En el edificio

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Estacionaron una cuadra antes del edificio, al llegar no pudieron evitar impresionarse. Era inmenso y se notaba nuevo, al alzar la mirada daba la sensación que el edificio jamás acababa, tenía muchas ventanas de vidrio que reflejaban el sol encandilando a quienes trataban de mirar.
Eran oficinas, miles y miles de oficinas si eso era posible, personas que tal vez no sabían que el edificio estaba sobre un laboratorio.
O bueno, no exactamente. Al laboratorio se llegaba por el "sótano" del edificio, pero el abarcaba solo por debajo del área del patio trasero el cual era escandalosamente amplio y estaba prohibido su paso ahí para las personas del lugar.
¿Por qué alguien financiaría un laboratorio que descubriera como acabar con la gran parte de la población humana? Y en todo caso ¿No haría otro cuando descubriera que a este lo atacaron?
Evan caminó hacia la entrada seguido por Isaac, no había forma de acceder al patio trasero sin cruzar el edificio así que debían hacerlo si o si, el mayor había prometido que los más grandes problemas serían sorteados por sus hombres.
Debían entrar de a dos y seguir las instrucciones acordadas.
-Tengo una reunión con Patrick Mendez- habló con tono bajo el de lentes mientras extendía una tarjeta a la persona que vigilaba desde adentro del edificio, parecía una especie de secretario que asintió al rápido revisándola y sacando un teléfono para avisar que ya estaban ahí, en esos segundos Evan miró las pantallas y que lugares veía desde ahí sonriendo al notar que no se había agregado ninguna cámara nueva. Sabía que cada tres pisos había alguien mirando por pantallas pero el sótano no tenía ese tipo de seguridad ya que era altamente secreto lo que se hacía ahí.
-Lo siento, pero el señor dice que no tiene ninguna reunión acordada ahora.- la voz del hombre hizo que alzara la barbilla, Isaac se sentía algo nervioso y jugaba con sus manos.
-La pedí hace tres meses y su secretaria me la dio ¿Acaso usted me dice que me mintieron? Tengo la tarjeta.- reclamó apretando los puños.
-Lo sé señor, pero Mendez no está libre ahora, pero se le comunicará que usted tenía una cita con él y...- trató de explicar casi tartamudeando.
-¿Por qué son tan ineficientes?- habló con desdén mientras el alfa sonreía algo divertido detrás de él, era lindo ver a Evan enfadado, aunque fuera de mentira, con alguien que no fuera a él.
-Señor...- murmuró el guardia con tono condesciente.
-A la cita no la pedí ayer, la pedí hace más de dos meses. ¡Esto es una falta de respeto!- alzó la voz mientras fruncía el ceño, sin hacer casi a ninguna de las disculpas del pobre hombre que seguramente había reconocido el apellido.
Pero mientras el guardia trataba de apaciguar a Evan los cuatro restantes habían entrado por la puerta principal sin ser detectados, tenían sombreros pequeños en las cabezas para cubrir su color de pelo y unas barbas negras falsas, además de lentes.
Elías y Angelo entraron al primer ascensor de la derecha, sabían que ese tenía un problema en la cámara por un incidente hacía unas pocas horas y no podía verse nada, así que ellos podrían ir directamente al sótano, se quitaron rápidamente la barba falsa y el sombrero guardándolos en la mochila que llevaba el mayor, sacando unas pelucas de color rubio.
Mientras tanto Blake y Nicolás entraron al segundo ascensor, se quitaron el sombrero pero no los lentes de sol ni la barba, teniendo cuidado con darle la espalda a la cámara. Ellos se dirigían a la azotea.
En ese horario todos estaban en las oficinas porque el horario de comer había acabado, así que era poco probable que alguien llamara el ascensor pero aún así habían pensando en eso para no entrar en pánico si sucedía, sobre todos los dos jóvenes que tenían que subir hasta lo más alto.
Tardaron varios minutos en llegar a la azotea la cual estaba algo abandonada, había varios caños tapados pero que hacían que el lugar no fuera plano. Blake y Nicolás se miraron, luego observaron con cuidado que no hubiera cámaras, para luego quitarse las cosas falsas que traían sobre sus rostros y caminaron hacia uno de los bordes apoyando sus manos en el barandal grueso de cemento mirando al jardín de atrás.
Se veía como un terreno rectangular, estaba cerrado con muros y rejas, aunque algo brillaba desde el suelo en algunas partes. También podían verse los balcones.
El de cabellos negros se quitó la camisa y el pantalón.
