En medio de la misión.

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—Aquí es donde termina el "área segura" — Evan murmuró parando su caminar apenas un metro de haber pasado, haciendo que los tres se quedaran atrás. —Luego de aquí volveremos a ser vigilados por cámaras, por lo que deberemos movernos rápido para llegar a la sala de control e inmovilizar a quienes están ahí, este lugar no tiene alarmas generales así que a lo sumo una o dos áreas sabrán que hay intrusos aquí.—explicó mientras ponía unos dardos más a su arma.
Mientras tanto Blake y Nicolás se acercaron a una trampilla de hierro que había, cerca había una de vidrio pero no se podía ver hacia adentro.
—Creo que son las salidas de emergencia.— susurró el rubio mientras buscaba el wokitoki en la mochila sonriendo al encontrarlo, prediéndolo con rapidez —Hola, águilas azules ¿Ya están?— habló algo burlón mientras que el de cabello negro rodaba los ojos algo divertido.
—No, aún no, debemos llegar a la sala de control.— Isaac fue quien le contestó, sonriendo aunque no pudieran verlo.
—Estamos en el patio trasero y hay dos entradas, pero creo que son difíciles de abrir...— explicó mientras se sentaba, sin importarle mancharse la ropa con tierra.
El alfa miró hacia Evan quien retrocedió y agarró el aparato.
—¿Hay alguna entrada de vidrio?— su voz sonó sin fuerza, casi cansada.
—Sep— Blake arqueó la ceja al escucharlo mientras respondía ante la atenta mirada del de cabello negro quien no podía escuchar lo que contestaban del otro lado así que trataba de adivinar la conversación.
—Entonces podremos abrirla, esperen ahí. No dejen que nadie los vea ¿Si? En pocos minutos le abriremos esa puerta para que ingresen.— habló en tono neutro antes de apagar el aparato, el rubio resopló mirando a Nico
—Ellos abrirán la puerta...— dijo guardando de nuevo el aparato.
—Si alguien sale a algún balcón nos verá...— Nico suspiró con fuerza y camina hacia la pared, notando con algo de sorpresa que no hay una puerta para salir del patio así que puede sentarse donde quiera. Blake sonrió y se apuró a hacer lo mismo abrazando la mochila.
—Esto está saliendo bien...— sonrió contento con voz cantarina, mientras estiraba sus piernas.
—Tengo un mal presentimiento...— murmuró el menor moviendo un poco sus orejas de gato que había dejado salir por los nervios.
Los otros cuatro miraron de nuevo hacia adelante pensando que todos los pasillos se veían exactamente iguales, Evan hizo una pequeña mueca mientras lograba divisar algunas cámaras ocultas, cambiando el arma que tenía por una de verdad.
—Cuando dispare solo tendremos unos segundos antes de que esta área se vea alertada, sus dardos los dormirán por varias horas. Ustedes dos entraran a la sala de control, dormirán a quienes estén ahí y apagaran todas las cámaras, al igual que las alarmas, además de que le quitaran la seguridad a todas las puertas ¿Bueno? Una vez echo eso le avisaran a Blake y Nicolás de que ya pueden abrir la puerta para entrar. ¿Alguna duda?— acarició levemente el arma, como dudando pero con una mirada seria.
—Pues creo que no.— Elías mordió su labio nervioso porque había notado que el omega mayor cambió el arma, Angelo negó con la cabeza algo mirando el lugar con cierto temor.
—¿Cómo activaremos la alarma de incendio del edificio para poder salir?— Isaac arqueó una ceja cruzando sus brazos.
—Alguien que está arriba lo hará.— respondió de manera escueta dando un suspiro, evitando que alguien más preguntara disparó hacia la cámara, el ruido sobresaltó a todos pero empezaron a correr.
Evan escondió el arma, por suerte había practicado desde los quince como disparar o tal vez hubiera terminado con un hombro dislocado, o tal vez aturdido por el ruido.
