Capítulo 11

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Estaba por finalizar mi turno y en la sucursal no había clientes, todos estaban armando cajas, paquetes con kétchup o limpiando. Yo estaba sentada junto al mostrador dándole vueltas a la situación una y otra vez. Bruno llevaba bastante tiempo dentro de la oficina con Karla.

Miguel se acercó junto con un repartidor y se decían cosas, después reían, yo bajo una nube negra y estos dos burlándose de mí, ¿dónde estaba el chiste?

Miguel.- ¿Qué tienes?

¡Rayos!, no podía decirle el motivo real.

__(tn).- Nada.- dije mientras esbozaba una sonrisa mas falsa que el amor entre Bruno y Karla.

Miguel.- Quiere llorar.- dijeron él y el repartidor al unísono señalándome con su dedo.

Primero sonreía y negaba con la cabeza, seguían repitiéndolo muy divertidos hasta que no pude mas, ¡Mierda!, claro que quería llorar. Cubrí mi rostro con mis manos y dejé salir las lágrimas que llevaban horas acumulándose.

No podía controlarme, después de tanto tiempo guardándolo resultaba imposible dejar de hacerlo. Las lágrimas seguían saliendo y sollozaba en silencio.

Repartidor.- ¿Qué le hiciste?

Miguel.- ¡Nada!, estaba bromeando.-

Se escuchaban preocupados. Sentí unos brazos rodearme.

Miguel.- Lo siento __(tn), no era mi intención.-

Me incorporé lentamente mientras cubría mi rostro, el repartidor que antes se burlaba de mí ahora no daba crédito a lo que veía.

Miguel.- Ven.- me ofreció su mano y me ayudó a levantarme.

Nos dirigimos a la trastienda, cuando pasé por la oficina me di cuenta que la puerta estaba abierta, Karla estaba llorando y le pegaba desesperadamente a Bruno en el pecho. Seguimos de largo y nos sentamos.

Miguel.- ¿Qué sucedió?

Las lágrimas seguían bajando por mis mejillas.

___(tn).- Le fui infiel a mi novio.-

Miguel se quedó con cara de que necesitaba mas explicaciones.

__(tn).- El de lentes, lo engañé con Bruno.-

Asintió la cabeza mientras estaba pensativo.

Miguel.- ¿Y te gustó?-

¿Qué clase de pregunta es esa?

___(tn).- Si...-

Miguel.- Entonces ¿por qué te sientes mal? – me dijo esbozando una sonrisa.

No comprendía. ¿No debía sentirme mal porque lo había disfrutado?

__(tn).- No comprendo.-

Miguel.- Cuando lo hiciste, ¿te pasó por la mente tu novio?, ¿lo hiciste con el afán de lastimarlo?- la verdad es que Raúl no me había pasado por la cabeza en ningún momento. Llevaba varios días antes del acontecimiento sin hacer acto de presencia en mi cerebro.

_(tn).- No.-

Miguel.- ¿Cómo era la relación con tu novio antes de que pasara?-

_(tn).- Ya casi no nos veíamos, casi no hablábamos...-

Miguel me mostró una amplia sonrisa e hizo un ademán con sus manos de "¿lo ves?"

Miguel.- ¿En qué crees que iba a terminar la relación cuando ya ni siquiera parecían pareja?, si él no te prestaba atención era obvio que la buscarías en otro lado.

__(tn).- Miguel fui infiel, eso no me hace buena persona.-

Miguel.- Pero tampoco te hace una mala persona, te juzgaría de mala manera si me dijeras que lo planeaste para lastimarlo o si me dijeras que te tenía en un altar pero la verdad es que no te pasó por la mente lastimarlo, no era tu intención herir los sentimientos de alguien mas. No debes sentirte mal de algo que disfrutaste.-

Sus palabras me tranquilizaron. Quizá tenía razón.

Bruno llegó y me miró con tristeza. Miguel se paró y se fue.

Bruno.- Todo terminó.- me dijo mientras se sentaba a mi lado.

Sentí un ligero peso menos sobre mis hombros. En eso Karla llegó con lágrimas en los ojos y se puso en cuclillas frente a nosotros. Esbozó una sonrisa que se veía falsa a kilómetros.

Karla.- Sólo quiero decirles que hacen una linda pareja y no voy a hacerles ningún daño. Ya hablé con Bruno y creo que ha sido lo mejor. Espero que les vaya muy bien.-

Se levantó y se fue. Miré a Bruno y me sonrió. Le devolví la sonrisa.

Claudia.- ¿Dónde están Bruno y __(tn)? – gritó.

¡Mierda!, estaba enojadísima. No me había percatado de que había gente esperando que la atendieran en el mostrador, Miguel y Alan presurosos hacían lo posible por sacar adelante el trabajo y nosotros en la trastienda derrochando lágrimas.

Salimos enseguida y Claudia nos miró inyectándonos veneno.

Claudia.- ¡No sé qué mierda está pasando aquí, pero sus líos amorosos me los dejan para cuando salgan del trabajo!

Los clientes que esperaban en el mostrador se quedaron atónitos mientras veían la escena colérica que Claudia había plantado. Sentí que mis mejillas se ruborizaban de la vergüenza. Claudia tomó a Bruno del brazo y lo jaló para la oficina. Me quedé parada en medio de la sucursal, con lágrimas secas, mocos y varios pares de ojos de gente extraña mirándome. Me acomodé el uniforme y me dirigí al mostrador para atender a los clientes.

¡Trágame tierra!

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Chicas, mil disculpas, me tardé mucho en actualizar pero verán, escribo la novela mientras estoy en el trabajo y a veces se me complica mucho avanzar. Prometo no dejarlas esperando mucho tiempo. A mis escasas pero fieles y hermosas lectoras ¡muchas gracias! La historia cada vez se pone mejor, ya verán.

Besos <3

¿Imposible?-  Bruno Mars (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora