordiendo mi labio inferior inconscientemente mientras mis ojos vagaban por sus improvisados vendajes—. Puedo cambiar tus vendajes o tal vez...   

Me interrumpió. —En serio, estoy bien.

Asentí sin mover esconder una mueca de fastidio. Esta sería una larga noche...    

—Lo lamento —fruncí el ceño dirigiendo toda mi atención a él. ¿Por qué lo lamentaría? Todo esto es culpa mía, no tiene nada que lamentar.

—¿Por qué?

—Tal vez no debí ser tan duro contigo. Solo haces tu trabajo —lo note tensarse—. Aunque eso requiera usarme como carnada para peces.

Negué tomando su mano. Me extrañé aún más cuando no me apartó. —No tienes razones para disculparte —sonreí de lado—, yo te metí en este lío, ¿no?

Él asintió y desvió la mirada. Sí, estoy completamente segura de que sería una muy incomoda e interminable noche.



𝗔𝗴𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗜𝗻𝗳𝗶𝗹𝘁𝗿𝗮𝗱𝗮 / ʲᵃᵐᵉˢ ᵐᵃˢˡᵒʷDonde viven las historias. Descúbrelo ahora