Capitulo 25: Derlei

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-Creo que eres algún tipo de asexual- habló suavemente, como temiendo romper al menor. El de cabellos negros miró hacia el psicólogo aferrándose con fuerza a los costados del sillón.
-¿Asexual?- repitió Nicolás asombrado mientras su expresión enojada se descomponía.
-Si-
-¿Y eso se cura...?- lo miró nervioso aferrando sus manos a la orilla del sillón con mucha más fuerza, casi clavando las uñas.
-Pequeño, la asexualidad es una sexualidad más. No se cura.- habló tierno antes de acariciar los cabellos del menor. Nicolás se apartó, no necesitaba lastima, necesitaba una maldita solución.
-¿Pero se puede cambiar?- murmuró aterrado mientras sentía que estaba a punto de empezar a temblar.
-No te espantes, tal vez mi deducción es incorrecta. Además no es del todo un defecto, el amor es más que sexo y...-
-¿¡Cómo se atreve a decirme eso!? La relaciones actualmente se basan en sexo... lo son, para tratar de tener bebés y... todo eso ¿Cómo puedo odiar el sexo? Toda la estúpida sociedad ama eso y...- sintió sus ojos cristalizarse y miró hacia otro lado, sintiéndose completamente fuera de lugar.
¿Asexual? ¿Asexual? ¿Incluso en el celo? ¿Qué clase de anómalo era?
Jadeó con fuerza mientras abría los ojos confundido, estaba todo a oscuras. Llevando su mano a la cabeza se sentó en la cama notando que las cortinas estaban cerradas y tenían una manta tapándolas.
Se sonrojó completamente al notar que estaba desnudo y mojado, se tapó rápidamente con las sabanas.
No recordaba nada de lo que había sucedido... solamente que había entrado en celo fuera de la fecha.
Miró hacia la silla y sonrió levemente pidiendo mentalmente que lo que sea que estuviera ahí sea algo de ropa, estiró su mano agarrando lo que había sintiéndose tranquilo al notar que era una playera.
¿Debería bañarse primero? Estaba lleno de fluidos.
Gruñó bajito parándose sintiendo a sus piernas temblar, caminó lo más rápido que pudo hacia el interruptor para prender la luz cerrando los ojos con fuerza al sentirse encandilado.
-¿Cuanto tiempo estuve en celo...?- murmuró para si mismo.
Aspiró fuertemente suspirando al notar que solo estaba el aroma de sus tres amigos, sin rastro de Evan o del alfa desconocido.
Miró la habitación y sonrió al ver que había un paño junto con una palangana con agua, caminó hacia ella arrodillándose antes de mojar el trapo para luego empezar a limpiarse. Así podría vestirse sin manchar la ropa e irse a bañar.
-¿Tu celo ya terminó? ¡Ya no siento tu aroma tan apestoso!- escuchó la voz del rubio y no pudo evitar una sonrisa ante eso, miró hacia la puerta la cual seguía cerrada.
-¡Si! Ya estoy consiente de nuevo... ¿Cuanto pasó?- empezó a vestirse con la ropa de la silla rápidamente preguntándose si la puerta estaba cerrada con llave desde afuera.
-Tres días, Evan se llevó al alfa. Es bastante guapo ¿Sabes? Se llama Isaac, al parecer son destinados ¿No te parece eso fantástico?- Blake parloteaba alegremente desde atrás de la puerta haciendo que Nicolás se tensara, apretó los labios mientras terminaba de acomodarse la camiseta.
¿Destinados? ¿Quién rayos pensaba que era fantástico encontrar a tu destinado en esa situación? ¡Estaban en el pasado, acababan de perder sus familias, su futuro, su vida, su todo!
Ahora mismo se sentía enojado con el destino.
-¿Puedo bañarme?- preguntó abriendo la puerta, Blake le sonreía bastante divertido a pesar de que él mismo tenía una cara seria.
-¡Claro! Ya hay una toalla por si quieres...- palmeó su cabeza como si se tratara de un cachorro y el de cabellos negros no pudo evitar gruñir un poco mientras evitaba el contacto saliendo con algo de ropa hacia el baño.
-¡Ya empezamos con el mal humor post-celo!- se rio a sus espaldas, de buena gana le hubiera tirado la ropa a la cara pero ahora mismo era más importante bañarse.
Blake lo miró caminar cruzado de brazos algo curioso por el mal humor, parecía que la noticia del destinado no lo había tomado nada bien, pero ¿Quién no lo tomaría bien?
Habían perdido todo pero al menos tenía algo, si, ser destinados no los obligaba a ser pareja pero tenían más disponibilidad con el otro.
-¿Ya está mejor?- la voz infantil lo hizo darse vuelta y encontrarse con el niño, asintió caminando hacia él con una sonrisa divertida.
