My little Spanish princess [Niall Horan] /1ª temporada/ (Terminada)

Capítulo 40:

Estamos llegando al aeropuerto de Buenos Aires (Argentina). Allí es verano, qué bien. Durante el trayecto de Londres a Buenos Aires estoy muy nerviosa y Niall me tranquiliza. Salimos del avión y sujeto fuerte la mano de Niall. Llamamos a un taxi y le decimos que nos lleve al hotel ____, donde tenemos reservada una habitación.

Narra Niall:

Cristina y yo estamos dando una vuelta por esta preciosa ciudad, que yo ya había visitado antes por los conciertos que hicimos aquí. Pero esta vez es diferente: estar con Cristina cogidos de la mano mientras veo su cara de felicidad y su cara de sorprendida ante la belleza de Buenos Aires. No tiene precio. Además, está preciosa con su cámara colgando de su cuello y echando fotos a todos.

-         ¿Por qué me miras así? – me pregunta Cristina divertida

-         Porque me gusta estar contigo, ver lo feliz que estás – digo y le doy un beso en la frente.

-         ¿Cómo no voy a estar feliz si estoy cumpliendo mi sueño junto a la persona que más quiero en esta vida? – me dice Cris con esa sonrisa que me vuelve loco, no aguanto más y le beso y ella me responde con otra sonrisa.

Estamos un rato paseando por la ciudad y nos sentamos en una terraza. Por suerte, no hay mucha gente en la ciudad ya que es verano y la mayoría estarán de vacaciones y en la playa.

-         ¿Nos pedimos un mate? – me sugiere Cristina – Ya que es típico de aquí habrá que probarlo ¿no?

-         Yo ya lo he probado – digo medio riendo – Está…

-         No me lo digas – me interrumpe Cris.

Nos traen el mate. Cristina lo prueba y pone cara de asco.

-         Pensaba que sabía bueno – dice Cristina limpiándose la boca con un pañuelo de papel.

-         Es una infusión ¿qué esperabas? – le digo riendo.

-         La manzanilla es una infusión y bien rica que está.

-         Yo te lo iba advertir pero me has interrumpido – digo recordándoselo.

Cristina me frunce el ceño y luego, suelta una carcajada. Después, me da su mate.

-         ¿Seguro que no quieres nada? – le pregunto mientras nos levantamos de las sillas.

-         Tranquilo, Niall, que no – me contesta Cristina sonriendo.

-         Si te mueres de insolación no me eches la culpa – bromeo.

-         ¡Qué exagerado!

Seguimos caminando y parándonos para echarnos fotos.

-         ¿Te he dicho alguna vez que estoy enamorada del acento argentino? – me dice Cristina divertida.

-         Me lo has dicho mil veces – le contesto riendo.

-         Bueno – dice ella riendo – Pues te lo repito otra vez.

-         ¿Tengo que ponerme celoso? – bromeo.

Cristina niega con la cabeza a la vez que me sonríe.

-         Ya sabes que el acento irlandés gana a cualquiera – dice Cristina guiñándome un ojo.

-         ¡Bien! – digo haciendo un gesto de victoria y Cristina se ríe.

Por la noche, invito a Cristina a una cena romántica a un restaurante. Ella se encarga de traducir. Al acabar de cenar, en el restaurante suena música para bailar tango y varios clientes se ponen a bailar con sus parejas. Me levanto de la silla y me acerco a Cris.