Las puertas de vidrio estaban abiertas y solo seguían al mayor quien parecía conocer bastante bien el lugar, en ese momento Isaac se dio cuenta que el lugar se parecía terriblemente al laboratorio de su madre, nada más que el de ella tenía miles de seguridades por pasar y todo era mucho más moderno.
¿Era la misma ciudad pero cuatrocientos años antes?
Quiso preguntar quien era el dueño del lugar pero en ese momento escucharon una alarma del lugar, las puertas que daban a los laboratorios se cerraban y una voz robotica empezó a escucharse en el lugar.
—Esto no es un simulacro, se les ruega mantenerse en su trabajo. Por favor, al personal no autorizado que está en los pasillos se le ruega que vuelva por sobre sus pasos o habrá medidas.
Por favor, al personal no autorizado que está en los pasillos se le ruega que vuelva por sobre sus pasos o habrá medidas.—
En ese momento una de las puertas de vidrio del pasillo se cerró frente a ellos, Evan dio un gruñido y agarró la tarjeta que le había quitado al policía pasándola por la ranura, el color de la pequeña luz cambio a verde y volvió a a abrirse, le pasó esta rápidamente a Angelo.
—Ustedes vayan adelante.— mandó viendo como en el largo pasillo se cerraban cada ciertos metros las puertas que había entre medio, Angelo y Elías se miraron pero asintieron apurándose en abrir las puertas, notando que ya se veían cámaras pero había unas cosas parecidas en las paredes del pasillo. El mayor no pudo evitar pensar que era sensores de calor ¿Por ello Evan no les había dicho que pasaran por la ventilación? ¿Por qué era lo mismo?
El pelirrojo miró hacia atrás notando que había dos personas siguiéndolos pero a diferencia de ellos, las puertas se abrían solas para que pasaran por lo que los estaban alcanzando con velocidad.
—Ustedes sigan, ya saben a donde se dirigen.— Evan acomodó sus lentes mientras se detenía, el beta y el omega menor asintieron haciendo caso, demasiado alterados como para discutir pero Isaac se quedó al lado del mayor mientras la puerta de vidrio se cerraba tras ellos y los dos más jóvenes seguían alejándose.
—¡Bajen sus armas y déjenlas en el suelo!— exclamaron ambos hombres, el alfa alzó el arma al igual que el omega esperando que la puerta de vidrio que los separaba de los guardias se abriera cuando estos se acercaran, pero ambos hombres pararon y la puerta no se abrió.
—Están encerrados, están en un lugar que es solo para personal autorizado.— ambos hombres eran altos y fuertes, se denotaba que no eran guardias de seguridad comunes.
—Yo creo que estoy autorizado.— habló Evan con desdén y sonriendo de lado, dando un paso hacia la puerta de vidrio, bajando su arma pero sabiendo que Isaac no lo haría.
Por mientras Angelo y Elías habían llegado al lugar donde el pasillo se dividía en dos, no podían ir para ambas direcciones ya que necesitaban la tarjeta, pero incluso sabiendo el camino correcto ¿Cómo llegarían a la sala de control sin que lo supieran?
El niño observó el lugar para luego concentrar su mirada en un panel que estaba algo alto, parecía uno simple de electricidad.
—Creo que por ahí podríamos cortar la corriente de los sensores de calor.— habló el beta, se sentía como en una de esas películas de agente secreto y poco a poco la alarma se iba desinstalando de su cuerpo. —Te alzaré ¿Bueno? Solo debes desconectar un cable.— le sonrió con dulzura tratando de sonar reconfortarte pero el pelirrojo solo miraba algo serio el lugar.
—¿Cual de todos?— preguntó clavando su mirada en él.
—...— Elías se mordió con fuerza el labio —Todos.—
El niño asintió aflojando su expresión, sonriendo y Elías lo cargó sobre sus hombros haciendo que llegue al panel el cual fue bastante fácil de abrir con la tarjeta.

Perdidos En El Pasado (Omega) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora