Capítulo 3

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Siento que se acerca, trae su libreta y audífonos. Cruzamos miradas y me sonríe, le devuelvo la sonrisa mientras sigo limpiando los monitores. 

 - ¿Aún te falta mucho? Yo ya estoy por terminar.-

 – No, ya estoy por terminar también.- me esfuerzo sobrenaturalmente para que mi voz no se quiebre por los nervios. 

Camina hacia la oficina con mis ojos clavándosele en la espalda. Termino mi aseo y entro a la oficina para checar mi egreso. Está sentado frente al monitor, lo rodeo y coloco mi huella en el reloj checador. Siente mi brazo sobre su hombro y se quita los audífonos. 

 – No sé mucho de ti todavía, ni siquiera se tu edad, qué estudiaste, nada...- se acomoda en su silla frente a mí y cruza los brazos. 

 – Tampoco yo sé mucho de ti – Me siento arriba del escritorio – Creo que es tiempo de que nos conozcamos mas. – imito su gesto, cruzo mis brazos y me acomodo lo mejor posible. 

Él me sonríe.

 – Pues...te escucho.- enarca una de sus cejas.

 – Muy bien...tengo 22 años, estudié medios audiovisuales, osea cine, estoy terminando mi tesis que es un documental, me gusta el color negro y...prácticamente no sé qué mas decirte.-

- Yo tengo 21, estudio psicología, aún no me titulo pero ya estoy terminando la carrera, mi color favorito es el rojo y no sé que mas quisieras saber de mi.-

_ – Psicólogo ¿eh?, ¿me estas analizando en este momento?, ¿qué te dicen mis ojos?- no voy a mentir, siempre he pensado eso de los psicólogos. 

Suelta una carcajada. 

- No siempre analizamos a la gente pero tienes unos ojos muy bonitos.- sus pupilas se clavan en las mías y siento que me ruborizo. 

**

Ha pasado una hora y no hemos dejado de platicar. Estamos ahora en el mostrador. La conversación está empezando a subir de tono y no tengo idea de dónde empezó todo pero me gusta el camino que va tomando. La curiosidad siempre me ha definido y admito que a veces cruzo los límites. 

 - ¿Puedo hacerte una pregunta muy personal?-

 – Puedes preguntarme lo que quieras.- me sonríe y yo siento que quiero derretirme. 

Tomo una bocanada de aire. No es ético, es demasiado personal pero mis entrañas escupen sin pensar.

– Supongo que no eres virgen, ¿cierto?- Él niega con una sonrisa - ¿cuándo fue la última vez que lo hiciste?-

¡Lo he dicho!, las palabras han salido estrepitosamente de mi boca y huyendo despavoridas pero estoy segura que lo ha escuchado, su mirada me lo dice. No puedo interpretarla, quizá esté pensando que soy una obscena, ninfómana y que padezco severas filias pero no me importa. Enarca una ceja y se acerca un poco mas a mí. 

– Ayer.-

Mis ojos se abren casi saliendo de sus cuencas. Estoy sorprendida, no pensé que fuese tan sincero y siento una punzada en el pecho. Me muerdo el labio y escupo sin pensar. 

- ¿Cómo fue?- ¡Tengo que callarme! Creo que he cruzado los límites pero es demasiado tarde para volver. 

- Estuvo bien, un poco de juego al principio, caricias y después...lo hice.- alza los hombros restando importancia. 

- A mí me gusta que vayan directo al grano.- Sonríe.

- Deberías experimentar las caricias antes, es vital para que te excites y te humedezcas, para que así cuando se dé la penetración no te duela tanto.-

¿Imposible?-  Bruno Mars (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora