Capítulo 26: Decisiones

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-...- Evan se quedó callado varios segundos ¿Derlei? ¿Derlei? Era hijo... ¿De ese hombre? ¿Del mismo Derlei que lo había...? Agitó su cabeza suspirando con fuerza mientras se levantaba sin soltar los documentos.
No tenía tiempo de andar pensando tanto, solamente debía arreglar el problema que traía la presencia de Isaac y que fuera el destinado de Nicolás. No necesitaba que ese alfa fuera la manzana de la discordia.
-Ey... ¿A donde vas?- escuchó la voz del chico pero lo ignoró ¿Qué podía hacer para estar completamente seguro de que al dejar que Isaac tuviera más contacto con los omegas y el beta no habría problemas entre ellos? -¡Evan!- reclamó su atención abrazándolo por la espalda haciéndolo detenerse.
-¿¡Pero que rayos te pasa!?- gritó tratando de zafarse sintiendo un escalofrío al sentir al menor oliendo su cuello.
-Me gusta tu olor...- murmuró haciendo que rodara los ojos. Sabía que seguramente el chico tendría una debilidad con él porque era un omega maduro, su aroma era distinto a los adolescentes y eso seguramente llamaba la curiosidad del alfa.
-Suelt...- cortó su frase tensándose ante la idea fugaz que apareció en su mente ¿Y si lograba que las atenciones de Isaac se enfocaran en él? El alfa no molestaría ni a Nicolás ni a Elías, podría asegurarse de que no habría peleas y, además, podría manipular al chico para que no pusiera muchos peros en lo que le pidiera.
Dio un pequeño chasquido con la lengua pero dejó que siguiera abrazándolo tratando de relajarse un poco, haciendo que su aroma se volviera un poco más intenso agarrando con un poco más de fuerza los papeles.
Entrecerró los ojos al sentir la presión de las manos del otro en su cadera mientras sentía la nariz del contrario deslizarse por su cuello haciéndole un poco de cosquillas.
-Ya... no te pases...- se removió con cuidado sonriendo más tranquilo al sentir que lo soltaba, se dio la vuelta para mirar al menor quien le sonreía.
-Lo siento...- Isaac ladeó un poco la cabeza mientras se disculpaba aunque aún con una pequeña sonrisa en su rostro.
-No pasa nada... ahora ve a comer algo, tengo algunos asuntos que terminar- murmuró antes de darse vuelta y seguir caminando. Sabía que no rechazarlo y pequeños detalles podrían hacer que la atención del alfa hacia él fuera constante, una vez terminada la misión solo debía volver a su posición fría e Isaac seguramente iría tras Nicolás.
Y asunto resuelto.

¿Qué hacían en esa plaza? Todo había sido idea de Elías quien arrastró a los tres omegas con él para ir a comer al parque, se encontraban sentados sobre el pasto con paquetes de galletas abiertas y comiendo

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¿Qué hacían en esa plaza? Todo había sido idea de Elías quien arrastró a los tres omegas con él para ir a comer al parque, se encontraban sentados sobre el pasto con paquetes de galletas abiertas y comiendo.
Se sentía algo de mal humor porque hacía poco había salido del celo y ya estaba obligado a seguir caminando.
De pronto había sentido como todas las cosas que quería evitar apretaban con fuerza sobre su cuerpo como que si quisieran aplastarlo.
No lo hacía feliz saber que su "destinado" estaba en el pasado con él. Lo hacía sentirse mal, era como que si el destino se hubiera encargado de patearlo.
¿Amor? Él no estaba para eso, había perdido todo y el estúpido destino parecía burlarse de él poniendo en su camino a ese alfa desconocido.
Estar estancado en el pasado se sentía ya lo terriblemente mal como para que apareciera ese tipo de ¿Premio de consolación? ¿Burla?
