Capítulo 14: Lentes

220 43 6
                                    

—Lindo lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Lindo lugar... me agrada— sonrió el rubio mirando todo y aspirando con un poco de fuerza casi ronroneando al sentir el aroma levemente dulce y para nada molesto del ambiente. Sin prestar atención a los otros caminó hacia una de las sillas sentándose en ella y empezando a dar vueltas —¡Oh, puede rotar!— dejo escapar una carcajada realmente divertido.
Nico suspiró con algo de fuerza y agarrando la mano del omega menor entró a la sala yendo hacia el asiento de al lado de Blake, prefería que estuvieran todos juntos.
Angelo estaba tembloroso y miraba el lugar con miedo así que no se quejó e hizo caso rápidamente cuando el de cabellos negros lo sentó en la silla a su lado.
El hombre que traía a Elías como un saco lo dejó sentado en una silla alejada de los omegas, el joven apenas murmuro algo entre sueños quedándose quieto y sin caerse de la silla.
—¿Por qué nos trajeron aquí?— Nico gruñó un poco mientras preguntaba tratando de mantenerse alerta, era el mayor más cuerdo después de todo ya que Blake tenía una mentalidad de niño y no parecía nada preocupado por la situación.
—Ya lo repetí miles de veces: alguien quiere verlos— tarareó ella mientras se sentaba también en una silla al frente de ellos mientras chasqueando lo dedos haciendo que los otros cuatro hombres se dirigieran a la puerta y se pararan delante de ella.
Nico miró hacia la puerta de madera que estaba al lado de pizarrón, volteándose para mirar por la cual habían entrado ¿En que momento habían subido tantos pisos? Por lo que veía por la ventana debían estar a más de tres pisos de altura, así que simplemente no podrían salir saltando por ahí.
Además estaba el problema de que el moreno seguía dormido ¿Podía ser que porque eran omegas no les afectaba tanto lo que sea que le daban para dormir?
Miró de nuevo a la chica notando que el aroma dulce de ella había bajado lo cual lo extrañó ¿Cómo era posible que el aroma estuviera desapareciendo?
De pronto la puerta se abrió dejando ver a un hombre tan alto como el moreno, su cabello negro lacio tapaba un poco su ojo derecho por el flequillo de costado, sus ojos grises estaban enmarcados con lentes con marco negro. A pesar de traer un traje forma negro se notaba que su complexión era fuerte aunque sus manos parecían no tener ninguna marca o callo lo cual podía significar que no era alguien que peleara o, al menos, no a menudo.
Los tres omegas lo miraron sorprendido al sentir ese aroma dulce de nuevo, Nico miró hacia la chica quien sonreía hacia el hombre que acababa de entrar.
¿Acaso ese hombre era un omega también? Pero ¿Cómo?
Tenía al menos veinte años y parecía alguien de un alto nivel económico ¡Lo suficiente como para mandar a traerlos!
Miró hacia Blake quien tenía en su rostro un gesto de confusión, pero al final el rubio terminó por sonreír.
—Hubiera jurado que era un alfa si no fuera por el olor, dulzura— sonrió con diversión apoyando sus brazos en la mesa mirando hacia el recién llegado.
—¿Alfa?— la chica miró confundida a su jefe pero este solo hizo una pequeña seña haciendo que ella resoplara y se levantara caminando hacia la puerta para salir. Los cuatro hombres la siguieron en orden.
El de lentes miró de reojo retirarse a sus subordinados antes de mirar hacia los omegas de nuevo.
—Mi nombre es Evan Vryzas— se presentó mientras acomodaba sus lentes con expresión seria.
Nico estaba tratando de conectar todo pero aún no tenía ninguna deducción lógica, miró hacia el más alto mientras fruncía el ceño.
—¿Para que querías traernos aquí?— sacó sus orejas gruñendo mientras mostraba los dientes, su olor claramente marcaba un omega en estres pero el adulto no se perturbo.
—Primero, supongo que ya se dieron cuenta en que fecha estamos: quince de marzo de 2018— dijo en tono neutral antes de sentarse en la cabecera de la mesa.
—¡Ja! ¡Te dije que estábamos en el pasado!— el pelirrojo sonrió sin poder evitar exclamar, bastante feliz.
—¡Ahhh, tu callate enano!— Blake gruñó mientras fruncía el ceño haciendo una leve mueca e incorporándose.
—Preferiría que dejaran sus peleas para cuando salgan fuera de esta habitación...— Evan los miró mientras juntaba sus manos apoyándolas en la mesa, sonando neutral a pesar del regaño.
El rubio se removió inflando sus mejillas en plan berrinche y el mayor estuvo a punto de rodar los ojos.
A punto, pero eso solo rompería su expresión seria.
—¿Por qué nos trajiste aquí?— Nico se cruzó de brazos inflando el pecho, instintivamente tratando de verse como el omega más fuerte de la habitación pero fallando. El hombre de lentes sin duda era mayor y adulto, su aroma era más fuerte que la de un omega adolescente.
—Están en el pasado con un propósito...— siguió hablando casi ignorando lo que el de cabellos negros más joven le dijo, aunque midiendo su aroma tratando de que no se sintieran intimidados.
No necesitaba eso ahora.
Pero por la expresión del mediano de los omegas nuevos le había fastidiado no poder mostrarse mas dominante que él, algo demasiado ambicioso teniendo en cuenta que estaban en el territorio del chico de lentes.
—Deja el misterio atrás ¡Y habla, trajes!— se quejó Blake con frustración mientras fruncía la nariz en señal de molestia, Angelo se escondió un poco más en Nico sin saber que hacer y asustado.
El omega mediano contuvo una sonrisa al ver como la mascara de preocupación había desaparecido del rubio.
¡Al parecer si podía frustrarse!
¿O solo estaba de mal humor por haber perdido en eso de que si estaban en el pasado?
—Mi nombre es Evan— acotó al notar como lo había llamado el rubio, sacando de sus pensamiento a Nico.
—¡No me importa!— alzó la voz gruñendo mientras se paraba.
—¡Maldita sea, Blake, dejalo hablar!— lo retó Nico tirando de su brazo obligándolo a volver a sentarse lo que el rubio obedeció de mala gana aún mirando de mala manera al mayor.
Nicolás resopló pensando que a mala hora Blake decidía salir de su actitud despreocupada, volvió su vista hacia el adulto como pidiendo que continúe pero Evan se quedó callado por largos segundos que hicieron que los tres omegas se sintieran algo fastidiados, el rubio estaba a punto de volver a hablar pero el de lentes le ganó.
—Fuimos elegidos para ser transportados al pasado y evitar el desastre que hizo que la mitad de la raza humana desapareciera— dijo en tono algo resignado, como que si hubiera pensado en otra forma de decirlo pero no quedaba más que ser directo y sincero.
—¿Qué?—
—¿Eh?—
—¿Estás bromeando?— dijeron los tres menores al mismo tiempo bastante sorprendidos.
Nico miró hacia el mayor sintiendo esa opresión en el pecho de nuevo pero trató de respirar para no entrar en pánico como pasó en la casa de Elías. Ahora mismo no podía salir corriendo y esconderse.
Era el más cuerdo de los tres.
Un líder no podía darse el lujo de quedarse atrás.
—No, no bromeo.— suspiró dando pequeños toques a la mesa —Nuestra misión es encontrar el laboratorio donde están experimentando con la bacteria o microorganismo. Eliminar a esta y toda información que pueda hacer que la hagan de nuevo.
¿Por qué nosotros?
Somos lo únicos inmunes a ella— miró hacia los tres aún serio antes de volver a acomodar sus lentes, Nico se preguntó si era su forma de mantenerse tranquilo.
—Yo... creo que te equivocas. Nosotros no... ninguno aquí serviría para algo así— explico el de cabellos negros de manera nerviosa sonriendo forzado, mirando hacia el pelirrojo quien solo se había ocultado más en él y luego al rubio quien tenía la ceja arqueada como que si estuviera procesando la información.
Evan dio un suspiro.
—Si, si sirven. Por algo fueron enviados aquí—
—Tal vez nos enviaron aquí por accidente— el menor negó con la cabeza abrazando más a Angelo de manera nerviosa, tratando de no alzar la voz.
—No fue un accidente— el adulto se inclinó más hacia ellos pero eso solo hizo incrementar su incomodidad.
—Oye... oye... a mi me gusta la acción, pero no sé si esa “clase” de acción— Blake hizo la comillas con sus manos mientras hablaba, su sonrisa ya no estaba en su rostro pero su voz sonaba tranquila. Se detuvo unos segundos al notar que la camisa del adulto tapaba algo tatuado en sus muñecas pero trató de volver a concentrarse en lo que iba a decir —Yo no sé, pero no confiaría en alguien que me envió aquí sin decirme nada o sin avisar. Además ¿Cómo volveremos al futuro?— se apoyó en el respaldo de la silla cruzando sus brazos, mirando de forma altanera al mayor.
—No hay forma de volver al futuro— Evan lo miró con el ceño fruncido mientras decía.
—¡Ves, ahí esta! No tenemos razón para cumplir lo que sea que haya enviado a hacer ese tipo que prácticamente... ¿Cómo se dice? ¡Nos encerró en otro tiempo!— Blake movió su mano como quitándole importancia, Nico iba a intervenir pero prefirió callarse al escuchar el leve sollozo del pelirrojo entre sus brazos. Lo abrazó un poco más tratando de calmarlo, cambiando un poco su aroma sin querer pensar en la respuesta del adulto.
“No hay forma de volver al futuro”
¿Cómo no había forma? ¡Los habían enviado al pasado, maldición! ¿Qué tan difícil era traerlos de nuevo?
Estaba tratando de no entrar en pánico así que solamente trató de reconfortar al menor sin saber si lo hacía por instinto o porque realmente él mismo necesitaba algo para no pensar.  
—¿Cómo puedes hablar tan egoísta? La vida millones de personas podría ser salvada— su tono de voz mostraba desaprobación ante lo que había dicho el rubio, el ambiente se notaba tenso pero el mayor no se levantó de su asiento y solamente levantó la mirada.
—¡No es nuestro maldito problema!— el rubio gruñó parándose —¡Si no podemos volver a nuestro tiempo! ¿Para que mierda ayudar? Venga, vayámonos—  dijo en tono más bajo lo último agarrando del brazo al más joven despegándolo de Nico, Angelo lo miró con los ojos llorosos y el rubio trató de mantener su rostro serio mientras lo alzaba en brazos como que si de un niño se tratara.
Nicolás suspiró y se dirigió hacia Elías preguntándose que tan difícil sería cargarlo, estaba dormido y no era un alfa, los omegas eran más fuertes que los humanos comunes así que tal vez... con esfuerzo lo alzó en brazos sintiendo que temblaban sus piernas al principio.
—¿Solo se irán, así? ¿Dándole la espalda al mundo?— se paró de su silla mirándolos con seriedad, entrecerrando sus ojos como que si no pudiera creer que estaban a punto de irse.
—T... Tu... también eres un omega ¡puedes hacerlo tu! ¡Ay!— dijo de forma entrecortada antes de caer hacia delante con el moreno, gruñó bajito al escuchar la risa del rubio —¡Pesa!— reclamó sentándose en el suelo y dejando al moreno acostado en el suelo.
—Cambiemos entonces...— tarareó el rubio
—Tu lo vas a violar, así que no— sonrió divertido mientras se paraba y miraba al moreno aún dormido sobre el suelo.
—¡Que malo eres conmigo!— dijo antes de empezar a reír.
Evan los observaba con el ceño fruncido.
Al parecer les importaba menos que nada el mundo.
¿Quién rayos había elegido a quien enviar?
.
.
.
Gracias a quienes leen, votan y/o comente.
Marian-P24
RitsuKuroko
grishiwatari

HumbertoPerezJimenez

ValeriaVelascoMons

Perdidos En El Pasado (Omega) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora