Elías abrió la puerta al escuchar el timbre pensando que se trataba de Violeta de nuevo que venía a reclamarle sorprendiéndose totalmente al ver a los cuatro hombres con traje.
-¿Hola...?- no pudo terminar de decir ya que uno de los que estaba atrás le disparó un dardo en la mano, el moreno dejo escapar un suave "ay" antes de caer desmayado al suelo.
-¿Qué sucede?- Blake se levantó del sillón extrañado pero no pudo decir nada más porque uno de los dardos alcanzó su brazo haciéndolo caer dormido sobre el sillón.
-¡Ay!- reclamó Angelo cuando el rubio le cayó encima pero también un dardo se clavó en él dejándolo inconsciente.
Nico tiró hacia uno de ellos una olla golpeando su cabeza y pudiendo evitar el disparo con la sartén que tenía en la mano.
-¿Quién mierda son ustedes y que quieren?- gruñó apuntándolos con su "arma" pero ninguno de ellos respondió y empezaron a disparar, él trató de que ninguno le llegara y saltó sobre el sillón cayendo tras este dando un quejido de dolor, iba a pararse de nuevo pero sintió un pinchazo en la pierna haciendo que todo se volviera negro.
Poco tiempo después los hombres salían con cuatro cajas grandes del edificio para luego ponerlas con sumo cuidado en un camión antes de hacerlo arrancar e ir hacia su destino.
-No... no lo entiendo. Él esta completamente sano- una bella mujer de largos cabellos pelirrojo abrazaba a un niño de diez con cabello de igual color, su olor era el propio de un omega en estrés. El hombre puso una mano en el hombro de su esposa tratando de tranquilizarla.
-No tiene que ver si es sano o no, lamento decirle que su hijo es un omega defectuoso- el doctor era un omega anciano con lentes, bajo y con expresiones dulces pese a todo. Estaba serio en esos momentos mientras miraba la desesperación de la familia.
-¿No hay manera de tratar de curarlo?- el hombre de ojos grises miró al doctor con el ceño algo fruncido, aunque la dama lo miraba suplicante como esperando que dijera que si. El niño miraba todo con ojos llorosos y solo se acurrucaba más contra el cuerpo de su madre tratando de ser reconfortado.
-Si la hay... pero necesitarán un médico que venga cada cierto tiempo... y que se hagan algunas investigaciones... serán algo caras...-
-El dinero no importa- dijo enseguida el alfa antes de abrazar a su esposa y a su hijo, mirando hacia el médico -Haga lo que crea necesario...- el omega anciano asintió mientras la mujer besaba con ternura los rizos de su pequeño niño.
-¿Ves, bebé? Todo estará bien...- ella acarició sus mejillas y sonrió con dulzura al ver que las lagrimas de deslizaban por las mejillas del niño, besó su frente antes de abrazarlo con más fuerza -No llores bebé...- susurró con ternura más tranquila -Papá y mamá estamos aquí...-
De pronto la escena empezó a desvanecerse y ahora estaba en frente de un hombre desconocido, era adulto y lo miraba con sus ojos verdes a través del vidrio de sus lentes haciendo que sintiera miedo.
-¿Angelo La Blue?- el médico sonrió de manera extraña haciendo al pequeño omega temblar.
-Si...- casi balbuceó preguntándose donde estarían sus padres ahora, ya tenía trece y podía entrar al consultorio solo o eso le había dicho a su madre cuando esta se ocupó a último minuto, pero se suponía que el anciano de siempre lo atendería. Además... ese hombre era un alfa -¿Y el doctor de siempre?- murmuró con timidez.
-Hoy tenía licencia pero no te preocupes, en tu próxima visita él estará... ahora acuéstate en la camilla que debo hacerte unas preguntas- el hombre acomodó su cabello gris haciendo que el omega lo mirara extrañado ¿Por qué alguien que no parecía traspasar los cuarenta tenía el cabello gris?
Prefirió obedecer con algo de temor y se acostó en la camilla.
¿Acaso ese hombre era psicólogo?
Vio al médico acercarse y tembló cerrando los ojos, de pronto sintió un pequeño pinchazo en su mano y empezó a sentir mucho sueño.
-Tranquilo niño... nada malo pasara contigo...-¿Por qué tenía tanto sueño...?
-¿Lo lograste? ¿Está dormido?- trató de abrir los ojos al escuchar una voz desconocida pero no pudo, lo único que pudo percibir era un olor a omega, seguramente el que había entrado lo era.
-Si...- ¿Por qué lo querían dormirlo...?
-Bueno, llevemos a este mocoso a la sala para transferirlo- ¿Transferir? ¿A donde? ¿Por qué? Quiso decir algo pero el sueño lo venció y lo último que sintió fue como alguien hacía a la camilla moverse.
Angelo abrió los ojos sintiendo un fuerte dolor de cabeza y se asustó al ver todo tan oscuro, el aire escaseaba y hacía mucho calor. Estiró sus brazos sintiendo el cartón ¿Qué rayos...?
-¿Hay... alguien?- murmuró temeroso mientras se encogía como podía en una esquina de la caja mientras movía sus pequeñas orejas ¿Por qué alguien lo metería a una caja? ¿Acaso los humanos lo iban a vender?
Sintió algo de pánico y sus ojos empezaron a cristalizarse.
Sabía por la historia que los humanos normales en el siglo XXI no eran exactamente un pan de dios y existían muchas cosas horribles como la trafica de humanos para fines malvados.
-... ¿Estamos en cajas?- alzó sus orejas al escuchar la voz de Blake.
-¡Blake!- chilló sin creerlo, moviendo sus orejas feliz y pegando su oído al cartón. Por primera vez feliz de escuchar al molesto rubio.
-Enano... nunca pensé en que me alegraría de escuchar tu voz- escuchó la risa propia del rubio asintiendo como que si pudiera verlo.
-Creo que deberíamos tratar de romper las cajas ¿No?- la voz de Nico se oyó del otro lado y Angelo no cabía en su felicidad. Al menos no estaba solo y sin nadie más.
-No, que flojera- habló Blake con su tono de "yo estoy bien donde estoy" haciendo reír al omega menor.
-Qué idiota...- reclamó el de cabellos negros aspirando con fuerza, sentía un poco de olor a sudor y escuchaba otra respiración además de la de los tres... seguramente era Elías y seguía dormido por lo que sea que les hubiera dando. Gruñendo empezó a tratar de romper la tapa de la caja sabiendo que sería lo más fácil, hizo fuerza varias veces y tuvo que usar sus garras pero al final salió dando una bocanada de aire fresco.
Fue hacia las tres cajas restantes y les sacó las cintas a las tapas para luego abrirlas.
-Gracias...- tarareó Blake parándose y estirándose -Creo que no me gusta andar en cajas... ¿De quien fue idea viajar en cajas?- se quejó antes de mirar hacia la caja de Elías el cual seguía dormido.
-¿Como saldremos de aquí?- el pelirrojo tembló mirando las cuatro paredes de metal, pero sobre todo al notar que al parecer se estaban moviendo -¿Estamos dentro de un transporte...?
-Sep- el rubio se sentó en el suelo -Bueno, ahora solo esperemos llegar a nuestro destino...- volvió a estirarse haciendo que Nico frunciera el ceño algo incrédulo de lo tranquilo que estaba Blake.
-¿No te tomas nada en serio?- reclamó sintiéndose fastidiado.
El pelirrojo prefirió no meterse y se sentó en un esquina doblando sus rodillas y abrazándolas.
-Hasta ahora no ha ocurrido nada lo suficientemente importante como para que suceda lo contrario...- se encogió de hombros mientras cerraba los ojos, Nico gruñó y se cruzó de brazos mientras trataba de pensar. De pronto el camión paró haciéndolo caer lo cual despertó las risas de rubio.
-¡Idiota!- iba a lanzarse a golpearlo cuando se escuchó un ruido en las puertas y los tres omegas miraron hacia allí, las puertas se abrieron rebelando los mismo cuatro hombres con traje junto con una bellísima mujer. La misma que había entrevistado a Elías en el supermercado.
-Bienvenidos...- sonrió algo divertida.
Los tres omegas se miraron entre si al sentir el aroma dulce...
¿Acaso ella también era una omega?
-Ahora bajaran y se comportaran, o si no los mataremos... estas armas son reales y no con dardos- dijo mientras le quitaba el seguro al arma apuntándolos y los otros cuatro hacían lo mismo -No creo que quieran unos agujeros en esos hermosos rostros...- tarareó divertida.
-Esta bien...- Nico frunció el ceño y dio varios pasos adelante hasta bajar del camión, con cuidado ayudó a bajar al pelirrojo quien no dejaba de temblar y Blake bajó solo de un salto. Uno de los hombres entró al camión sacando como que si fuera un saco a Elías.
-Ahora... Seguirme ¡Alguien quiere conocerlos!- bastante feliz la chica empezó a caminar y en ese momento los omegas notaron que estaban dentro de como un salón de metal ¿Cómo habrían entrado al camión ahí?
Los cuatro hombres los rodearon y prefirieron seguir a esa chica extraña.
Nico pensaba que por si trataban de matarlos tendría que tener plan... ¿Pero por qué alguien querría matarlos? Es más ¿Por qué alguien del pasado querría verlos?
Miró hacia la chica aspirando un poco más reconociendo aún más ese olor dulce.
¿Acaso ella había delatado lo "especial" que eran los omegas ante los betas normales de este tiempo? ¿Iban a hacer experimentos con ellos? ¿Y porque traían a Elías si era un humano normal?
Miró hacia Angelo quien parecía estar a punto de desmayarse por lo pálido que estaba y no pudo evitar sentirse algo fastidiado al ver como Blake miraba el lugar asombrado y con una sonrisa despreocupada.
Ojala pudiera ser tan despreocupado como ese rubio pesado.
Miró los pasillos por donde caminaban los cuales estaban bien iluminados, las paredes eran celestes y el piso de cerámico de igual color.
Nico miró a las innumerables puertas que pasaron preguntándose que podría haber del otro lado de ellas.
Luego de varios minutos llegaron a una puerta más grande y ella se dio vuelta a mirarlos con una sonrisa plasmada.
-Una vez adentro podrán ponerse cómodos- sonrió algo burlona antes de abrir las puertas dejando ver un salón que parecía de reunión, había una gran mesa de manera y a su alrededor varias sillas, en una de las paredes había grandes ventanales por donde podían verse hacia afuera. Las paredes eran de un gris claro excepto una que era totalmente blanca pero era cortada por un pizarrón para marcador.
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RitsuKuroko
grishiwatari
Kashara123
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Perdidos En El Pasado (Omega)
Random"Pero incluso la idea era tonta y estúpida ¿Cómo habría llegado al pasado? Solo era una ciudad rara... -Oye ¿En que año estamos?- miró hacia el que estaba a su lado, el chico arqueó la ceja pero el omega siguió mirándolo insistente y algo ansioso...