Se acomodó mejor arrodillándose en el pasto y mirando hacia donde Angelo jugaba. Había notado al niño mucho más animado, que a pesar de seguir siendo bastante silencioso y no querer meterse en nada ese día estaba contento, incluso había aceptado la propuesta de esos niños que lo rondaban en edad de jugar al fútbol con ellos porque les faltaba un jugador.
Era tan extraño ver al pelirrojo tan sonriente y jugando como un niño normal.
Eso no estaba mal, en absoluto, incluso que Blake tratara de seguir coqueteando con el moreno estaba bien. Lo hacía sentirse casi como que si estuviera de nuevo en su tiempo rodeado de sus amigos.
Pero Angelo no era Vicktor ni Blake era Evelin. Y Elías no era su "mejor amigo".
Eso lo desconcertaba porque lo hacía sentirse terriblemente nostálgico, le gustaría poder tener un poco de esas despreocupación que gozaban los otros dos omegas. Tal vez en sus mentes ellos pensaban igual que él, pero realmente envidiaba como Blake parecía salir adelante a pesar de todo como que si no fuera nada y sabía que tal vez el rubio había contagiado un poco de eso al niño.
Estar ahí fuera con todo tan tranquilo y feliz lo hacía pensar demasiado porque recordaba lo que Evan le había dicho. En pocos meses ese mundo desaparecería para volverse uno donde todos iban a tratar de salvarse de la peste que los iba a azotar de manera sorpresiva.
La culpa lo hacía sentir un peso en el estomago.
¿Sus padres hubieran querido que se quedara de brazos cruzados, que casi por un berrinche mirara indiferente como millones de personas morían?
Él no era un héroe, no quería serlo pero... la información, saber que iba a pasar y tener una oportunidad de evitarlo lo hacía casi cómplice.
Arrancó un puñado de pasto con su mano frunciendo el ceño.
Evan les había dicho que "tal vez" ¿Y si se aferraban al tal vez?
Miró nuevamente hacia Elías el cual se encontraba mirando hacia donde jugaban los chicos como vigilando que nada pasara mientras Blake trataba de molestarlo pegándole en la mejilla suavemente con una galleta.
¿Podría dejarlo morir luego de todo lo que había hecho por ellos? Incluso si no lo hacía por ser una buena persona y había algún motivo o una debilidad en algún lugar que lo había hecho compadecerse de ellos... los había aceptado en su casa y aceptado todas las molestias con ello.
-Evan te lo dijo ¿Verdad?- habló incluso antes de poder pensar realmente en lo que estaba diciendo, ambos chicos mayores lo miraron sin entender y se obligó a seguir hablando tratando de no tropezar con las palabras -Lo que va a suceder. Del microorganismo, bacteria, virus o lo que sea que hará que la mitad del mundo se muera- o al menos los humanos. Por alguna razón los animales no se habían visto afectado por ello ¿Sería por eso que los hijos, nietos y demás de los sobrevivientes nacieron con características de animales cada vez más marcadas?
Blake frunció levemente el ceño mirándolo mientras hacía una mueca como reprendiéndolo del tema que había sacado a la luz y Nicolás no pudo evitar sentirse algo incomodo.
Elías se quedó callado por varios segundos mientras comía una galleta como pensando que decir.
-Si, me habló de algo de eso...- miró hacia el paquete de galletas tratando de sacar otra pero el paquete estaba vacío así que suspiró haciendo un bollo la bolsa con sus manos.
El de cabellos negros asintió pasándose la mano por este tratando de encontrar las palabras correctas para continuar.
-Tu... ¿Qué piensas de ello? Seguramente Evan te dijo que...- empezó.
-Que podemos detener esa apocalipsis ¿No?- lo cortó el rubio yendo directamente al grano, Nico hizo una pequeña mueca porque hubiera preferido dar un poco más de vueltas para no sonar terriblemente frío.
-Uhm... si, algo así.- el moreno se encogió de hombros y el menor no pudo evitar preguntarse como podía mostrarse tan neutral con el tema -Este no es su tiempo, no es su interés, si no tienen ganas de "salvar" al resto del mundo esta bien.
Ustedes son solo adolescentes es feo que una responsabilidad tan grande este sobre sus hombros.
En su tiempo millones de personas ya murieron, a ustedes no les afectara mucho ya que son inmunes a la plaga que lanzarán.
¿Moriré? Tal vez. Pero no es como que si estuviera haciendo algo bueno con mi vida.
Dependo de mis padres, abandoné la universidad, todo lo que tengo no puedo llamar mío. Nunca trabajé y sé perfectamente que mis padres solo esperan que sea una etapa.
¿Tengo a miedo a morir de forma horrible por una plaga que tal vez de una enfermedad que me haga sentir el infierno en vida por varios días antes de matarme? Si, por supuesto. Pero tampoco es como para estar de atrás de ustedes pidiéndoles que por favor hagan algo.- el moreno miró la bolsa vacía volviéndola a abrir. Había pensado miles de veces como responder esa pregunta y por ello podía verse tan neutral, no había querido inspirarles lastima si rompía la voz a la mitad de la contestación así que como cualquier cosa previamente ensayada salió con el tono que quería: neutral pero robotica. Como un texto que leía sin prestarle verdadera atención.
Nicolás y Blake se miraron entre ellos sin saber realmente que decir, el rubio se levantó incomodo pero luego remplazó eso por una sonrisa y el menor no pudo evitar sentir su estomago revolverse ¿Cómo hacía Blake para no verse afectado en lo absoluto luego de sentirse incomodo?
-Voy a buscar al enano- golpeó suavemente y de manera amisosa la cabeza del moreno antes de salir casi corriendo hacia donde los niños jugaban, Nicolás pensó que tal vez estaba huyendo de la situación.
La respuesta de Elías lo había sorprendido, lucía tan tranquilo con el tema que lejos de hacerlo sentir tranquilo a él lo hacía sentirse mucho más culpable.
-Uhm, no tienen porque sentirse incómodos con el tema. Seguramente podrán volver al futuro antes de que eso suceda y no tendrán que presenciar nada de eso- trató de animarlo el más alto pero el omega solo asintió sin realmente escucharlo.
Un aroma llegó a su nariz y sintió un escalofrío terminando por desconcentrarlo, pudo reconocer ese aroma rápidamente así que volteó de manera veloz haciendo su cuello doler y que Elías mirara a la misma dirección.
Un auto negro había parado muy cerca de la vereda y de él estaba saliendo el chico de lentes quien cerró bien su puerta antes de caminar hacia la del acompañante e intercambiar unas palabras con el alfa, para luego darse media vuelta y clavar sus ojos en ellos.
El de ojos marrones gruñó levemente tratando de ignorar ese aroma con sus mejillas rojas, odiaba ser tan débil ante eso, en un acto casi desesperado se volteó hacia Elías para luego abrazarlo aferrándose a él enterrando su rostro en su pecho aspirando con fuerza ese aroma humano que lo alejaba del de el alfa.
El moreno se sorprendió completamente pero acarició el cabello del más bajo sin entender mucho mirando a Evan quien hizo una pequeña mueca parándose cerca de donde estaban.
-Hola, Evan- Elías sonrió tratando de sonar amable poniendo una mano en la espalda del menor que aún estaba aferrado a él.
-Hola Elías, Nicolás- dio una pequeña inclinación de cabeza apretando un poco los labios y acomodando sus lentes, el moreno se sintió un poco incomodo sin saber realmente que decir.
-Ey ¿Por qué el enano está abrazado a ti?- escuchó la voz de Blake y levantó la mirada mirando hacia el rubio que parecía extrañado agarrando la mano del pelirrojo.
-Yo no lo estoy abrazando- ladeó confundido su cabeza Angelo con una sonrisa inocente.
-Hablo del otro enano, enano- habló en tono más divertido el omega de diecinueve años antes de soltar la mano del menor y ver con algo de molestia al par abrazado.
-No lo sé, solo se pego a mi- Elías sonrió levemente algo divertido con la situación.
-Solo estoy tratando de que el aroma no me llegue- gruñó bajito Nicolás removiéndose un poco pero sin alejarse demasiado.
-¡Pues ponte un pañuelo en la nariz o algo! Parecen una pareja y hay un niño presente- reclamó el rubio rodando los ojos y señalando al pelirrojo quien sonreía divertido.
Evan no pudo evitar pensar que eso sonó a un reclamo de una novia celosa así que dio un pequeño carraspeo para que presencia volviera a ser detectada.
-Llegó el cuatro ojos- sonrió Blake a su dirección haciéndolo fruncir el ceño.
-No seas infantil- le advirtió. No le gustaba ese apodo, podían decirle lo que quisieran sin que lo afectara pero no ese apodo. Eran demasiados recuerdos con esas dos palabras como para soportarlas.
-Hola, Evan- se apuró a saludar el menor sonriendo, el de lentes no pudo evitar mirarlo algo incomodo pero dio un pequeño asentimiento con la cabeza como para saludarlo.
-¡Estas reaccionando muy exagerado!- se quejó el rubio hacia el menor volteándose e ignorando a los demás mientras sacaba el pañuelo de su cuello -¡Si no quieres sentir el aroma de Isaac solo ponte este tonto pañuelo y ya! ¡Despegate maldito!- habló antes de agarrarlo por el hombro y empujarlo hacia atrás obligándolo a despegarse, Nicolás se llevó las manos a la nariz frunciendo el ceño.
-¡Ey! ¿Cual es tu problema?- reclamó sin dejar que el mayor lo ayudara y parándose para hacerle frente al chico de ojos mieles.
-¡Que se ven muy acaramelados para un parque!- Blake sonó fastidiado y eso no pudo más que sorprenderlo ¡Era increíble que se quejara de eso!
-¡lo dice quien camina desnudo en la casa y hay que retarlo por ello!- contraatacó, no se sentía bien como para darse cuenta lo infantil que estaba siendo al seguirle la pelea.
-Ey, ey. No peleen- trató de frenarlos Elías algo confundido sin saber realmente cual había sido la razón del pleito, Angelo se sentó a su lado y él empezó a acariciar el cabello del menor.
-Los adolescentes suelen ser así, creo que se están peleando por ti...- suspiró Evan rodando los ojos antes de voltearse solo un poco para mirar al auto donde Isaac jugaba bastante animado con el celular.
-¡No lo estamos haciendo!- reclamaron ambos omegas al mismo tiempo casi dando un pequeño salto ante lo que el mayor había insinuado haciendo reír al moreno quien se paró agarrando la mano del niño.
-Si, soy irresistible- bromeó negando con la cabeza -Ellos siempre terminan peleando, Evan- dijo como excusa hacia el mayor sin perder su sonrisa y sin creer para nada en esa posibilidad.
Nicolás era como su hermanito pequeño y Blake... bueno, Blake tal vez si pero lo había visto coquetear también con Isaac así que suponía que era parte de su personalidad ser así de "encantador".
Evan por supuesto veía la posibilidad dicha como la más real.
-¿Viniste a fastidiarnos de nuevo?- suspiró Nicolás mientras alzaba la barbilla acomodándose el pañuelo sobre la boca y la nariz, sintiéndose algo fastidiado de que Evan fuera más alto que él, Angelo era más bajo pero ese niño tenía trece y seguramente daría el estirón ¿Por qué era tan bajo? Pero bueno, tenía tiempo para crecer hasta los dieciocho.
-Algo así- aceptó el mayor.
-¡Yo creo que si queremos ayudarte!- habló algo emocionado el menor del grupo haciendo que todas las miradas se posaran en él para su vergüenza -Yo... me refería que...-
-Si, vamos a ayudarte- cortó Nicolás al niño mirando desafiante al de lentes.
Había tomado una decisión.
Aceptaría ese "tal vez" que Evan les ofrecía.

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