Capítulo 14

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Lo prometido es deuda, les dejo un capítulo con contenido Bang Bang como les gusta jajaja

Va dedicado a  @VeroLazi, que desde el principio de mi novela me ha seguido y me ha comentado en casi todos mis capítulos. ¡Muchas gracias!

Disfruten :)

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Después de media hora salieron de la oficina, Karla se acomodaba la ropa mientras me lanzaba una sonrisa. La odiaba. Mi mente empezó a crear una historia de qué pudieron haber hecho ahí dentro por tanto tiempo. La sangre me hervía. Bruno me miró y sonrió, se fue acercando a mí hasta que llegó y rozó mi brazo con sus dedos.

Bruno.- ¿Todo bien?- dijo preocupado tras mirar mi cara llena de odio.

__(tn).- ¿Tú que crees?- estaba furiosa.

Bruno me miró extrañado, después su semblante fue cambiando poco a poco y sonrió.

Bruno.- Piensas que estuve haciendo cosas con Karla...- dijo poniendo los ojos en blanco.

No dije nada.

Bruno se acercó a mi oído. Los vellos de mi piel se erizaron.

Bruno.- Jamás te sería infiel. Estoy enamorado de ti y no tengo ojos para nadie mas. No quiero que lo dudes hermosa.- finalizó con una sonrisa arrebatadora.

No pude evitar sonreír también. Confiaba en él. Tenía tantas ganas de besarlo.

***

El trabajo había continuado de forma habitual, la jornada estaba a punto de terminar. En la sucursal sólo estábamos Bruno y yo. Emití un largo suspiro cuando dejé el trapeador limpio en la trastienda concluyendo el aseo que me corresponde. Me dirigí hacia la oficina para checar mi egreso, aunque claro estaba que no me iría sino hasta que Bruno terminara el inventario. Cuando entré vi sus hermosos rulos y no pude evitar pasar mis dedos entre ellos. Lo jalé suavemente para que sus labios quedaran cerca de los míos y lo besé. Me daba pequeños besos mientras sonreía.

Me senté encima del escritorio y me dispuse a checar mis redes sociales en lo que Bruno terminaba. Había terminado en una sección de videos graciosos de gatos en Youtube, vi como Bruno apagaba la computadora y se ponía de pie. Sentí que me quitó el celular de las manos y lo dejó a un lado, se acercó y me besó con desesperación, su cuerpo estaba pegado junto al mío, nuestros latidos se escuchaban al unísono. Posó sus labios en mi cuello y me hacía estremecer. Sentí su mano descender por mi vientre hasta adentrarse lentamente en mi parte íntima, sus dedos rozaban mi clítoris. Abrí los ojos espantada.

__(tn).- Bruno...aquí no...- dije intentando controlar los pequeños gemidos que ansiaban escapar de mi boca.

Bruno.- ¿Por qué no?- su tono de voz sensual hacía que mi entrepierna rogara por mas.

__(tn).- Es un restaurante y aparte ¿qué tal si nos ven o nos escuchan?-

Bruno.- No estamos en el área de preparación y son las 12 de la noche, ¿crees que alguien acaso nos va a escuchar?-

Suena convincente, o al menos eso lo creía mi conciencia demasiado excitada por las caricias de Bruno. El placer había borrado cualquier señal de lógica o razonamiento. Decidí continuar, la puerta de la oficina estaba cerrada y los espejos eran polarizados, si alguien entraba no podría saber lo que ocurría ahí dentro.

Comenzó a desabotonar mi pantalón y yo hice lo mismo con el suyo. Saqué su pene y comencé a frotarlo con mis manos, Bruno cerró los ojos y emitió un gemido que casi me hacía terminar en el momento. Estaba empapada, completamente excitada y no podía detenerme.

Sus manos subieron y se quedaron tocando mis pechos, Bruno me miró con fuego en los ojos, me quitó la blusa y la aventó al suelo. Hizo lo mismo con mi pantalón. Yo seguía sus movimientos y en cuestión de segundos ambos estábamos en ropa interior. Sólo se escuchaban nuestros alientos.

Lentamente me quito las bragas y yo con mis pies fui deslizando su bóxer hasta el suelo. Estaba desnudo frente a mí y quería comérmelo. Quito mi sostén y coloco su pene justo en la entrada de mi vagina, se movía lentamente, estaba torturándome y lo sabía, su sonrisa traviesa lo delataba. Me besaba el cuello, los hombros, sus manos paseaban por mi cuerpo y yo lo necesitaba dentro.

Tomó mis piernas con sus manos y me besó al mismo tiempo que se introducía en mí con fuerza, solté un gemido, sino fuera porque los labios de Bruno cubrían los míos seguramente se hubiera escuchado varios kilómetros a la redonda. Comenzó a moverse lentamente.

__(tn).- Hazlo rápido.- imploré.

Bruno me miró directamente a los ojos y sonrío. Puso su mano en mi nuca y me acercó a él.

Bruno.- Como ordene mi princesa.-

Aceleró sus embestidas y yo empezaba a sentir cómo se avecinaba el orgasmo, nunca había experimentado tanto placer en mi vida y jamás había logrado alcanzar el orgasmo en tan poco tiempo. Este hombre era un dios y lo amaba. Mis gemidos eran bastante sonoros, Bruno tenía su cabeza recargada sobre mi hombro y podía escuchar como gemía. Tenía esparcido su sudor por todo mi cuerpo. Nos besábamos con pasión, no hubo una sola parte de nuestro cuerpo que no hubiera sido cubierta con besos.

De repente lo separé, me miró extrañado. Me bajé del escritorio y le di la espalda mientras pegaba mis glúteos a su pene, lo miré con una sonrisa perversa invitándolo a introducirse en mí de nuevo. Puso sus manos en mis glúteos, acercó su pene a mi vagina y me penetró. Al sentirlo cerré los ojos y mordí mis labios. Era exquisito. Comenzó a moverse rápidamente, después de varias embestidas y sonidos alaridos de total éxtasis llegamos juntos al orgasmo. Sentí su frente recargarse en mi espalda mientras recobraba el aliento. Me sentía muy bien.

Sentí como sacaba su miembro. Me volteé para ver su rostro, estaba cubierto en sudor y me sonreía. Si le hubiera tomado una foto seguramente la hubiera usado para darme placer cuando él estuviera lejos. Se acercó a mí y me besó, era un beso tierno.

Bruno.- Te quiero.- sus ojos estaban clavados en los míos.

__(tn).- Yo también.- le dije mientras le daba un pequeño beso en la nariz. Sonrió.

Comenzamos a vestirnos en silencio, terminé y miré el celular. ¡Era la 1:30 de la mañana y tenía tres llamadas perdidas de mi madre! ¡Mierda!

Bruno.- ¿Ya te están buscando?- dijo mientras depositaba un beso en mi cuello.

__(tn). Si, tengo que salir corriendo.- hice un puchero.

**

Después de varias despedidas al fin pude despegarme de él, era totalmente adictivo. Conduje hasta la casa con una sonrisa en mis labios, mi entrepierna se encendía con cada recuerdo sobre lo que había ocurrido momentos atrás. Me sentía excitada tan solo de pensarlo. Llegué a casa, mi madre estaba jugando en la computadora.

TM.- Estuvo preguntando por ti, ¿por qué tardaste tanto?-

_(tn).- Había mucho trabajo y la tienda estaba muy sucia, me tardé limpiándola.- rogaba que me creyera, no era el momento para que la correcta __ saliera.

Asintió con la cabeza y no dijo mas.

Subí las escaleras y pasé justo por un lado de la habitación de mis padres, la tele estaba encendida.

TP.- Vas a explicarme ahora por qué demonios llegaste a esta hora.- dijo en un tono grave, calmado pero bastante terrorífico.

Me quedé petrificada, mirando hacia la nada. Había entrado al mismo infierno y tendría una conversación con Satanás, que Dios me ampare.

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¿Imposible?-  Bruno Mars (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora