Luego de haber vestido al chico dormido tuvieron que llevarlo en brazos, aunque quien lo hizo fue el más alto porque Nicolás no dio señales de querer hacerlo.
Era curioso ver como al chico le parecía el olor totalmente desagradable, para Elías solo era muy dulce pero suponía que tal vez esos olores no era para nada del agrado del menor.
Casi una hora después el de cabellos negros tomaba café mientras balanceaba sus piernas, Elías había decidido poner la música lo más alta posible para acallar los gemidos del chico de la habitación. El más alto estaba algo perturbado pero trataba de mantenerse tranquilo al ver a Nico tan quitado de pena.
Cuando el chico había recuperado la conciencia por poco y se tira encima de él si no fuera por el omega de cabellos negros quien lo detuvo, eso lo había dejado muy sorprendido y mucho más al notar que el rubio buscaba desesperado algo en la habitación hasta que encontró un frasco cilíndrico de perfume.
Lo que había hecho después -o donde lo introdujo- había sido algo que quería quitarse de la mente.
Ese chico se comportaba como que si estuviera completamente excitado y no pudiera controlarse.
Además, se deshizo del pañal apenas se despertó en la casa.
—Ya se le pasara en dos días...— Nicolás habló al notar como el otro movía nerviosamente sus dedos, Elías lo miró algo dudoso.
—Uhm... ¿suele ponerse así?— trató de sonar no muy incomodo, pero no podía evitar que el incidente se le hiciera realmente extraño.
Pero ¿Quién no se extrañaría? El chico rubio desde que se despertó estaba literalmente loco, deshaciéndose de lo que lo cubría, el pañal y todo lo que tuviera encima. Al menos había sido fácil encerrarlo en la habitación.
—Si, es algo normal... le pasa todos los meses...— explicó el menor tratando de contener su sonrisa, el olor del café tapaba el rastro de olor dulce así que se sentía tranquilo de nuevo. Solo debía mantener la taza cerca de su nariz, aunque el sabor no le gustaba del todo pero era una pequeña molestia para una buena razón.
—Por que... ¿Por qué tiene tanto fluido transparente saliendo de él?— movió su mano de manera nerviosa sobre la mesa, mirando de reojo al más bajo.
—Es algo normal— habló algo fastidiado sintiendo su burbuja de tranquilidad romperse, sabía que el moreno no podía evitar hacer preguntas pero no las quería responder en ese momento. Se levantó para caminar hacia la cocina, no sabía si podría explicarle a su benefactor que en realidad eran omegas y que una vez al mes necesitaban sus supresores o si no tenían un celo donde no podían pensar más que meterse algo por el... trasero.
Sirvió agua en un vaso y cerró los ojos mientras la tomaba, no pudo evitar recordar cuando estaba en esa habitación de paredes grises.
—Es normal rechazar a un alfa que es de tu familia— Jeremy le sonrió con dulzura así que volteó la vista hacia otro lado frunciendo el ceño de nuevo.
—Mi primo es adoptado, además... ya hacía tres horas que estaba con el celo.— no quería mirar esos ojos dulces, en ese momento solo le daban ganas de darse vuelta e irse.
—Dime exactamente... ¿Cómo lo rechazaste?— tragó sintiendo un nudo en el estomago, no quería responder pero debía hacerlo.
—Al principio no lo hice, su olor se me hizo atrayente pero no me acerqué a él, él lo hizo... nos besamos pero luego empezó a acariciar mis piernas y... sentí un fuerte rechazo, no sé, tipo ¡no me toques ahí, yo solo quería un beso y un abrazo!— suspiró nerviosamente antes de volver a mirar hacia su psicólogo -Lo patee y salí corriendo, me encerré en mi habitación...- cerró sus manos en puños. Si, cuando recuperó su conciencia se había sentido bien de no haberse dejado llevar ya que pudo evitar un embarazo no deseado pero luego se dio cuenta que la situación había sido demasiado rara.
Y sus padres se enteraron por su propia boca ya que su primo estaba demasiado avergonzado para decir en voz alta que casi se acostaba con él, ya que eran prácticamente familia.
—Oh...— otra vez Jeremy había visto la misma página de su libreta.
—Dígame de una vez ¿Qué cree que es lo que tengo? ¿Cual es mi defecto? ¿Por qué reaccione así? Noto que mira su libreta como que si hubiera anotado algo y no quiere hablar de ello— gruñó enojado mientras se cruzaba de brazos, a veces odiaba la manera tan dulce que tenía Jeremy con él, como que si tratara de no romperlo ¡Ya estaba roto, maldición! Era un estúpido omega defectuoso que ya no podía encajar en el mundo, que no tendría si quiera porque existir...
El psicólogo suspiró y el menor arrugó la nariz al sentir como el aroma se volvía más dulce como tratando de tranquilizarlo. Él no necesitaba tranquilizarse, él necesitaba que le dijera ya lo que estaba ocurriendo.
—Creo que eres un tipo de...—
—¿Estas bien?— el omega casi saltó al escuchar a Elías hablar puesto a que se había adentrado a sus recuerdos, asintió rápidamente dejando el vaso aún sintiendo el peso en el estomago.
Jeremy había sido sincero con él aunque hubiera preferido que saliera por la tangente luego de escuchar su respuesta. No había reaccionado bien, ahora, luego de varios días después de la sesión pensaba que tal vez había exagerado en su reacción.
Había creído que eso era lo suficientemente malo, pero lo peor ahora mismo resultaba ser que estaba varado en el pasado sin saber que hacer en absoluto.
Ahora mismo su defecto debía ser un poco más que un chiste.
—Solo estaba pensando...— murmuró sin saber a donde mirar, sin querer decir nada más.
—Te ves muy serio... ey ¿Tu hermano te llevara a casa cuando este normal?— el castaño sonrió hacia el otro, tratando de cortar la tensión del ambiente.
—En realidad... no es mi hermano— se removió incomodo pero sonrió, tratando de quitarle importancia. Por poco y había olvidado que había dicho que ese rubio desconocido era su hermano.
Ni siquiera sabía el nombre del chico en celo.
—Espera ¿Qué? ¿¡Y porque rayos lo trajimos!? ¿Cómo rayos sabes que todo lo que le pasa es normal? ¡Puede estar muy grave y por eso estaba en el hospital, pero ahora lo tenemos aquí y podría morir!— habló completamente histérico.
¿Qué tal si lo que tenía ese chico era terminal y se moría? ¡No podía tener su consciencia limpia si sabía que alguien murió por su culpa! Debía llevar a ese rubio de nuevo al hospital aunque el chico tratara de abusar de él cada que se acercaba, pero ¡Debían hacer algo! No debió haber confiado que el de cabellos negros de pronto encontró a su hermano, de hecho pensándolo bien eso sería una casualidad muy grande y bastante tonto.
Tonto él, por creer en esas mentiras.
—¡Lo que le sucede es muy normal, es un omega!— Nico ya no tenía paciencia así que le gritó bastante fastidiado, no estaba de humor.
—¿Un omega?— repitió rompiendo el flujo de sus pensamientos.
—¡Si!— frunció el ceño mientras hablaba, apretando sus puños al lado de su cuerpo.
—¿Qué rayos tiene que ver la letra del abecedario griego en esto?— reclamó aún nervioso mientras miraba hacia la puerta donde el rubio se encontraba, ni siquiera sabían el nombre del desconocido.
—¡Agh!— el más bajo frustrado se palmeó la cara cerrando los ojos.
¡Tenía que ser un beta prehistórico! ¿No podía haber retrocedido hasta un tiempo donde ya existían los omegas y alfas, así poder al menos conseguir un supresor? ¡Pero no, debía caer en el 2018!
—¡No, espera! ¡Explica lo que sucede!— Elías agarró su brazo y el omega volteó gruñendo mostrando sus dientes, más el humano lo soltó sorprendido dando unos pasos atrás.
Entre el cabello negro de Nico se podían ver unas orejas de gato.
—¿Qué... eres tu?— susurró sintiendo que le era imposible articular palabra.
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Este fue cortito así que trataré de actualizar mañana :3Gracias por sus votos y/o comentarios a:
RitsuKuroko
Darwin-chan
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Kashara123
grishiwatari
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Perdidos En El Pasado (Omega)
Random"Pero incluso la idea era tonta y estúpida ¿Cómo habría llegado al pasado? Solo era una ciudad rara... -Oye ¿En que año estamos?- miró hacia el que estaba a su lado, el chico arqueó la ceja pero el omega siguió mirándolo insistente y algo ansioso...