Capítulo 87: Penúltimo

344 15 4
                                    

Diego y yo salimos al balcón del Ayuntamiento para prender el cohete que inician las fiestas. La alcaldesa dice unas palabras y procedemos a encender el cochete. Mis paisanos saltan y gritan de la alegría. La banda toca y empiezan su camino por la ciudad. Los fotógrafos nos echan fotos. Por cierto, vamos con un traje tradicional, parecido al de los joteros.

Por la tarde, vamos a la plaza de toros a ver el espectáculo de recortadores. La plaza está llena, a diferencia de otros años, tal y como me explica Marta. Han venido muchos turistas a la ciudad para verme. Durante lo que queda de día, acudimos a todos los actos. Por cierto, las fans se portan muy bien y no me agobian, solo me piden autógrafos y fotos y respetan mi espacio personal, por lo que se lo agradezco.

Hoy es el último día de fiestas, el día de las paellas, en el que las cuadrillas que se apuntan al concurso, preparan una paella que luego es juzgada por un equipo de jurados integrado por la alcaldesa, un concejal, mi hermano y yo. Damos vueltas por donde está cocinando para ver cómo les va. Nos sentamos en la mesa y los platos van circulando y los vamos probando y apuntando lo que nos parece. Tras probar unas 20 paellas, debatimos que platos se llevan el premio. Hay tres puestos: primero, segundo y tercero, y ganan dinero gradulamente. Como es lógico, el primero gana más cantidad que los otros dos. Felicitamos a las cuadrillas ganadoras y vamos a una mesa a parte para comer la gran paella que ha hecho el Ayuntamiento. Por la tarde, es la corrida de toros por lo que no acudo. Diego ha ido sin antes ganarse una bronca mía.

Por la tarde-noche, en el escenario de la plaza, se dan los resultados del concurso de pinchos. He probado todos los pinchos y la mayoría no me han gustado. Soy muy rara respecto a eso. En fin, los he tenido que comer por obligación, aunque me dieran ganas de vomitar. La presentadora dice los nombres de los ganadores del mejor vino y van subiendo al escenario. Después, llegan los tres ganadores del mejor pincho. Diego y yo entregamos los premios y después, damos entregamos un reconocimiento a todos los bares que han participado. Las fiestas ya han acabado.

Al día siguiente, antes de coger el avión, me acerco al cementerio a visitar la tumba de mi abuelo paterno, llamado Gerardo. Gerardo no sabía nada de lo que su hijo nos hacía a mí y a mis hermanos. Pido a los guardaespaldas que se queden un poco lejos de mí. Me acerco a la tumba y me pongo de rodillas. Justo, hoy hace 6 años de su muerte.

Pienso en todo lo que hizo por mí, en cómo me cuidaba, en las cosas que me enseñó… Unas cuantas lágrimas se desprenden de mis ojos y mojan mi camiseta. De repente, alguien tose dos veces detrás de mí. Me giro.

-          Enrique – digo sorprendida y un poco asustada. Es mi padre.

-          ¿Qué haces aquí? – me pregunta borde.

-          Visitar a mi abuelo. ¿Tú que crees? – le pregunto con el mismo tono de voz.

Me pongo de pie y Enrique avanza hasta ponerse delante de mí. Puedo notar odio en sus ojos. Los guardaespaldas, que han visto que se acerca a mí y saen quién es, se acercan a nosotros.

-          ¿Sabes que desde que confesaste que te maltratada he tenido que huir de esta ciudad? – dice Enrique amenazante.

-          Y da gracias que no estás en la cárcel – me encaro a él. ¿Sigue pensando que voy a debilitarme? ¡La tiene clara!

-          El caso es que me has fastidiado la vida.

Suelto una carcajada. ¿Está diciendo lo que yo creo que está diciendo?

-          ¿Y tú no fastidiado la mía durante diez años?

Me coje de los brazos, a lo que los guardaespalda entran en acción pero les ordeno que se detengan. Puedo controlat yo la situación. Es hora de que me vuelva a enfrentar a la bestia. Me quito de sus manos con fuerza.

My little Spanish princess [Niall Horan] /1ª temporada/ (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora