El día había llegado, estaba a punto de salir del trabajo y miraba constantemente mi celular esperando algún mensaje suyo, sólo faltaban unos cuantos minutos y lo tendría de frente pero debía ser discreta, nadie podía enterarse de que saliendo de aquí me iría con Bruno. Mi celular vibró notificándome un mensaje, era Bruno que me decía que estaba detrás del contenedor de basura esperándome. Sonreí. Me sentía emocionada, al fin lo vería y sin la preocupación de que alguien nos viera. Me dirigí hacia los anaqueles para tomar mis cosas, entré al baño y me quité el uniforme, una vez arreglada salí para checar mi egreso, 9:00 de la noche en punto señalaba el reloj checador. Me despedí de todos y salí hacia mi automóvil, lo tenía estacionado frente a la sucursal así que tenía que moverlo para que nadie nos viera. Avancé unos cuantos metros y me posicioné detrás del contenedor, Bruno estaba recargado en un poste mirando su celular, cuando escuchó el motor del vehículo levantó la mirada y me sonrió. Caminó decidido y se subió al asiento del copiloto, nos saludamos con un beso en los labios, ¡vaya!, había salido totalmente natural, nuestros cuerpos comenzaban a entenderse.
- Hola.- dije nerviosa.
- Hola.- me dijo mientras esbozaba una perfecta sonrisa.
Estoy muda, aún sigo sorprendida por lo del beso. Mi cuerpo comienza a petrificarse. Miro hacia la sucursal constantemente. En medio de todo el bullicio que está creando mi cerebro siento la calidez de su mano sobre la mía.
- Tranquila.- de nuevo miro cómo su boca se curva y me muestra la sonrisa más gratificante que he mirado en años. Sus ojos avellana arrebatadores me quitan el aliento.
Estoy teniendo dudas, ¿qué tal si Bruno sólo me quiere para tener sexo?, ¿y si quedo embarazada?, empiezo también a pensar que seguro ya le dijo a sus amigos y he sido víctima de una cruel apuesta. Me envuelvo en un mar de inseguridad y siento que me ahogo.
- Podemos ir al motel y no hacer nada, sólo veremos tele para que te sientas mas segura, no voy a obligarte a hacer algo que no quieres.- a veces siento que puede leer mis pensamientos, a cada momento en que mis emociones me empequeñecen él llega para engrandecerme.
No puedo negarlo, con la inseguridad que siento probablemente si miraremos la tele. O platicar. Aunque no puedo negar que cada que lo veo me sigue fascinando; su tez, los hoyuelos en sus mejillas, sus rizos...todo. Y es cuando mi cuerpo lo necesita mas que nunca.
- Está bien, vamos.- enciendo el motor y mis ojos casi salen de sus cuencas cuando miro a un repartidor caminando hacia nuestra dirección, el aliento se me va cuando nos mira y sonríe. ¡Mierda!, por fuera estoy en silencio pero por dentro mi voz es tan alta que me aturde, estoy implorando que no diga nada. Miro a Bruno sin intenciones de ocultar el pánico que me envuelve y me confundo al verlo tan tranquilo.
- ¿Alguien mas te vio?- mi respiración está agitada.
- No, tranquila, no dirá nada.- está tan tranquilo que no me la creo. No ha cambiado de posición, su respiración es lenta y ni un rastro de nerviosismo se asoma por su rostro.
¿Cómo puede estar tan tranquilo? Es un repartidor, amigo de Karla, si le cuenta no habrá vuelta atrás. ¡Cómo diantres puede estar tan tranquilo!
Respiro hondo y me alejo del lugar creyendo firmemente en la palabra de Bruno.
***
_- Ni creas que yo voy a pedir la habitación.- digo al mismo tiempo que ingresamos a la entrada del motel.
Suelta una carcajada.
- El interfon está de tu lado.- su hermosa sonrisa juguetona me deslumbra.
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¿Imposible?- Bruno Mars (En edición)
FanfictionSe conocieron en un restaurante de pizzas. Dos vidas que se unirán imprevistamente y bajo miles de circunstancias que harán hasta lo imposible por separarlos. El destino ¿los unirá? o ¿terminará por destruirlos?