-Esto dolerá...- Nicolás suspiró con fuerza y cerró los ojos dejando que su cola y sus orejas salieran, pero después sus huesos tronaron y se mordió la mano para no gritar de dolor, empezó a achicarse mientras un ruido horrible de huesos rompiéndose y acomodándose se escuchaba. Luego de varios minutos sintiendo un agudo dolor abrió los ojos, estaba convertido en un gato negro mediano de ojos verdes, dio un maullido y saltó hacia el borde del barandal.
-Eso se oyó horrible ¿Sabes?- se quejó Blake antes de respirar profundo dejando a su cola y orejas salir, pero no se convirtió. Subió al barandal sentándose en él y moviendo la cola, luego se impulsó con los brazos y cayó parado en el primer balcón, sintiendo un fuerte dolor en los tobillos miró hacia dentro pero se sorprendió al notar que no se podía. Al parecer atrás del edificio para ver hacia el patio trasero se debía abrir las puertas que llevaban al balcón.
Nicolás saltó poco después y asomó su cabeza entre la reja que era parte del barandal mirando el segundo balcón, deberían saltar bastante antes de llegar hacia abajo. Miró hacia el rubio maullando como diciendo que se convierta y luego caminó por una saliente que había a un costado del balcón antes de saltar de nuevo. Repitiendo el proceso una y otra vez con mucho cuidado, caminando por las salientes lo más que podía para poder saltar hacia el balcón de abajo.
Ya estaba a mucho menos del suelo cuando notó que el rubio no lo seguía, así que levantó la mirada dando un suave maulleo para ver si respondía.
-Shhh no hagas ruido.- se sorprendió un poco al ver al chico hablando desde el balcón que estaba sobre él, sentado en el barandal. Rodó un poco los ojos y siguió bajando al ver que el rubio estaba bien.
En el último balcón saltó hacia el piso tratando de tener cuidado, aunque no pudo evitar sentir algo de dolor en las patas porque solo hasta el tercer piso había balcón, así que había tenido que caminar por las salientes.
Unos minutos después observó como un lince se aferraba a la pared bajando despacio, llegando poco a poco más abajo antes de saltar a una distancia adecuada del suelo.
Blake se convirtió de manera rápida en humano de nuevo, haciéndolo estremecer cuando escuchó el sonido de los huesos. La transformación dolía bastante para ellos así que la evitaban lo más que podían pero había sido necesaria.
Ambos se miraron y dieron un suspiro, habían tirado la mochila desde el tercer piso así que esta se encontraba en el suelo.
-Querías que me convirtiera pero yo llevaba la mochila.- se burló el mayor dando una pequeña risa. Nicolás sonrió sintiéndose cansado y aún sintiendo las patas adoloridas, frunció el ceño y maulló dándole la espalda al rubio que seguía desnudo como que si fuera lo más normal del mundo.
-¡Que delicado eres!- dejó escapar una risa y sacó ropa de la mochila, poniéndose una playera negra y un pantalón de igual color. Tiró sobre el gato ropas iguales y le dio la espalda para darle algo de privacidad a la hora de convertirse.
Blake sonrió levemente al escuchar el ruido de huesos y tejidos, seguramente Elías se sorprendería al saberlo pero podrían comentárselo después de la misión.
Mientras tanto una secretaria acompañaba a Evan e Isaac en el ascensor, el menor estaba apoyando la espalda contra la pared haciendo que la cámara no lograra divisar lo que hacía con sus manos tras de si mismo, fue justo cuando estaban por llegar al piso cuatro cuando el alfa abrió la pequeña bomba de humo.
-Esta cosa se va a incendiar. - alzó la voz la alarmada chica que salió del ascensor con velocidad seguida por los otros dos, justo en el lugar ciego de la cámara del pasillo Evan agarró el hombro de la señorita y le inyectó con rapidez un somnífero que la hizo caer al suelo dormida.
-¡Ayuda, la joven se desmayó!- casi en seguida algunos que estaban en las oficinas se acercaron y trataron de volver a reanimar a la joven, uno corrió hacia el ascensor para ir por el personal médico del primer piso.
Mientras más gente se acumulaba alrededor el extraño par se metió en el ascensor sin cámara, poniendo el piso por debajo del cero como destino.
Angelo y Elías habían llegado antes que todos al sótano, se habían ocultado tras unas grandes bolsas que había cuando escucharon ruidos y personas caminando. No sabían exactamente que hacer y según el plan debían esperar que el omega y el alfa llegaran.
-No puedes estar aquí.- se tensaron al escuchar la voz de una mujer pero notaron que no se dirigía a ellos, apenas se asomaron vieron a Evan e Isaac saliendo del elevador.
-Ya lo sé, pero una joven se desmayó y no encontramos ayuda.- habló el de lentes con normalidad, el de ojos azules lo dejaba hablar porque se había dado cuenta que el omega sabía ser bastante bueno convenciendo y manipulando a los demás.
-Aquí no encontrará ayuda.- dos hombres más se acercaron al escuchar a la mujer. -Este lugar es solo para personal autorizado por favor...- no terminó la frase porque el omega se le había acercado apoyando una mano en su cuello pero en realidad inyectando el somnífero en su pierna haciendo que cayera desmallada, cuando los dos hombres se acercaron a ayudarla Isaac sacó un arma y disparó, no les dio tiempo a que ellos sacaran el arma también ya que cayeron dormidos al recibir el dardo.
-Hasta que llegan.- Elías salió del escondite agarrando la mano del pelirrojo quien sonreía con las mejillas bastante coloradas, el peligro le daba mucha adrenalina y se sentía contento.
-Blake y Nicolás tardarán un poco más porque deben saltar balcón por balcón, así que aún tenemos quince minutos para entrar, llegar a la sala de control y apagar las cámaras del laboratorio.- Evan sonó bastante frío y luego sacó dos armas de la mochila, dándole uno a cada uno -Son dardos, pero más de tres mataran a la persona.
La sala de control se encuentra antes de la administración y antes del laboratorio en si.- explicó rápidamente.
-¿Va a ver muchos guardias?- Isaac arqueó la ceja algo dudoso.
-Solo los normales, seguramente en el acceso al lugar y en la sala de control.- sonrió de lado mientras miraba los minutos que pasaban en el reloj.
-Entonces nos verán entrar.- advirtió Elías algo preocupado.
-En realidad, no. Un loco hace una hora bajó hacia el sótano y le disparó a las cámaras de la entrada.- se encogió de hombros poniéndole los grandes lentes de sol de nuevo a Elías y a Angelo.
-¿Un loco?- preguntó el pelirrojo con inocencia sonriendo con curiosidad.
-Bueno, uno de mis hombres. Por eso habrá seguramente dos policías ahí en vez de cámara.- habló orgulloso antes de mirar hacia el lugar donde había luz.
El sótano era grande y oscuro, era obvio que lo usaban para deposito por los grandes tarros y bolsas.
Pero se veía una luz viniendo como de un pasillo, si uno seguía derecho para luego doblar al verla vería una puerta de vidrio opaco con dos policías custodiándola.
Los cuatro se dirigieron hacia allí, aunque Evan adelante teniendo ya el arma en mano aunque oculta en su saco, con su cabeza un poco inclinada.
-Es área restringida.- los dos policías se adelantaron al ver al de lentes, los otros tres se quedaron a unos metros con las armas también listas, se sentían tranquilos con que solo fueran dardos para dormir porque realmente no podrían matar a las personas que solo hacían su trabajo cuidando del lugar.
-Me dijeron que me dirigiera aquí, hay tres hombres inconscientes afuera del ascensor y son las únicas personas a las que puedo pedir ayuda.- explicó con suavidad sonriendo un poco, sonando bastante creíble y sincero.
-¿Y las personas que vienen detrás de ti?- preguntó uno de los policías. Evan ladeó la cabeza girándose un poco hacia los tres chicos antes de volver a mirar al policía, acercándose a él.
-Ellos... pues son mis amigos...- con rapidez sacó la pistola apuntando a la cabeza de este, inmovilizándolo doblando su brazo tras su espalda y obligándolo a agacharse hacia adelante. Se notó enseguida el pánico del segundo policía quien sacó su arma y apuntó a Evan con esta.
-¡Dispararé! ¡sueltalo ahora!- habló en tono fuerte sin dejar de apuntar.
-No, tu suelta el arma o yo dispararé- Evan habló con suavidad sonriendo de manera astuta.
Elías puso detrás de si al niño para que no viera, sacando poco a poco el arma que se le había dado pero sin estar seguro si disparar.
Isaac apretó el gatillo haciendo que un dardo saliera disparado asustando al segundo policía quien disparó en dirección a Evan justo antes que el dardo llegara a su brazo y lo hiciera a caer en el suelo pocos segundos después. El omega se corrió con rapidez por instinto pero al hacerlo la bala impacto en el primer policía que cayó al suelo en un ruido sordo.
Todos hicieron silencio.
-¿Está muerto? - Elías no podía salir de su asombro y sintió histeria al ver la sangre.
-No.- Evan agarró la tarjeta de uno pasándola por la ranura -Estará bien, solo le rozó y esta sangrando, pero dejará de hacerlo pronto.- habló en tono bajo. Isaac apretó los labios sabiendo que mentía, no escuchaba el corazón del primer policía pero no dijo nada, solo se apuró a entrar.
Angelo apenas pudo mirar de reojo al policía que sangraba antes de que Elías tirara de él para que fuera más rápido.
Adentro era distinto al sótano,todo era blanco e iluminado y había muchos pasillos.
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