—¿Por qué estás aquí?— el hombre sonrío con su eterna sonrisa amable, Nicolas frunció levemente la nariz algo cansado.
—Eso usted ya lo sabe, lo dice en los papeles— murmuró balanceando sus piernas apretando sus manos que estaban apoyadas en sus muslos. No le gustaban las cuatro paredes grises, eran aburridas.
—Si quieres que esto avance necesito que pongas de tu parte, Nicolas— acomodó sus lentes, su sonrisa apenas disminuyendo un poco.
—Por que soy un omega defectuoso y no hay lugar para un omega así en este mundo—
Sonidos extraños empezaron a escucharse, ladeó la cabeza confundido antes de que olores anormales empezaran a filtrarse en el ambiente, miró hacia el lugar donde estaba el psicólogo pero ya no se encontraba, abrió los ojos de pronto sintiendo dolor en su espalda por la posición que estaba.
Bostezó confundido mientras se estiraba y se sentaba en el banco, pasando sus manos por sus brazos. Gruñó al sentir a su estomago rugir y se abrazó a si mismo sintiendo un dolor en el vientre, hacía demasiadas horas que no probaba bocado, un olor le llegó a la nariz haciendo que su estómago gruñera con más fuerza, ladeó la cabeza mirando una pequeña tienda que vendía panchos y papas fritas.
Realmente tenía hambre...
Pero no traía dinero consigo.
—¿Está usted bien?— parpadeó al ver al chico que se había sentado a su lado, respiró profundo en un intento de identificar si era un alfa o un omega pero como pasaba con todos no sintió nada más que el olor característico de un ser humano.
¿Podría ser que fueran betas? Pero ellos se habían extinguido hacía tiempo, era muy improbable encontrar una ciudad llena de betas cuando ya no existían.
Se apuró a asentir y llevó su mirada a su playera manchada, la sangre de su costado estaba seca al igual que la sangre que había caído desde el lóbulo de su oreja, erizándose un poco al notar que el extraño hacía lo mismo.
No pudo evitar sentir una corriente de vergüenza al sentir a su estomago gruñir pero esta vez más leve, se removió mirando de nuevo hacia el desconocido con las mejillas algo sonrojadas.
—¡oh! ¡Usted está lastimado!— Nicolás frunció el ceño ¿Acaso ese chico no había olido el aroma a sangre antes de acercarse a él? Pero al menos se sentía más tranquilo al saber que no había notado lo hambriento que estaba.
—Estoy bien, solo están manchadas— se removió incomodo pensando en como conseguir comida cuando su estomago sonó de nuevo pero con más fuerza para su bochorno.
—... — el chico desconocido dejó escapar una suave risa antes de pararse y empezar a alejarse, el de cabellos negros se sintió tranquilo al verlo irse, al menos no tenía que seguir soportando la vergüenza.
Se pasó la mano por el cuello sintiendo la sangre seca. Necesitaba un baño, un lugar para quedarse, comida... Pero no tenía ni un centavo.
¡Ah! Y debía encontrar la manera de ir hacia su ciudad, tal vez el olfato le estaba fallando solo un poco.
¿Acaso tendría que agregarle un "olfato fallido" a sus defectos?
Tiró levemente de su propia prenda mirando la mancha carmín haciendo una mueca, ni siquiera ropa limpia tenía.
Y aún seguía con hambre y sin ningún centavo.
—Ey— volteó a ver al chico de hacía unos momentos, el cual traía un sándwich en su mano al igual que un cono de papas fritas en la otra, sintió que su boca se hizo agua pero prefirió mirar a otro lado tratando de ignorar el olor.
Olía tan delicioso...
Y su estomago estaba vacío.
Se abrazó a su mismo de nuevo tratando de evitar que volviera a sonar.
—No seas tonto, come algo— sonrió amablemente mientras le dejaba el sándwich sobre el regazo y empezaba a comer las papas fritas. El de cabellos negros miró hacia la comida sintiendo que el olor aumentaba el hambre.
¿Por qué no aprovechar?
Empezó a comer dando un suspiro de satisfacción al sentir el sabor, empezando a comer un poco más rápido bastante contento de haber podido comer algo, dando mordiscos más grandes.
Sentía que estaba tan feliz que podría dejar salir sus orejas y su cola, pero se contuvo porque hacer eso frente a un extraño lo dejaría mal parado.
—¿Has escapado de tu casa? Es obvio que no eres de por aquí... — el chico le habló apoyándose en el respaldo del banco de cemento, Nicolas lo miró terminando de masticar lo que quedaba del alimento mientras su burbuja de felicidad se rompía cuando terminó de meterse a la boca lo último que quedaba de su comida.
—No, no soy de por aquí— miró al otro chico asentir y luego volvió su vista hacia la calle, notando que había varios autos pasando, no pudo evitar sentirse completamente confundido.
Que extraño, recordaba que los autos flotaban sobre las pistas no que hubiera cuatro ruedas sosteniéndolos contra el asfalto.
—¿Pasaste la noche aquí en este banco...?— Miró hacia el joven de nuevo antes de tragar lo último que tenía en la boca.
Esta bien que el chico le hubiera dado comida pero ¿No se estaba tomando demasiada confianza con un desconocido? Tal vez creía que al ser un omega no era peligroso...
Pero no le hacía daño charlar luego de que el extraño le hubiera pagado la comida, no podía ser muy cortante cuando estaba en una ciudad desconocida y perdido.
Lo que menos quería era acabar lastimado como en la noche.
—No, en realidad en un hotel de cinco estrellas pero desperté aquí porque me apeteció caminar por la noche— habló sarcástico mirando hacia otro lado.
Okey, podía ser que no había sido del todo amable pero ¡Ese chico lo había visto despertar en el banco! ¿En serio tenía que hacer una pregunta tan tonta?
El joven dejó escapar una risa que hizo que el de cabello negros lo mirara algo sorprendido pero sonriendo de medio lado, había esperado que el chico volviera a levantarse e irse, o al menos que lo mirara enojado.
—Esta bien, pregunta tonta... tienes razón— dijo mirándolo con una sonrisa, Nicolas sonrió levemente antes de mirar hacia otro lado mientras trataba de descifrar los distintos aromas que había en el ambiente.
Aún ninguno era conocido y eso hacía que su estomago se revolviera a pesar de haber comida hacía muy poco.
Ambos se quedaron callados y el omega miraba aún hacia la calle.
Esa ciudad era muy, muy rara... era casi... como que si estuviera en el pasado, porque las cosas parecían bastante primitivas.
Pero incluso la idea era tonta y estúpida ¿Cómo habría llegado al pasado?
Solo era una ciudad rara...
—Oye ¿En que año estamos?— miró hacia el que estaba a su lado, el chico arqueó la ceja pero el omega siguió mirándolo insistente y algo ansioso.
—2018 ¿Por qué?—
—¡Ja! Lo sabía era una idea tont...— empezó a decir bastante divertido pero cortó su frase de pronto ¿El chico no había dicho 2418? —¿2018?— repitió incrédulo volviendo a mirar al moreno.
—Si, creo que dormir en el banco te hizo mal...— el joven sonrió bastante divertido —¿Oye, estas bien?—
Nicolás apenas lo escuchó mientras su rostro se volvía pálido sin poder si quiera balbucear.
¿2018? ¿2018?
¡¿Cómo rayos retrocedió cuatrocientos años!?
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Darwin-chan
RitsuKuroko
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Perdidos En El Pasado (Omega)
Random"Pero incluso la idea era tonta y estúpida ¿Cómo habría llegado al pasado? Solo era una ciudad rara... -Oye ¿En que año estamos?- miró hacia el que estaba a su lado, el chico arqueó la ceja pero el omega siguió mirándolo insistente y algo ansioso...