-Creo que a Nicolás no le agradó Isaac- habló algo divertido revolviendo el cabello del más bajo para luego acariciar con cuidado sus orejas, Angelo solo inclinó levemente su cabeza hacia su mano lo que hizo que sintiera ternura. Ese niño se hacía querer a la fuerza.
-Pero ni siquiera lo conoce- murmuró el pelirrojo abriendo sus ojos de nuevo, mirándolo expectante.
-¡Lo sé!- Dejó escapar una risa -Pero sería bueno tener un drama amoroso de por medio mientras pensamos si ayudamos a Evan o no- se agachó para estar a la altura del menor.
-Evan dijo que si lo ayudábamos... los que nos enviaron aquí no llevarían de nuevo ¿Por qué no aceptar?- preguntó de manera inocente.
-Él... ¿Te dijo eso?- habló casi incrédulo recordando cuando el mayor había dicho que era imposible volver ¿Podía haber una pequeña posibilidad de que Evan se comunicara con los del futuro y ellos le dijeran que hacer? ¿Y si podían forzar a esas personas de llevarlos de nuevo al futuro si cumplían con la misión?
-¡Si! Yo creo... ¡qué el dice la verdad! Él también debe tener familia y un futuro en nuestro tiempo ¿Por qué mentiría? ¿Por qué haría caso tan fielmente si no estuviera seguro de que nos devolverán a nuestro tiempo?- preguntó esperanzado haciendo que algo se removiera dentro de él.
Esos tres días habían preferido no hablar demasiado de ello, Evan había estado rondando y dejando dinero el cual Elías cada vez más se rehusaba a tomar pero terminaba por aceptar.
Sabía que debían empezar a hacer una vida normal, buscar trabajo aunque no tenían ningún papel y en caso de Angelo empezar sus estudios de nuevo.
Pero si iban a volver al futuro ¿Por qué acostumbrarse a esa vida que no era la suya?
-Bueno... creo que tus razonamientos son correctos, enano...- se incorporó y agarró la mano de Angelo caminando hacia la cocina, había empezado a acostumbrarse más al niño que ya no estaba tan llorón como antes. Tal vez verlo tan destrozado por una pesadilla hacía algunos días lo había hecho ablandarse y darse cuenta lo duro que solía ser con el menor: de todas formas, Angelo era apenas un niño.
-¿Ya salió?- Elías se levantó del sillón bostezando mientras se estiraba, Blake asintió soltando la mano del menor quien corrió a sentarse en una silla.
-Si, Nicolás se esta bañando así que no uses el baño...- se burló el rubio -Traté de hacer un almuerzo... ¡Y me salió!- sonrió señalándose a si mismo y el menor se tapó la boca para no reírse mientras el moreno arqueaba una ceja.
-¿Qué hiciste de almuerzo?- preguntó tratando de no sonreír pero se le era imposible, Blake dejó escapar una risa antes de colgarse del brazo del más alto.
-¡Sándwiches de queso!- exclamó antes de reírse de nuevo, Elías negó con la cabeza riendo.
-Dejame hacer algo de fideos- musicó el mayor soltándose del agarre del rubio para dirigirse a la cocina, Blake miró con una ceja alzada al niño quien no dejaba de reírse.
-¡Al menos no queme nada!- levantó las manos.
-Pero no cocinaste nada- Angelo sonrió divertido.
-¡Hacer sándwiches es un arte!- Blake empezó a reír de nuevo mientras negaba con la cabeza -No valdré nunca como amo de casa...- habló sonriendo de manera amplia mientras se revolvía el cabello.
-Mamá decía que los omegas no deberíamos hacer las tareas del hogar... que eso era cosa de alfas o de servidumbre...- murmuró mirando hacia otro lado -Mi doctor solía decir lo contrario ¿Sabes? Y mi psicólogo no tenía una opinión fija... - explicó moviendo sus piernas.
-¿Psicólogo?- arqueó la ceja curioso ¿Quién enviaba a un niño tan joven a un psicólogo?
-Si, papá tenía miedo de que me afectara mucho eso de ser un omega defectuoso... así que consiguió un psicólogo. Era muy dulce, se llamaba Jeremy Derlei - habló mientras movía un poco sus manos.
-¿Derlei?- Blake alzó la cejas sorprendido al escuchar ese apellido sintiendo una punzada que no supo distinguir si era de miedo o solo de nervios.
-Si- asintió curioso ladeando la cabeza.
-Ah... yo conocí a un Derlei. Un alfa, tenía negocios con mi tía hasta que bueno... dejaron de tenerlos- se encogió de hombros dando un suspiro al sentir el olor a comida, sonriendo caminó hacia la cocina dando por terminada la conversación.
Angelo se paró siguiéndolo para ir a ayudar a Elías, tal vez necesitaba ayuda con los fideos.
-¿Ustedes son "omegas defectuosos"?- preguntó curioso el moreno una vez que los dos omegas entraron a la cocina, estaba revisando si los fideos ya estaban listos.
Angelo dio un pequeño suspiro pero Blake asintió rápidamente.
-Es una manera tonta de llamar a alguien que es diferente. "Defectuoso" es una palabra muy dura para alguien que solamente tiene una variable en el celo- se encogió de hombros.
-Yo... el doctor dijo que cuando empezara con los celos, los tendría solo cada tres meses- murmuró el menor algo incomodo.
-¡Qué bendita suerte!- exclamó Blake sonriendo -Yo debo soportarlo todos los meses...-
Elías sonrió divertido mirándolos con curiosidad, le gustaría saber más del futuro pero no quería incomodarlos. Sabía que tal vez estar lejos de su tiempo y hablar de el no era lo mejor ya que podía hacerlos sentirse triste.

Mientras tanto, en un lugar lejos del departamento, Evan miraba algunos de los documentos suspirando, ya habían encontrado el laboratorio pero no podía entrar él solo, era necesario que lo ayudasen los demás.
Estaba seguro que estaba cerca de convencerlos, el apego que sentían hacia Elías sería un empujoncito más hacia esa dirección y prometer que los que los habían enviado ahí los devolverían al futuro iba a ser la manera de sellar del trato.
El único problema era ese alfa.
Si Nicolás y él eran destinados el omega sería débil hacia los deseos del otro y lo que menos quería ahora era un drama romántico ¡Debían salvar a la humanidad!
Había visto como Elías se había comportado con el de cabellos negros cuando este entró en celo y realmente, no quería que una pelea entre este e Isaac por el omega echara por la borda a sus planes.
-¿Qué haces?- el chico se sentó sobre la mesa sin desordenar sus papeles, Evan frunció la nariz. Los días lo habían ayudado a acostumbrarse a la presencia del adolescente y su cuerpo ya no se sentía tan revolucionado por tener un alfa cerca luego de diez años rodeado de betas.
-Tengo cosas que atender...- señaló los papeles antes de poner más entre sus manos, Isaac resopló.
-¿Hace cuanto que estás en el pasado? Es decir... tienes una casa, el otro día nos llevaste a una mansión ¡Y tienes un edificio donde la gente te llama "jefe"!- estiró sus brazos como remarcando su punto, Evan apretó los labios.
-No tengo porque responderte... tu no me has dicho como llegaste aquí, al pasado- acomodó sus lentes como ya era su costumbre dejando los papeles acomodados sobre el escritorio. El alfa miró hacia otro lado sonrojándose un poco lo que denotaba que estaba avergonzado, Evan sonrió levemente pensando que parecía un niño.
-Bueno... yo... entre al laboratorio de mamá sin autorización ¿Si? Y estaba tratando de pasar desapercibido pero todos, maldita sea todo el mundo estaba vestido con un guardapolvo blanco...- miró hacia el omega de nuevo sonriendo nervioso -En una de esas tratando de evitar que me vieran entre a una puerta, la cosa es que dentro de ella había como un espejo pero que te reflejaba de manera extraña... era ¡Parecía una burbuja pero plana!
Pero entraron unas personas y al verme empezaron a preguntar quien era, que hacía ahí, así que retrocedí tratando de encontrar una excusa... me tropecé y caí arriba de esa cosa.
Luego me quede inconsciente y aparecí en una plaza cerca de aquí... - se revolvió el cabello aún nervioso al notar como el rostro del mayor se había puesto serio.
-Llegaste aquí... ¿Por casualidad? ¿Me estás jodiendo?- se levantó de la silla para estar a la misma altura que el alfa quien se inclinó un poco hacia atrás para que no quedaran tan cerca.
-Ehm... si, todo fue un accidente- sonrió agarrando sus propias manos entre ellas.
-¡Llegaste aquí por un accidente! ¡idiota!- exclamó furioso ¡No se lo podía creer! ¿Ese chico había llegado ahí por una casualidad? ¡Iba a arruinar todo!
-¡Ey! Yo que sabía que tenían un portal hacia otro tiempo...- se cruzó de brazos incorporándose pero eso no hizo que las ganas de Evan de darle un puñetazo se esfumaran.
-¿Cual es tu nombre completo?- refunfuñó enojado aún incrédulo
-Isaac Valentín Steele Derlei-
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Muchas gracias por leer.
Lamento no haber actualizado la semana pasada.
Entre en época de exámenes así que decidí actualizar dos veces hoy y volvería a actualizar el 18 o 19 de noviembre cuando terminen todos mis exámenes.

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