Capítulo 8

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Miro hacia el techo viendo a la nada. Estoy recostada y sonriendo. Todo lo que siento por Bruno se ha incrementado de una forma asombrosamente rápida. Cada vez que se asoma en mis pensamientos las mariposas comienzan a revolotear en mi estómago. Estoy feliz. 

Me levanto y desperezo. Al estirarme emito un gemido de satisfacción. Es que todo me parece tan perfecto. Mis padres están hablando en la planta de abajo así que bajo a desayunar. Me sirvo el desayuno y al sentir el alimento en mi paladar y rozando cada una de mis pupilas gustativas cierro los ojos, está delicioso. Me percato que hay un silencio espectral y dos pares de ojos están fijos sobre mí. 

- Hace mucho que no vemos a Raúl.- mi madre intenta mantenerse relajada pero se que está igual de incómoda que yo. No sabe cómo abordar el tema y para ser honestos yo tampoco sabría cómo empezar. 

Y tiene razón, hace semanas que no lo veo, platicamos ocasionalmente en Facebook pero toda conversación que tenemos es corta e insípida. A pesar de todo él siempre se despide diciéndome que me ama y yo tecleo sin emoción que también siento lo mismo. La verdad ese sentimiento empezaba a corresponderle a otra persona. 

- Lo sé, pronto quedaremos para vernos.- miento. He mentido mucho más en los últimos meses que en toda mi vida. No me la creo. 

- ¿Por qué te has quedado hasta tarde en la sucursal?- la voz de mi padre, ronca y autoritaria, me estremece. Con mi madre puedo respirar pero cuando él habla, y más cuando es un tema tan serio, se me va el aliento. 

El desayuno agradable y delicioso se ha vuelto en un interrogatorio. Si miento estoy condenada a cadena perpetua. 

- Ha habido mucho trabajo, cuando se ha ido toda la gente debemos hacer aseo y prácticamente me toca limpiar toda la tienda.- ruego mentalmente porque mi nerviosismo no me delate. 

- En ese caso ya no me gustaría que trabajaras ahí.- está serio y da miedo. Mi madre sólo está sentada mirándome pero al parecer se ha quedado muda. 

Dejar de trabajar ahí. ¡Ni loca!, ¿cómo podría seguir viendo a Bruno?

- Me siento muy cómoda trabajando ahí.- esta vez estoy siendo honesta. Amo trabajar ahí.

Mi padre niega con la cabeza pero no dice más, le agradezco. Cambian de tema y puedo respirar de nuevo. 


***

Es mi día de descanso y mis pensamientos siguen girando hacia él. No puedo evitarlo ni tampoco quiero hacerlo. Reviso mi Facebook  y la ventana de conversaciones aparece dejándome ver un "hola" de Bruno. Sonrío al instante. Le contesto y nos quedamos platicando de todo y nada por un tiempo bastante largo. 

Todo es tan fluido, como si nos conociéramos de toda la vida. Me siento tan cómoda que me he planteado preguntarle algo pero mi sensatez me detiene. Si lo hago puede existir posibilidad de que después me arrepiente por completo. 

- Bruno...- tecleo nerviosa.

- ¿Qué sucede hermosa?-

Mis dedos pegan rítmicamente sobre mi pierna, unos cuantos se van hacia mi boca para retirar las uñas con mis dientes.Estoy nerviosa.  No sé si es lo correcto, no se qué pasará después de preguntarle, ¿valdría la pena? Que mas da.

- Tengo curiosidad sobre...hacerlo contigo.- tecleo lo más rápido que puedo y por poco me llevo las manos a la cara para taparme los ojos.

Pasan varios segundos de tensión total. La pantalla no me indica que Bruno esté escribiendo pero sigue en línea. Es el fin, he cruzado la línea. Seguro está pensando que soy una zorra. Mis manos comienzan a sudar. Miro la pantalla casi sin pestañear. 

¿Imposible?-  Bruno Mars (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora