Capítulo 38 | Let's Try Again

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La joven contuvo el aliento sin saber como arreglar su pequeño pero gran problema. Él no debía saber de la presencia de James en el recinto, nadie tenía razones para conocer sobre él, saber que había sobrevivido... o como ella lo rescato de aquel contenedor. ¿Y qué si el causante de esto la oía? Era imposible confiar en nadie, más que en ellos mismos. No podía confiar ni siquiera en su mejor amigo: Carlos.

El moreno se quitó los audífonos que traía, la música se escuchaba hasta donde yo estaba a un metro y medio de distancia calculo la chica observándolo, y frunció el ceño mirándola. -Hola. Perdón por eso, no te escuche... ¿decías algo importante?-ella negó rápidamente sonriendo para sus adentros con un alivio inmenso, de que al menos él no se haya enterado- ¿Qué haces aquí? Tu no eres de estar en estos lugares -río levemente, y una dulce sonrisa se esparció en el rostro del muchacho.

Antes de responder, los ojos de ella se dirigieron al zapato de él, soltando una risa lo miro señalando el lugar de donde colgaba el pedazo de papel higiénico adherido a la suela de su bota izquierda, la cual tenía algo de barro o algo parecido, seguro por las incesantes lluvias... -Nunca cambias, Carlitos -suspiro señalando su bota-, nunca cambias -río negando levemente. Él miró algo preocupado su bota, quito el papel higiénico y sonrió con un trapo que saco de su bolsillo, limpio el barro apuradamente.

Se levantó al fin y la miró algo serio luego suspiro pesadamente y le sonrió con aspecto cansado. En el momento en que ella quiso preguntar él había empezado a hablar.-¿Me dirás porque estás aquí? -la chica se encogió de hombros y señalé el lugar donde permanecía Josh sentando.

-Olvidé algo y lo necesitó en serio -suspiró haciendo una mueca al mirarlo. Por por primera vez esa noche no estaba mintiendo, tan solo evitaba contar la historia a lujo de detalles-. ¿Estás cansado? Luces... agotado.

-No, claro que no... -negó rápidamente- Solo extraño a cierta chica a mi lado -le sonrió coqueto a _______ y ella rodó los ojos con diversión.- ¿Podrías siquiera darme una oportunidad? -la miró suplicante, causando risas por parte de ella.

-Creó que ya tengo a alguien, Carlos... -hizo una mueca fingiendo tristeza, ella lo notó tensarse.- Lo lamento, pero en serio lo quiero -murmuró en un suspiro. Realmente al principio había sido una pequeña mentira blanca para quitar a Carlos de su camino por una vez por todas, sin recordar que en realidad si se sentía así hacía alguien- Y él me quiere a mí -sonrió levemente, sintiendo un ardor en el pecho, justo donde se encontraría su corazón. Él si la quería, pero lejos de su vida.

-Esta bien... No tienes que darme un discurso sobre cuanto lo amas -bufó luciendo enojado a lo que ella volvió a reír. La chica analizó sus palabras y negó frunciendo el ceño.

-¡No estoy enamorada! -se quejó y su rostro ardió, en una muestra de su cuerpo por negar aquello que ella vociferaba intensamente. Como muchas veces más esta misma noche, maldijo para sus adentros, esta vez odiando no lograr controlar los sonrojos ni calmar el acelerado latir del órgano que le proporcionaba la vida.

Él rió sin gracia. -Los ojos te brillan al hablarme de él... Supuse que te negarías, otra vez -una mueca de fastidio plasmada en su rostro, a diferencia de esa blanca sonrisa que hace segundos iluminaba su rostro-. Da igual, estoy saliendo con Alexa -sonrió levemente, pero en sus ojos centelleaban el dolor de verla correr a los brazos de alguien más, de perderla... dejarla ir, junto a lo que sería el odio a quien quiera que se haya robado el corazón de, según él, 'su chica'.

Un suspiro de resignación escapo por los labios del moreno, mientras que ella no borraba la sonrisa de sus labios recordando el beso que le robó al castaño.

-Creó que lloverá... -murmura la chica escuchando el gran estruendo de un trueno por sobre la música moderna sonando en las cornetas de algún reproductor. El moreno instantáneamente le extendió su chaqueta a ella. Ella negó suspirando. Un fuerte olor a perfume impregnaba la chaqueta que él sostenía frente a ella, esperando a que la tomara la joven frente a sus ojos. - Carlos, no hace falta. Gracias, pero me iré en mi auto, esta estacionado afuera no me mojare -se encoje de hombros sonriendo.

Un gruñido se escapo de la garganta de Carlos, mirándola algo indignado de que rechazara cada intento por acercarsele, o cuidarla simplemente. -Oh vamos... No puede...-ella lo interrumpió.

-Si, si puedo Carlos -le sonrió levemente-. No te preocupes por mí. En serio -el suspiró, cambiando la molestia momentánea de sus ojos por una un poco más dolida.

-Te arrepentirás de dejarme -le guiña un ojo algo coqueto, ignorando el vacío de su pecho en un intento de aligerar el ambiente-. Nos vemos luego...-dice sobre su hombro abriéndose paso a la salida.

Ella sonrió levemente. Tal vez podría salvar su amistad con Carlos, si tan solo olvidara esa obsesión que tenía sobre ellos en una relación amorosa...






𝗔𝗴𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗜𝗻𝗳𝗶𝗹𝘁𝗿𝗮𝗱𝗮 / ʲᵃᵐᵉˢ ᵐᵃˢˡᵒʷDonde viven las historias. Descúbrelo ahora