Capítulo 16

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Una pequeña gota de sangre manchaba mis bragas, respiré completamente aliviada, jamás había agradecido mas en mi vida porque llegara mi periodo, pasó de ser algo totalmente odiado a ponerlo en un altar. Estar embarazada había sido tachado de mi lista de preocupaciones, ahora el único inconveniente era el odio sin sentido que mi padre tenía hacia Bruno, ni siquiera habían platicado profundamente, no se conocían, ¿por qué me prohibía hablar con él?

Me di una ducha que se sintió como estar en la gloria, las gotas caían sobre mi espalda relajando cada uno de mis músculos. Al salir quité el paño del espejo y me vi, sonreí, me sentía hermosa, jamás me había visualizado de esa manera, aunque con Bruno repitiéndomelo todos los días era difícil no sentirse como tal.

Bajé las escaleras dando brinquitos, me sentía como Heidi en el campo, estaba feliz y sólo quería llegar al trabajo para darle la noticia a Bruno y quitarle la preocupación, un beso no estaría de mas. Tomé las llaves del auto y conduje hacia la sucursal.

**

Tenía una hora trabajando con entusiasmo, Paulina me miraba desconcertada, yo simplemente reía, no quería darle explicaciones de nada, era mejor mantener el perfil bajo, nadie de la sucursal resultaba de confianza cuando nuestro trabajo pendía de un hilo por mantener una relación secreta.

Había tiempo muerto y me recargué en las cajas sin armar para checar mis redes sociales, sentí unos brazos envolver mi cintura y un olor mentolado y delicioso cubrió mis fosas nasales, indudablemente era Bruno.

Bruno.- ¿Cómo estas?, aparte de buenísima.- esto último lo dijo susurrándome al oído.

Sonreí y me giré. Necesitaba verlo.

__(tn). Muy bien, ¿y tú?-

Bruno.- Hay una cosa que me preocupa un poco pero estoy muy bien.-

__(tn).- Si lo que te preocupa es si estoy embarazada puedes respirar...no lo estoy.-

Emitió un suspiro de alivio.

Bruno.- Genial, no es que no lo quisiera pero no me siento preparado todavía.-

__(tn).-Te amo.- dije mirándolo fijamente a los ojos.

Bruno.- Yo también te amo muchísimo.- me besó.

En medio del beso escuchamos que alguien se aclaraba la garganta. Habíamos olvidado por completo el lugar en el que nos encontrábamos.

Karla.- Al gerente distrital le va a encantar saber de esto.- dijo mostrando una sonrisa maliciosa.

¡Mierda!, si el gerente distrital se enteraba de nuestra relación entonces nos separarían.

Bruno.- Karla ya hablamos de esto.- dijo ocultando su enfado.

Karla.- Tú sabes que no se permiten parejitas en la misma sucursal y como estoy a cargo no lo puedo permitir...que pena.- dijo fingiendo lástima.

Dio media vuelta y se fue. Quería estrangularla y aventar su cuerpo en una fosa. ¡Maldita zorra!

Bruno.- No te preocupes, voy a hablar con ella.- me besó y se fue.

**

Mi turno estaba por finalizar, había poco trabajo por ser mitad de semana pero me mantenía ocupada armando cajas. No había tenido oportunidad de hablar con Bruno ya que parecía ocupado y también un poco molesto. Pero ¿quién no lo estaría cuando se tiene que trabajar con la cacariza de Karla? Esa mujer tenía cráteres en el rostro, que lamentable.

Me reí de mi propio comentario pero alcé la vista y mis ojos no daban crédito a lo que veían. Por la puerta ingresaba Rafael, el gerente distrital. Que me trague la tierra.

Rafael.- ¡Hola!, debes ser ___(tn), ¿cierto?- dijo mientras estrechaba su mano.

__(tn).- Lo soy, mucho gusto.- estreché su mano sumamente nerviosa.

Rafael.- Soy Rafael, el gerente distrital, seguramente habrás escuchado de mí.-

Asentí mostrando una sonrisa nerviosa.

Rafael.- Un gusto, voy a pasar a la oficina, Karla me ha marcado que tiene algo importante que decirme, permiso.-

Y se fue hacia la oficina, Karla lo recibió y me miró mientras sonreía con malicia. Esa zorra le dirá lo que hay entre Bruno y yo, si es así nos mandarán a sucursales diferentes y ya no podré verlo. Primero mi padre y ahora Karla. ¡Los odio!

Me giré para seguir armando cajas y dispersar mi mente. Escuché como Rafael le hablaba a Bruno un tanto molesto. ¡Ay no!

Bruno.- ¿Qué sucede?- dijo desconcertado.

Rafael.- Karla me ha platicado algo que no me gusta para nada, entra por favor.- su rostro denotaba molestia.

Bruno entró y la puerta se cerró dejándome con el signo de interrogación pasmado en el rostro.

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¿Imposible?-  Bruno Mars (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora