No había habido disculpa formal por parte de Evan pero habían desayunado juntos así que ambos estaban más tranquilos. Evan se la había pasado toda la mañana mirando la hora constantemente esperando que sean las ocho para ir a la casa de los demás.
Todo estaba en orden y esperaba que todo saliera como lo había planeado.
—¿Qué pasa si nos engañaron y no hay nada que nos lleve al futuro? — murmuró Isaac mirando por la ventana del auto, habían recién salido de la casa del mayor en dirección al departamento, Evan no pudo evitar apretar más el volante con sus manos.
—No lo sé. — trató de no mirar al alfa concentrándose en el camino, no había tensión entre ellos pero si había cierta incomodidad.
—Ey... Lamento lo que dije. No creo que seas ehm... una zorra. Entiendo que tu haces esto por la misión y porque llevar a cabo esta quiere decir mucho para ti.
Tal vez sentí mi orgullo herido. — el menor dio un fuerte suspiro. —Y aunque no lo hiciste totalmente por mi, gracias por ayudarme. Hubiera sido un infierno pasar dos días más así de frustrado... — hizo dibujos con el dedo en la ventana sin querer ver al omega, eso lo ayudaba a sincerarse.
—Era tu primer celo, entiendo que te sentiste... molesto con lo que te dije. Debí ser más suave, apenas te estás haciendo adulto. — admitió el de lentes parando por un semáforo, mirando de reojo al joven.
Había creído que no iba a ser necesario hablar de ello pero tal vez si lo era.
Aunque seguramente que al final del día todas las asperezas limadas se irían por el caño y el alfa lo odiaría.
—¡Oye, soy bastante maduro!— reclamó el joven enseguida haciendo un leve puchero, aún mirando hacia afuera.
—Eres listo pero no exactamente muy maduro. — Evan no pudo evitar sonreír de lado mientras hablaba y el auto volvía a estar en movimiento.
—¿Cuando bajemos me darás mi beso de buenos días? — bromeó el más joven sonriendo de manera sugerente aunque mirando hacia afuera, con una sonricita divertida.
—No somos pareja, Isaac. — resopló mientras no dejaba de mirar el camino, tratando de no sonar avergonzado o tímido. Sabía que el alfa estaba bromeando pero no seguiría su juego.
—No me molestaría compartir la misma habitación contigo el día de tu celo, Evan.— sonrió el alfa sin poder evitar decirlo, a pesar de que el anterior día se había molestado en ese momento sentía que se podía burlar de la situación recordando por unos segundos el aroma del omega al entrar en celo.
Había sido tan abrumante... tan atractivo...
—Recuerda que tienes un destinado. — la voz de Evan lo sacó de sus pensamientos y no pudo evitar dejar escapar una risa con cierta ironía.
—Me odia. — realmente no le dolía eso. No conocía a Nico lo suficiente como para que su rechazo quisiera decir el fin del mundo. Además era demasiado joven para atarse a alguien.
—Creí que los alfas eran tercos y obtenían lo que querían.— sintió una ligera satisfacción al escuchar decir eso al mayor pero se encogió de hombros de nuevo tratando de contener la sonrisa de orgullo.
—Presionar a una persona a quererte solo porque es tu destinado está mal. — dijo con el tono más maduro que pudo.
—¿Quién te lo dijo? ¿Tu madre? — Evan no pudo evitar mofarse un poco. Sabía que tenía razón pero esa frase seguramente el chico la había escuchado en otro lado y reforzó su punto al ver como las mejillas del menor se coloreaban de rojo.
—Si. — murmuró algo abochornado de haber sido descubierto.
—Mientras tus padres y abuelo hacían experimentos enviando a omegas al pasado. Que ironía.— negó con la cabeza el mayor mientras hacía una mueca.
—¿Mi familia hacía que? — no pudo evitar la sorpresa mirando hacia el mayor abriendo más los ojos.
—¿Lo olvidaste? Llegaste aquí porque entraste al laboratorio de tu madre. Dime ¿No estaba cerca de un hospital ese laboratorio? — la voz de Evan salió casi cantarina, como que si no estuviera contando nada de otro mundo.
—...
Si... — murmuró luego de varios segundos, con un tono algo gélido, mirando hacia el omega directamente, su rostro reflejaba entre incredulidad y horror.
—¿Sabes que lo último que recuerdan Blake, Angelo y Nicolás es haber estado en un hospital o cerca de este?— Evan miraba la frente hablando con tono severo, sin molestarse en ver los efectos de sus palabras.
— …—
Luego de varios minutos de silencio el mayor se dio cuenta de su equivocación. Para él no era cosas graves, era como hablar de la misión, pero seguramente para alguien con la moral de Isaac...
—Lo siento, no debí haberte dicho nada.— Evan suspiró con fuerza —Tal vez solo era tu abuelo, Isaac. O tal vez alguien les laboratorio los tenía engañados.— trató de corregir lo que había dicho siendo suave, bajando el tono de su voz para que ayudara a calmar el ambiente.
—Ellos eran demasiado brillantes para ser engañados... dios... tienes razón...— se mordió el labio con fuerza, su tono sonó quebrantado haciendo que el mayor se removiera incomodo. —Pero no entiendo... ¿Por qué ellos tres...? — el de ojos azules se llevó una mano a la boca como tratando de aguantar la respiración, procesando toda la información adquirida.
—Isaac... lo más probable es que hayan enviado a cientos. Pero seguramente la mayoría se perdieron en tiempos demasiados anteriores a estos. Debían encontrarse conmigo, no es que los eligieron exactamente a ellos tres, ellos tres tuvieron la suerte de haber caído en el año correcto.— dijo de manera monótona, tratando de transmitir la idea de que no era nada de importancia aunque lo que estuviera diciendo no fuera la mejor manera de calmar al chico.
—Eso quiere decir que mi familia arruinó la vida de cientos de familia.— los hombros del alfa temblaron mientras su vista volvió hacia la ventana sintiendo su boca seca, sentía que no podía respirar bien y que sus ojos le picaban, así que los cerró con fuerza agitando su cabeza.
—Pero con un buen objetivo. No era un objetivo egoísta— presionó el de lentes mientras aceleraba.
—¡Eso no los hace menos criminales!— gritó de pronto bastante alterado. Su aroma se sentía más fuerte y el omega no pudo evitar fruncir el ceño mientras aparcaba el auto.
—Querían salvar el mundo.— reclamó de manera arisca mientras agarraba fuertemente el volante con ambas manos, sin mirar hacia el menor.
Esa excusa siempre encubría todo.
Salvar el mundo.
Para eso se debían hacer sacrificios.
—¡No sé como puedes defenderlos! Dios, son mi familia. Y ahora mismo me siento tan decepcionado y alterado, los amo pero no puedo evitar que lo primero que se me aparezca en la mente sea la palabra criminales.— sintió su voz quebrada y no evitó subir su tono, apretando los puños sin haberse quitado el cinturón todavía. Respiraba profundo tratando de calmarse pero sentía que se estaba ahogando.
—Querían un mundo mejor.— le recordó de manera dura mientras alzaba su mirada a la defensiva, sus lentes brillaban levemente por el reflejo del sol.
—Secuestraron jóvenes.— su voz sonó gélida.
—Trataban de detener lo que podría llevarnos a la extinción.— Evan trató de no gritar pero aún así aumento su tono de voz tratando de que lo escuchara.
—Arruinaron familias y vidas ¡Dios! ¿Acaso no lo ves? ¿Qué ocurrió con los jóvenes que cayeron en otros tiempos, Evan? ¿Lograron adaptarse o murieron en la miseria porque no tenían idea de nada?— desesperación. Los ojos del más joven no mostraba más que eso y el mayor solo pudo apartar la mirada.
—Estás exagerando.— susurró.
Siempre era una exageración.
Una catástrofe siendo curada por otra más pequeña ¿No era mejor así?
—¡Evan!— negó con la cabeza al escuchar su nombre tratando de tranquilizarse, Isaac sonaba asustado y no le gustaba. Había escuchado gritos de miedo antes.
Los odiaba.
—¡No se puede tener un mundo mejor sin sacrificios!— soltó el volante con fuerza esta vez si gritando, mirándolo con enojo.
—¡No puedes decir que son héroes si arruinaron cientos de vidas!— la voz del alfa se quebró.
—Aquí termina la discusión.— cortó el mayor mientras salía del auto y cerraba con fuerza la puerta sintiendo su propio aroma a estrés. Estaba a punto de caminar hacia la entrada del edificio cuando dos brazos rodearon su cadera pegando su espalda al pecho del alfa, suspiró con fuerza y estaba por reñirlo cuando sintió que el menor ocultaba su rostro en su cuello.
Pequeñas gotas mojaron su piel.
Evan dio un pequeño tiemble al notar que el menor estaba llorando.
—Tu no fuiste parte de ellos, Isaac. — trató de consolarlo sin darse vuelta, dejando que se aferrara a él.
—¿Cómo podían llegar a casa y besarme la frente, preguntarme que tal me fue mientras arrancaban a otros jóvenes de sus familias y los tiraban a tiempos distantes? — susurró bajo, con la voz cortada aún mojando con lagrimas el cuello del mayor.
Evan se quedó en silencio unos segundos antes de responder.
—Ellos creían que lo hacían por un bien mayor.— trató de sonar reconfortante, dando un pequeño suspiro al final.
—No tenían el derecho de decidir sobre la vida de tanta gente, Evan. Me pregunto que pasó por la mente de mi madre y mi padre cuando tiraron al primer joven al pasado y luego volvían a casa y cenaban conmigo ¿Veían la cara de ese joven en mi? ¿Habrán sentido culpa? ¿Remordimiento?— sonaba muy afectado.
Evan apretó los labios. Quería decir la verdad, que seguramente no. Era fácil tirar al pasado a alguien desconocido, porque no tenías que ver el sufrimiento de la familia, porque verdaderamente no te interesaba que pasaba con él una vez pasado el portal. Si no llegaba al tiempo correcto ¡Mal por él! Y ya.
—Si, seguramente.— mintió como siempre hacía.
—Estas mintiendo, Evan.— susurró dejando escapar una risa antes de enterrar más su rostro en el cuello del mayor, tratando de contener los sollozos.
Monstruos.
Solo esa palabra resonaba en la mente de Isaac.
Pero ¿Cómo asociar esa palabra con sus padres que siempre eran tan atentos a él? ¿Con su abuelo que siempre le daba largas charlas de moral?
En las manos de su familia corría sangre inocente.
Suspiró con fuerza pensando que tal vez su llegada al pasado no fue un accidente, solo un fue una cucharada de su propia medicina hacia su familia ¿Qué habrían sentido ellos al notar que se cayó por el portal?
—Tenemos que ir hacia el departamento, Isaac.— murmuró el mayor luego de unos segundos sintiéndose algo incomodo. Era terrible consolando.
El menor se despegó de él y se paso la mano por la nariz aún con los ojos algo humedecidos, los tenía rojos y también algo hinchados.
—Deja de llorar, te vuelven feo.— murmuró el mayor sin pensarlo demasiado pero no pudo evitar sonreír en reflejo al notar que el alfa también lo hacía.
—Nada me vuelve feo.— dejó escapar una pequeña risa y pasó por al lado del de lentes empujando a este suavemente con su hombro —Vamos.—
Dentro del departamento Angelo dormitaba en el sillón porque era demasiado temprano mientras que Nicolás no había dejado de caminar en círculos alrededor de la mesa. Blake estaba acostado en el suelo apoyando sus piernas en un sillón manteniendo estas hacia arriba. Todos estaban vestidos lo más “normales” que podían, con ropa de colores claros.
Elías trataba de mantenerse calmo mientras revisaba sus redes sociales, pero que el chico de cabello negro no dejara de caminar así lo ponía nervioso.
—¿No te mareas?— preguntó Blake mientras se quitaba sus lentes de sol y miraba los pies que tenían zapatillas del otro. Nico dio un fuerte suspiro y se sentó en una silla.
—No. Siéntate bien.— lo retó frunciendo un poco la nariz.
—Él también está nervioso, dejalo sentarse así.— murmuró Elías sonriendo mientras despegaba los ojos del celular. —¿Todos tienen esas cosas que sirven para comunicarnos? —
—Si.— el rubio alzó la propia agitándolo un poco.
—Ajá.— Nico también asintió mirando las dos que estaban sobre la mesa.
—Oigan... sé que Angelo está dormido pero quiero decirles que no me arrepiento de haberlos conocido. Fueron grandes amigos a pesar del corto tiempo y será algo duro para mi tener que dejarlos ir. Pero estoy feliz de que tengan una posibilidad de volver con sus familias...— Elías soltó todo de golpe sin poder detenerse, temía que si no lo decía en ese momento tal vez no iba a tener otra oportunidad.
Ambos omegas lo miraron, el rubio no pudo evitar pensar fugazmente de que la posibilidad de volver al futuro eran mínimas pero no dijo nada mientras que el menor se mordía el labio y clavaba su vista en el suelo.
—También fue una linda experiencia conocerte. Gracias.— Nicolás levantó la mirada sonriendo tratando de que sus ojos no se llenaran de lagrimas.
Si lo iba a extrañar.
—Aunque nos envíes a las friendzone.— bromeó el rubio quitándole el hierro al asunto.
—Blake, no seas idiota.— los tres no pudieron evitar reír ante lo dicho y estaban por agregar algo cuando el timbre sonó. El beta fue quien se levantó y rápidamente fue a la puerta abriéndola.
Nico se removió muy incomodo al sentir el aroma del alfa, sabía por este que hacía poco había tenido el celo y que ya no era virgen. Miró hacia Evan pero no reconoció ningún cambio en su aroma.
—Bien, ya estamos todos ¡Hola, Mentas!— saludó Blake sonriendo mientras se sentaba bien en el piso.
—Hola.— sonrió el alfa saludando a todos con la mano desde lejos, Evan rodó levemente los ojos y se cruzó de brazos al notar como el omega de cabellos negros miraba hacia otro lado como que si la presencia de Isaac le molestara.
—Salimos en quince minutos.— habló el de lentes como diciendo que podían dejar al niño dormir un poco más, se acercó a la mesa agarrando uno los wokitokis y revisándolo.
Isaac miró al menor resoplando un poco al notar que no lo miraba, una parte de él se sentía algo resentida por la indiferencia pero a la parte más razonable le daba igual.
—¿Podemos hablar?— miró hacia Nicolás directamente. —Afuera, por favor.— dijo mirando hacia la puerta de salida. Elías miró hacia el de cabellos negros e hizo un gesto con la cabeza como pidiendo que lo hiciera, el omega frunció el ceño pero se levantó de la silla y caminó hacia afuera pasando por al lado del alfa e ignorándolo.
—¡No hay tiempo para sexo!— escucharon ambos decir a Blake antes de que la puerta fuera cerrada, el alfa río levemente algo divertido pero el menor hizo una mueca con molestia.
Ambos se miraron por unos segundos e Isaac se dio cierto momento antes de comenzar.
—No puedes odiarme por ser tu destinado.— se irguió un poco más denotando que era más alto, cruzando sus brazos sobre su pecho.
—¿Y que quieres que haga? ¿Sentirme feliz? No eres lo que necesito ahora.— no entendía de que quería hablar pero se sentía fastidiado. Ahora mismo estaba algo asustado y ansioso, hablar de ese tema no lo iba a hacer reaccionar muy bien.
—Tu tampoco eres lo que yo necesito ahora. Mira si nos hubiéramos conocido en nuestro tiempo yo hubiera estado encantado.— el de ojos azules suspiró haciendo una pausa. —No voy a obligarte a quererme solo por esto del destinado. Por eso no fui tras de ti y por ello no te he molestado.
Y se perfectamente que un romance no es lo que necesitamos.
Pero ya basta de darme vuelta el rostro porque creo que ya es demasiado.
¿Te caigo mal? Okay. Al menos trata de ser educado.— su tono salió grueso, dando un leve gruñido al finalizar.
—¿Qué? ¿Te pica tu orgullo de alfa?— sonó algo venenoso mientras volteaba el rostro.
—Yo nunca te traté así.— insistió sintiéndose algo picado.
—Tu presencia me fastidia.— Nicolás alzó su mirada mirándolo a los ojos, bastante serio y con los puños apretados.
—Fue mi familia quien te envío aquí. Y lamento mucho lo que te han hecho pero... yo no soy un monstruo como ellos. Yo no tuve nada que ver en esto. Y no permitiré que me trates como un criminal.— habló de manera rápida.
Quería disculparse pero solamente se sentía arisco con la actitud del más joven, su reacción a la defensiva era instintiva.
No entendía porque con Evan era menos propenso a saltar, pero tal vez se debía a que no era su destinado.
—¿Qué tu familia hizo que?— el omega gruñó furioso mostrando sus dientes, sintiendo el enojo emanar desde adentro de él. El alfa gruñó como respuesta y Nico tuvo que sacar toda su fuerza de voluntad para no retroceder.
La puerta se abrió con fuerza y ambos miraron hacia Evan.
—Suficiente charla, hora de irnos.— dijo con tono terminante mientras se acomodaba los lentes, fue hacia Isaac empujándolo levemente por el hombro haciendo que se separara del menor antes de acariciar su mejilla con su mano apoyando levemente su nariz en el inicio de su cuello. Sonrió de lado cuando notó al alfa relajarse ante su toque sintiéndose algo orgulloso de ello.
Elías caminó hacia el más bajo y acarició su cabello revolviendo este al verlo tan tenso. Nico solo se apartó volteando el rostro y empezando a caminar hacia el ascensor sintiendo ganas de vomitar pero no se permitiría verse débil ese momento.
Debía recordar que lo hacía para volver al futuro y una vez ahí podría aislarse de todo lo que había sucedido en ese tiempo.
—¡Hueles a enojado!— apretó los labios al escuchar el rubio y respiró profundo tratando de que su aroma cambiara pero no podía evitar sentir esa espina pinchando su pecho ¿Por qué Blake siempre debía ser tan comunicativo?
—Solo estoy nervioso.— entró al ascensor una vez que este abrió sus puertas, dando un fuerte suspiro cuando los otros tres entraron con él. Miró a Evan e hizo una pequeña mueca notando como el alfa se quedaba detrás del mayor, fuera del ascensor.
—¿No entraran?— el moreno sonrió amablemente mientras colocaba una mano en las puertas para que estás no se cerraran. Angelo se había apoyado en el fondo del ascensor algo nervioso, era el único que llevaba una mochila y se agarraba de las correas de esta insistentemente.
—No, bajaremos cuando el ascensor vuelva. No quiero disputas.—miró significativamente al omega de cabello negro quien miró hacia otro lado ante la mirada del beta. Elías suspiró y asintió sacando su mano, miró hacia los otros dos antes de que las puertas se cerraran.
Una vez que lo hicieron todos dieron un respiro como que si hubieran estado aguantando la respiración.
—Entonces quedó claro... Angelo y yo formaremos un equipo, Nico y Blake otro... y Evan y Elías serán el tercer equipo.— habló el moreno sin mirar a nadie en particular, el rubio asintió mientras se colgaba de su brazos sonriendo.
—Volveremos ¡Recuerda que aunque sea cierto, no nos enviaran al futuro apenas terminemos!— habló en tono jovial abrazando el brazo derecho del más alto, moviendo un poco su cabeza con diversión.
—Es verdad.— murmuró el pelirrojo sonriendo algo divertido por la actitud del mayor. Blake era demasiado lanzado para su gusto pero había terminado por acostumbrarse a todos y ya no se sentía escandalizado por sus actitudes.
Nicolas suspiró mirando hacia otro lado mientras se agarraba una mano con la otra, ya se sentía un poco mejor pero miles de dudas inundaban su cabeza al igual que el enojo. Pero debía mantenerse calmo, no podía caer a último minuto. Esperaba que una vez terminada la misión Evan les explicara todo antes de volver al futuro, iba a ser una mejor forma de cerrar el capitulo, saber todos los porque y como.
Se sentía algo culpable por sentir cierta tristeza. Iba a extrañar a Elías, a Angelo e incluso a Blake aunque no lo diría en voz alta.
Sintió la mirada de los otros pero no se las devolvió, se sentía demasiado alterado para hacerlo. Trataba de encerrar sus pensamientos y dejarlos lejos, tal vez podía sentirse así de ansioso cuando terminaran y todo saliera bien.
Y entonces las puertas del ascensor se abrieron.
Los minutos para pensar ya habían terminado, todos salieron del elevador y caminaron hacia la salida del edificio, esperarían a los otros dos afuera.
—Por como lo hace sonar Evan es algo bastante fácil lo que hay que hacer.— murmuró el menor sonriendo de lado, mientras revolvía su cabello pelirrojo.
—Casi todo está planeado por él así que habrá que confiar que así sea.— sonrió suavemente el moreno mientras ponía una mano en el hombro al niño de trece años. Lo tranquilizaba saber que estaría al lado de este, realmente esperaba que nada saliera mal.
—A la primera señal de que algo salió mal, corremos.— bromeó el rubio quien se veía bastante tranquilo a pesar de todo, Nicolás solo pudo bufar un poco recordando el plano que vieron y repasando el plan. No era tan difícil, sonaba tan fácil que hasta se le dificultaba saber porque tanta insistencia en que fueran ellos ¿Qué eran inmunes al microorganismo era la única razón?
Fueron pocos minutos los que pasaron antes de que los que faltaban hicieran aparición, Evan los observó unos segundos y luego dio un suspiro.
—Ustedes irán en otro auto.— señaló hacia uno que estaba estacionado atrás del propio, Isaac se sorprendió porque no había notado que ese auto los seguía. Era más grande que el del omega mayor y se notaba que podían entrar los cuatro sin problemas. —Tienen un chófer, irá tras de mi. Cuando nos estacionemos podrán bajar, no coman ansias y por favor, no se arrepientan a último minuto.— dijo con severidad antes de caminar hacia su propio auto sabiendo que el alfa lo estaba siguiendo.
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¡En el próximo capítulo ya estarán entrando al edificio a donde deben ir!
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RitsuKuroko
winny0898
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DanixaManosalva
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Perdidos En El Pasado (Omega)
Diversos"Pero incluso la idea era tonta y estúpida ¿Cómo habría llegado al pasado? Solo era una ciudad rara... -Oye ¿En que año estamos?- miró hacia el que estaba a su lado, el chico arqueó la ceja pero el omega siguió mirándolo insistente y algo ansioso...